Alianza de la Democracia Socialista

Los Bakunistas, una vez separados de la Liga de la Paz, inician los trabajos para la constitución de la nueva entidad. Inmediatamente publicaron un documento justificando su actitud y anunciando los estatutos y los reglamentos de la nueva organización; más los que servirían de plataforma para toda su labor secreta, de fracción, serían reservados, no se darían a conocer. La Alianza tendría una doble organización: la pública y la secreta; por lo tanto, programa “público” y programa secreto; documentos públicos y documentos secretos. Lo fundamental para la Alianza era su acción secreta, de fracción, en el seno del movimiento obrero.

El 28 de diciembre de 1868 quedó constituida en Ginebra la Alianza de la Democracia Socialista y designado su Comité Central. En cada país debería formarse un Comité Nacional. El propósito de sus fundadores era que la Alianza se desarrollara paralelamente a la Internacional. Su primer trabajo fue elaborar un programa. En general, los objetivos y finalidades de la nueva organización eran los mismos de la Internacional. La única diferencia estaba en su contenido ideológico y su orientación; en ser un organismo personal del “autoritario antiautoritario” Bakunin, al servicio de su secta anarquista.

Marx califico este programa de “una olla podrida de manoseados lugares comunes”, de “una charlatanería vacua, rosario de oquedades que pretendían infundir espanto, de una improvisación insípida a la que tan sólo preocupaba producir una cierta sensación.”

Las ideas que Bakunin no había logrado imponer en el seno de la Internacional ni en los Congresos de la Paz pasaban a ser el cuerpo de doctrina de la Alianza de la Democracia Socialista, con el propósito de que ésta sirviera de caballo de Troya para penetrar y conquistar la Internacional.

Con ocasión de la revolución de Septiembre (golpe de estado militar) y la expulsión en España de Isabel II, la Alianza envió un mensaje a los trabajadores españoles, atribuida su redacción a Bakunin, que, entre otras cosas, decía:

Hermanos de España: Venid, ingresad en masa en nuestra organización. No os dejéis engañar por los eternos explotadores de todas las revoluciones, ni por los generales, ni por los demócratas burgueses. Recordad, sobre todo, que el pueblo jamás obtiene reformas como no sea que las arranque; que jamás, en ningún país, las clases dominantes han hecho concesiones voluntarias.

Obreros, golpead el hierro mientras está caliente y que de vuestra revolución venga la señal del comienzo de la liberación de todos los oprimidos del mundo…

Por el párrafo transcrito puede apreciarse como el grupo Bakunin prestaba especial atención al proletariado español, tan seriamente influido por las corrientes anarquistas. En sus características veía un campo abonado para la siembra de sus ideas negativas y confusionistas. En efecto, España fue uno de sus baluartes. Dícese que Bakunin firmó con entusiasmo el llamamiento a los españoles. En la parte general del documento después de un primer párrafo de exposición doctrinal, llamabase a la clase obrera a hacer la revolución social. Desde ese momento quedó planteada como consigna central “la realización de la revolución social”, esas palabras en nombre de las cuales la historia del anarquismo español, independiente del espíritu de sacrificio, de heroísmo derrochado en muchos casos por gran cantidad de magníficos militantes anarquistas, a quienes es justo rendir homenaje, no hace más que registrar una conducta contrarrevolucionaria por sus consecuencias, como evidencian claramente los hechos analizados objetiva e históricamente.

En diciembre de 1868, el Comité Central de la Alianza dirigióse al Consejo General de la Internacional pidiendo su ingreso en ella. El 22 de diciembre, el Consejo General denegó la admisión fundamentando su negativa en que la Alianza perseguía los mismos fines que la Internacional, invitándola a disolverse y a que sus adherentes ingresaran en sus secciones. Repetiase el caso de la Liga de la Paz.

—He aquí el documento de la Internacional negando el ingreso a la Alianza:

Considerando que la existencia de un segundo organismo internacional funcionando al margen y a extramuros de la Asociación Internacional de Trabajadores seria el medio más seguro para desorganizarla; que todo grupo de individuos residiendo en una localidad cualquiera tendrían el derecho de imitar el grupo iniciador de Ginebra y bajo el pretexto, más o menos ostensible, de entrar en la A.I.T. de otras asociaciones con misiones especiales;

Que de esta manera la A.I.T. bien pronto degenaría en juguete de los intrigantes de toda nacionalidad, de todo partido;

Que la cuestión ha sido prejuzgada por la resolución en contra de la Liga de la Paz adoptada unánimemente en el Congreso general de Bruselas, el Consejo General, en su sesión del día 22 de diciembre de 1868, por unanimidad ha resuelto:

1º—Todos los artículos del reglamento de la Alianza Internacional de la Democracia Socialista estatuyendo las relaciones con la Asociación Internacional de los Trabajadores son declarados nulos y sin ningún efecto.

2º—La Alianza Internacional de la Democracia Socialista no es admitida como filial de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

V. Shaw, secretario general.

G. Odger, presidente de la sesión.

La Alianza aceptó los argumentos de la Internacional a cambio de que ésta reconociese como secciones a los grupos fundados por la Alianza en España, Suiza, Italia y Francia. Esta propuesta, como se demostró más tarde, no era más que la primitiva maniobra presentada bajo una nueva forma. Lo que se pretendía era minar la Internacional y apoderarse de ella.

