Luego de las elecciones Presidenciales en Venezuela, el pasado 7 de Octubre; muchos han escrito sobre la acentuación de la polarización en el país. Algunos hacen alarde de un crecimiento como fuerza de los social demócratas, la clase burguesa o defensores del Neoliberalismo; otros mantienen su discurso de poderío y supremacía en defensa de un socialismo del siglo XXI y un sector más pequeño pero en aumento, apuestan a un proyecto utópico.
En todo caso, en Venezuela se habla libremente que estamos en una lucha de clases, entre la burguesía dominante y los pobres oprimidos (proletarios). Tal vez estos términos no se estén analizando con la profundidad que amerita una conciencia revolucionaria, es decir un estado de conciencia asumida como clase social; sin embargo abre la puerta para las pugnas de las contradicciones. Es por ello que observamos en Venezuela una inmensa cantidad de organizaciones, creadas en frentes, cooperativas, asociaciones, fundaciones e inclusive partidos, que hacen vida política desde las masas, desde el pueblo; un tanto más por ganar protagonismo en los espacios de poder, que por formarse en ganar un estado de conciencia de clase que le permita aclarar y dilucidar su futuro en la historia; este hecho sin embargo, resulta necesario en la aparición de las condiciones oportunas para el inicio de la revolución, como lo aseguraba Marx.
Sin embargo en esta polarización del país, se da por sentado los siguientes objetivos: por un lado, la burguesía no dará un paso atrás en la entrega del poder que ha mantenido desde la Revolución Francesa y utilizara su mejor arma que le ha dado resultado desde la segunda guerra mundial, su facilidad de socializar sus objetivos capitalistas, facilitándole de ese modo la alienación de quienes se han atrevido en momentos de la historia alzar la voz en nombre de la humanidad, del socialismo o comunismo, convirtiéndolos en lo que conocemos como los revolucionarios reaccionarios. Por otro lado existen quienes respaldan y defienden un proyecto conocido como el socialismo del siglo XXI, militares que antes perseguían a los revolucionarios y otros que en nombre de un término radical, incluyendo a quienes fueron perseguidos, se unen a este proyecto como la respuesta pacifica y único camino por donde debe transitar Venezuela. Los cinco puntos históricos, como lo llama el Presidente Chávez, a su plan de gestión para el periodo 2013-2019, si bien resulta el pronunciamiento de cinco objetivos generales ambiciosos sobre los cuales vale enormemente trabajar, no tienen un futuro inmediato conforme a la exigencia marxista, si se continua en un sistema dominante como en el que aun actuamos. Sin pretender caer en descalificaciones, Chávez ha hecho el bosquejo de una parte del barco y se le ha olvidado que no existe mar donde echarlo a navegar. Estos objetivos en el capitalismo no son viables en su concesión profunda.
Sobre este particular, la mayoría de las organizaciones de izquierda convergen, sin embargo mantienen una recia pugna para elevarse como el verdadero partido de vanguardia revolucionaria, asumiendo su propuesta de programa de gobierno como el ideal. Todos sin excepción, eluden la posibilidad de otro camino, a pesar que algunas de estas organizaciones, nacieron de acciones nada pacíficas.
¿EXISTE OTRO CAMINO NO PACIFICO PARA ALCANZAR EL SOCIALISMO EN VENEZUELA?
Para facilitar una respuesta, es necesario que profundicemos en el análisis de algunos elementos, estos son:
- Discernir entre la Paz y la Violencia.
- Condiciones que presenta nuestro país para la confrontación de clases.
- La lucha popular no es un reformismo armado
- La ciencia revolucionaria al mando de la acción revolucionaria
- Centrismo
- Dirección, organización y disciplina comunista
1.- DISCERNIR ENTRE LA PAZ Y LA VIOLENCIA.
