“El socialismo lo edifican millones de seres, dijo el gran Lenin”. Para edificar con éxito, todos deben saber y comprender qué sentido y qué importancia tiene la edificación, según el cual se lleva a cabo la edificación en todos los confines de la República Bolivariana de Venezuela. Para ello hay que conocer el material con que se edifica la economía socialista, es decir, las condiciones y recursos naturales de todo el país en su conjunto y de cada gran zona en particular; hay que conocer cómo se desarrolla la edificación y cuáles son las tareas inmediatas que deben ser resueltas en todo el país y en cada una de sus grandes zonas.
En la industria pesada entra la producción de medios de producción, es decir, la fabricación de máquinas y otros medios técnicos necesarios para la industria, la agricultura y el transporte, así como la extracción de materia prima (petróleo, gas, hierro, bauxita, etc.) y la obtención de las materias primas (metales, productos químicos y materiales de construcción) con las que se fabrica el utillaje industrial y todo lo necesario para la producción. En la industria ligera entra la fabricación de medios de consumo, es decir, la de víveres, ropa y artículos de uso doméstico; en general, todo lo que se destina directamente al consumo y no al desarrollo de la producción. Se considera económicamente independiente al país que produce todo el equipo industrial que necesita. Además, la industria pesada es necesaria para la defensa del país.
—A la construcción de maquinaria corresponde el papel principal en el equipamiento técnico de toda la economía. El volumen y la estructura de la fabricación de maquinaria son el mejor índice de la potencia industrial de un país.
Al mismo tiempo, la producción de maquinaria es lo que más contribuye al fortalecimiento de los vínculos entre las distintas ramas de la industria dentro de cada zona, así como entre la industria y la agricultura. Así, por ejemplo, la producción de maquinaria agrícola, basándose en las fuentes locales de materias primas y energía, consolida sus vínculos con las ramas dedicadas a la extracción de estas materias y a la producción de energía, así como con la agricultura.
—La Revolución Socialista debe suprimir el poder de las clases explotadoras, establecer el poder de los trabajadores y abrir el camino a una transformación radical de todo el régimen social.
—La Gran Misión
Vivienda cambió radicalmente las condiciones de vida del pueblo venezolano
y del aprovechamiento económico de nuevas tierras para la construcción
masiva de viviendas, pues ésta ha dejado de ser manejada por la empresa
privada y se lleva a cabo con medios y recursos del Estado, de un modo
organizado y con arreglo a un plan.
El desarrollo industrial de las regiones nacionales periféricas no sólo es dificultado, sino que, por el contrario, se acelera por todos los medios. La Revolución socialista está vitalmente interesada en el desarrollo y la industrialización de las regiones aledañas en el crecimiento numérico de los trabajadores entre la población local. El aumento de la productividad del trabajo, indisolublemente ligado con el socialismo, exige la aproximación de la industria a las materias primas y el aprovechamiento económico de los recursos naturales aún sin explotar. Cuanto más cerca de sus materias primas se encuentre la industria, tanto menores serán los gastos para transportarlas a las fábricas. Como es lógico, la reconstrucción socialista de la economía nacional, no sólo va acompañada del aumento de la producción, sino también de considerables cambios en su distribucción geográfica.
La creación de una industria pesada —desde la metalurgia hasta las ramas más complejas de la construcción de maquinaria— en la lejana Guayana, que bajo el régimen puntofijista era una de las más abandonadas del país, (depreciarlas para venderlas regaladas a las transnacionales) constituye un gigantesco desplazamiento de la economía hacia el este, un desplazamiento sin precedentes en la historia de Venezuela. El volumen global de la producción industrial de las regiones orientales aumentará, en comparación con la época puntofijista en más de cuatro veces.
Son muy importantes los avances que se están produciendo en la región llanera. Gracias a la política del presidente Chávez, fueron emancipadas e incorporados a la edificación de una nueva vida, de una vida libre. La firme seguridad en un porvenir luminoso despertó un gran entusiasmo en las masas trabajadoras. Como el resultado de grandes inversiones no sólo aumentará en varias veces la producción de las antiguas ramas de la economía, agricultura, ganadería, granos (el petróleo y el gas, la madera, el algodón) sino que también se ha creado una avanzada industria transformativa, al principio ligera (de la alimentación y textil, a base de materias primas locales) y posteriormente pesada, comprendidas la metalurgia y la construcción de maquinarias. Surgirán decenas de importantes centros industriales. La economía será ahora incomparablemente más potente y variada.
También serán grandes los éxitos a alcanzar en la incorporación de la vida económica de la región norte y centro del país. La explotación de la ruta marítima y el desarrollo de las tradicionales ramas de la economía (puertos, astilleros, la pesca, la agricultura, el turismo, ganadería, producción de leche, harina de maíz precocida, quesos, la creación de nuevas plantas generadoras térmicas de electricidad). Estas cifras evidencian la rapidez con que se desarrolla la industria socialista, rapidez inasequible para los partidarios del candidato burgués.
La industria petrolera de la República Bolivariana de Venezuela es la mayor del mundo: En el Eje Petrolero del Orinoco (no orimulsión) asociado a empresas mixtas fue restructurada radicalmente, lo que permite abaratar los trabajos, elevar en mucho la rapidez de apertura de los pozos y explotar las capas profundas, aumentando de este modo las reservas petroleras del país. Todos estos mejoramientos han hecho cambiar cardinalmente las condiciones de trabajo del personal. Así, pues, en la época Bolivariana, los pozos petrolíferos han cambiado y mejorado tanto, que apenas se parecen a los de la vieja época cuarto republicana.
Al nacionalizar la tierra, la construcción de ferrocarriles, las fábricas, etc., la Revolución Bolivariana y socialista acabará con todos los obstáculos que impedían la electrificación planificada, tan manifiestos en el capitalismo. La electrificación es la base técnica para la construcción del socialismo. A pesar del enorme crecimiento del potencial de las centrales hidroeléctricas, el lugar predominante en la balanza electroenergética del país pertenece a las plantas termoeléctricas, en las cuales el potencial también aumenta sin cesar.
Por algo decía Lenin que: “el socialismo es el Poder Soviético más la electrificación en todo el país.
¡Pa’lante Comandante! Lucharemos, Viviremos y Venceremos.
Hasta la victoria siempre y Patria socialista.
manueltaibo1936@gmail.com