En el mes de noviembre del mismo año la Alianza había enviado a España a uno de sus elementos principales: José Fanelli. En España realizó una gran labor de proselitismo a favor de la Alianza, cubriéndose al mismo tiempo con el nombre de la Internacional. Durante mucho tiempo en España estimabase que la Alianza era un organismo legal de la Internacional, Fanelli organizó el grupo de la Internacional en Madrid (21 diciembre 1868) y, más tarde, el de Barcelona (2 de mayo 1869), pero al mismo tiempo dejaba constituidos los grupos secretos de la Alianza que operaban como fracción en el movimiento internacionalista. Visitaron a España, igualmente, otros dos influyentes miembros de la Alianza: Eliseo Reclus y Arístides Rey. Como se ve, Bakunin no abandonaba a España. La labor de Fanelli y de los otros enviados de la Alianza fue decisiva para el anarquismo español y catastrófico para el porvenir del proletariado hispano. Ningún movimiento obrero sintió tan fuertemente la perturbación del anarquismo ni vivió un confusionismo entre “aliancismo” e “internacionalismo”, como el español.

El nueve de marzo de 1869, el Consejo General de la Internacional escribió al Comité Central de la Alianza aceptando su propuesta de considerar como secciones sus grupos de España, Italia, Francia y Suiza. El 22 de junio, la Alianza contesto al Consejo General aceptando sus observaciones. Desde esa fecha la Alianza debía darse como disuelta, pero la realidad es que siguió actuando secretamente y aun dentro de ella actuaba el grupo específicamente anarquista, la secta “Fraternidad Internacional”, que era la que llevaba a la práctica todas las maniobras y todos las intrigas en el seno del movimiento obrero internacional y de cada país, como veremos más adelante.

La Alianza contaba con diferentes periódicos que defendían sus posiciones. En Suiza publicaba El Progreso, que puede ser considerado como su principal órgano. Es este periódico el que llegaba a España y difundía las ideas de la Alianza y en torno al cual aparece el núcleo de elementos españoles que en aquella época estaban en relación directa con Bakunin. James Guillaume, en carta a Bakunin, le solicitaba las direcciones de los amigos de la Alianza en diferentes países, con el fin de enviarles el periódico El Progreso y toda la propaganda. Bakunin le contestó el 11 de marzo de 1869 y, en lo que se refiere a España, le decía:

A los españoles debes escribirles a cada uno una pequeña carta en la que les diga que nuestro amigo Fanelli te ha pedido el envío del periódico; que debe llegar a ser el de la Alianza bajo el titulo L’Avant-Coureur. Órgano de la A.D.

Bakunin facilitaba los siguientes nombres y direcciones:

Madrid: Julio Rubaudonadeu, Ángel Cenagosta, Tomás González Morago y Francisco Córdoba López.

Barcelona: José L. Pellicer y Rafael Farga Pellicer.

Tortosa: Rafael Escardós.

Valencia: Alfonso Salvador.

La casi totalidad de este grupo han sido los elementos más representativos de la Alianza, actuando igualmente en las secciones de la Internacional en su primera etapa, pero como elementos “aliancistas”. Tomás Morago ha sido el elemento principal de Madrid, y Rafael Farga, de Barcelona. Este último, en mayo de 1869, siendo secretario del Centro Federal de Sociedades Obreras de Barcelona, por medio del periódico suizo de la Alianza, envía el primer saludo internacional a los trabajadores suizos en nombre de los obreros de Barcelona. Rafael Pellicer, a partir de esta fecha, asiste a varios congresos internacionales y juega un papel de primer orden en el movimiento obrero de Cataluña de aquella época.

Los hechos que se fueron sucediendo y que la Historia ha dejado registrados demuestran que la labor de la Alianza ha sido nefasta para los intereses del proletariado por haberlo sido para su unidad. La Alianza fue víctima de sus propias maniobras, enredóse en sus propias intrigas. Así vemos que llega un momento en que aparecen entre sus propios componentes las querellas y las luchas intestinas que determinan la disolución de la secta “Fraternidad Internacional”, de la que era principal animador Bakunin. La Alianza y la Fraternidad Internacional, en realidad, eran una misma cosa. En el documento de disolución de la Fraternidad Internacional, refiriéndose a España, aparece el siguiente pasaje:

Algunos de los nuestros han ido a España, y en lugar de procurar agrupar los elementos socialistas, que tenemos las pruebas materiales de que ya son bastante numerosos y desarrollados, lo mismo en las capitales que en los pueblos, han hecho mucho radicalismo y socialismo burgués. Estos hermanos, olvidando el propósito que perseguían o que estaban obligados a seguir, han abrazado la causa de ese pobre republicano burgués que se agita con impotencia y ruido en España. Lo han defendido en los periódicos españoles y franceses y han empujado al desdén a todos nuestros principios hasta tender las manos a tentativas de acercamiento con los generales Espartero Y Prim…

“Fraternidad Internacional” se disuelve, pero la Alianza de Bakunin continuaba…

¡Gringos Go Home!

¡Libertad para Gerardo! ¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria Siempre. Patria Socialismo o Muerte ¡Venceremos!


manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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