Al principio decíamos que en Venezuela se está hablando de la existencia de dos clases sociales, la burguesía y el proletariado, por lo menos en los izquierdistas se habla de ello. Si esto es así, aceptamos que la sociedad ha estado dividida en estas dos clases sociales, desde la aparición de la industria se ha profundizado esta existencia y prueba de ello la observamos en su génesis de la revolución francesa. La clase dominante ha establecido su máquina para oprimir y explotar. Con los cuatro dedos de frente que podamos tener, estos dos últimos términos son propios de la violencia, es decir, que ha sido la clase dominante (burguesía) quien ha usado la violencia contra el proletariado (pueblo mayormente desposeído). Esta máquina de violencia a que nos referimos es El Estado, que ha sido el instrumento para aplastar toda resistencia que pueda surgir de la clase dominada (tropas, policías, espías, tribunales de justicia, prisiones, partidos, medios; son utilizados contra los dominados). Por otra parte esta clase dominante (burguesía) emplea a sus intelectuales para vender gratis el pacifismo con el eslogan no a la violencia, con el único propósito que los explotados (pueblo) se resignen a su destino sin pensar, al menos, utilizar la violencia como medio de resistirse ante la clase explotadora en el poder. Siendo los que están en el poder quienes utilizan la violencia contra el trabajador, estudiante, campesino, clamando el uso de la no violencia a través de sus leyes. Es esta violencia la que el Estado Burgués ataca, es la única herramienta que tienen los oprimidos para resistir; pero cuando es utilizada por el Estado es legitimada por las leyes que la misma burguesía ha creado para su perpetuidad legal.
Por supuesto, que quienes han sido alienados por este programa de pacifismo y humanitarismo, no solo se oponen a la violencia, sino que no hacen ninguna distinción del carácter de las clases. Para su conciencia, la violencia utilizada por el Estado para reprimir y la violencia que pueda usar el pueblo para resistir, es la misma. Recordemos que decía Lenin al respecto: Hablar de violencia en general, sin distinguir las condiciones que diferencian la violencia reaccionaria de la revolucionaria, es equipararse a un filisteo que reniega de la revolución, o bien, sencillamente, engañarse uno mismo y engañar a los demás con sofismas
Para los intelectuales todo tipo de violencia es mala, es caca. Ante la muerte a causa de la violencia, solo queda para ellos el lamentarse, desconocen por completo la ley del desarrollo social, solo logran observar lo malo de la violencia, pero no ven más allá y se le dificulta entender y aceptar que la violencia ha jugado y seguirá jugando un papel fundamental revolucionario en la historia. Recordemos a Marx: la violencia es la partera de toda vieja sociedad que lleva en su seno otra nueva
En la misma izquierda, en nuestros partidos, aun conseguimos en la actualidad contraposiciones propias de revisionistas y oportunistas enarbolando las banderas de la Paz y humanitarismo; dando muestras, con simplemente escucharlos, que la violencia es un tabú. Se dicen Marxista-Leninista y sin embargo niegan la labor de la violencia en la historia. Estos izquierdistas son defensores, aunque lo nieguen, de Herr Dühring; quien aseveró que la violencia es el mal absoluto, siendo el pecado original de la Biblia el primer suceso de violencia. Sin embargo los comunistas tampoco somos pendencieros como afirman los retrógrados para desacreditarnos. La violencia es un fenómeno social producto de la explotación y utilizado por la clase dominante para mantener su dominio sobre la otra clase. Ahora, es deber de todo comunista usar la violencia revolucionaria para contrarrestar a la violencia contrarrevolucionaria. Marx lo afirmaba: el proletariado por la violencia derroca a la burguesía. En definitiva, los comunistas no proponemos la violencia por ser lunáticos, caprichosos, frenéticos, delirantes o furiosos; sino porque seguimos y cumplimos con una ley que conduce el perfeccionamiento social de la humanidad. Sin este particular, ningún progreso, llámese como se llame triunfara.
Decíamos que el Estado es una máquina de dominación, y esto es lo que engrandece a los intelectuales revisionistas y oportunistas, que en nombre de la no violencia, promueven simples cambios de personas en el gobierno a través de una de las tantas piezas de esta máquina de dominación, como lo son las elecciones. El pueblo cree que participa en la escogencia de sus gobernantes bajo el termino de Democracia (otra pieza de la maquina), pero es el Estado quien le impone a quien escoger para seguir dominados, continuando con el viejo orden político y económico. La revolución del pueblo debe aplastar el Estado; esta es la diferencia entre la revolución del pueblo (proletaria) y la revolución burguesa del siglo XXI. El socialismo del siglo XXI no aplasta al Estado, sino que se apodera de ella, la mantiene y la perfecciona con características que la hacen ver social.
La posibilidad de que se alcanzara el poder por medios pacíficos, pudo ocurrir antes de que el Capitalismo adquiriera su etapa superior, el imperialismo. Pero una vez que el mercado de capitales se generaliza en todos los países del mundo, y por consiguiente su brazo ejecutor y defensor llamado militarismo y su conciencia Burocrática; ya esa posibilidad pacifica se desvanece. Lenin contestándole al renegado Kautsky padre del revisionismo, afirmaba: La revolución proletaria es imposible sin destruir violentamente la máquina del Estado burgués y sin sustituirla por otra nueva...
Lenin Dijo: todos los subterfugios, los sofismas, las viles falsificaciones de que Kautsky se vale, le hacen falta para rehuir la revolución violenta, para ocultar que reniega de ella, que se pasa al lado de la política obrera liberal, es decir, al lado de la burguesía. Ahí está el quid
2.- CONDICIONES QUE PRESENTA NUESTRO PAÍS PARA LA CONFRONTACIÓN DE CLASES.
La lucha, en cualquier campo, se alimenta de su fin, de su objetivo. Y el fin de toda lucha revolucionaria es la toma del poder. Quienes piensan que evocar la violencia es un acto que va en contra de las masas, están equivocado. La lucha armada en América se ha hecho desde las masas, desde el pueblo, es un requisito imprescindible que nos ha mostrado la historia en triunfos y derrotas en los países que la han propuesto como camino de emancipación de sus pueblos. «En nuestra situación americana, consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la Revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América; son ellas: Primero: las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército. Segundo no siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas. Tercero: en la América subdesarrollada, el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo.» (La guerra de guerrillas.) Ernesto Guevara
En este sentido, afirmamos que en cualquier país de la América, incluyendo Venezuela, puede realizarse la confrontación de clases. Pero si ahondamos un poco más en las condiciones objetivas, reales, encontramos que en nuestro país la población rural (campesinos e indígenas) viven en condiciones de opresión y explotación; caso palpable la de los hermanos Yukpas, sin embargo se levanta desde su seno un líder, el único quizás, que se ha levantado en contra de toda dominación, sea Sabino ejemplo a seguir. Su familia, amigos, vecinos, mujeres, ancianos y niños, han sido oprimidos por los órganos legales de violencia del Estado; no basta un simple cambio de los generales al mando para apaciguar en nombre de la justicia. En lugar de solidaridad y respaldo, ha conseguido descalificación y censura por las calumnias de los intelectuales y políticos reaccionarios y revisionistas en nombre de la Paz. La violencia del Estado se justifica para oprimir, pero la violencia de Sabino en nombre de una revolución que reclama sus derechos ancestrales como pobladores originarios, son vilipendiados. Estos al igual que los campesinos que son arrinconados como simples obreros en las haciendas con míseros sueldos, constituyen una masa importante como fuerza revolucionaria en potencial.
De igual manera, existen otros elementos de consideración que nos permiten aportar por unas condiciones dadas; un ejército como órgano del Estado, hecho para la guerra convencional sin experiencia en la lucha de guerrillas en los campos, impotentes ante un enemigo invisible e invencible, decayendo su moral combativa rápidamente. Ejemplo de ello existe en la historia venezolana en los años, 60 y 70, sin embargo los errores de dirección, sin un trabajo de masas y personajes seguidores de Kautsky en los mandos, dieron con la derrota.
En las actuales condiciones históricas de América Latina, la burguesía nacional no puede encabezar la lucha anti feudal y antiimperialista. La experiencia demuestra que en nuestras naciones esa clase, aun cuando sus intereses son contradictorios con los del imperialismo yanqui, ha sido incapaz de enfrentarse a éste, paralizada por el miedo a la revolución social y asustada por el clamor de las masas explotadas. (Fragmento de la declaración de la Habana)
Ahora el factor Conciencia, la organización y dirección emanada de los partidos a las masas, puede indiscutiblemente atrasar o avanzar un proceso revolucionario violento; pero cuando estas condiciones maduran, la revolución que proponemos se produce. Que esta se dé por vía pacífica o por parto doloroso, no depende de nosotros los revolucionarios, es menester de las fuerzas reaccionarias del viejo sistema, que se resisten; y si ha de usarse como el médico, aparatos de fuerza para lograr el parto, serán las masas explotadas quienes darán el empuje que se amerite.
En definitiva, existen las condiciones y se dan a diario, las masas se contraponen al Estado en sus reclamos. Si aún se dudara de esto, es comprensible la búsqueda de alternativas, bajo la discusión revolucionaria y que surja la solución aplicable. Lo que no admitiría la Historia, es que los analistas e intelectuales de los partidos, se equivoquen. Los partidos deben entender que no pueden adueñarse del rol de Partido de vanguardia como si fuese un título, eso se consigue estando al frente de las masas, pero no en procesos electorales, es en la lucha por sus reivindicaciones sociales, en la búsqueda de la justicia social y en la formación de su conciencia en la toma del poder.
3.- LA LUCHA POPULAR NO ES UN REFORMISMO ARMADO.
Mao Tse Tung dijo, "el pueblo, solo el pueblo es la fuerza motriz, el creador de la historia universal". Cuando se inicia la lucha popular, tal como los revolucionarios la enfocamos, buscamos un fin, la toma del poder. Nada puede obstaculizar este camino, se logra el triunfo y la clase obrera irrumpe el Estado y aplasta a la burguesía y todo su sistema dominador, o la derrota es nuestra y el viejo sistema continua.
Negociaciones a una salida pacífica, en términos de una falsa democracia participativa; seria caer en reformismos. La lucha armada que se vivió en Venezuela en los años 60. 70 y 80, tuvo mucho de estas negociaciones, aniquilaron la idea de usurpar el poder y en cambio presionaron para lograr una salida a las reformas. De hecho uno de los más tristes recordado líderes guerrillero, Teodoro Peckof, revisionista hasta la medula fue uno de los principales responsables de la derrota de esta campaña, posteriormente es responsable como ministro de Cordiplan de las más nefastas medidas Neoliberales aplicadas por gobierno alguno en Venezuela.
Ya sea armado o no, reformismo es reformismo. La lucha popular no es reformismo armado. El reformismo no puede ser utilizado como medida de presión para lograr ciertos avances en la revolución. Ejemplo como el de Teodoro, lo vemos en toda América. Los movimientos que protagonizaron luchas guerrilleras fueron elegidas mediante la herramienta burguesa de las elecciones, al poder. El FSLN en Nicaragua, el FMLN en el Salvador. Más actual, en Nepal, el PCNU (M), libro una lucha armada contra el Estado, y al final terminó integrándose a él; no se libró la guerra para acabar con el poder, sino para conseguir concesiones. Todas estas situaciones, como en los partidos actuales de izquierda de Venezuela, han tenido como protagonistas en sus filas, oportunistas, revisionistas, reaccionarios, intelectuales pacifistas, que han descarrilado el camino revolucionario traicionando a las masas y su objetivo histórico, a cambio de concesiones y un lugar en el Estado, en el aparato dominador.
4.- LA CIENCIA REVOLUCIONARIA AL MANDO DE LA ACCIÓN REVOLUCIONARIA.
Sin teoría no hay practica y viceversa; la teoría que no se combina con la práctica, se convierte en intelectualismo pequeño burgués, y la práctica sin la teoría nos lleva a la acción ciega, al fracaso.
Resulta ineludible, para quienes nos decimos, socialistas, comunistas, revolucionarios; la educación política. Conocer la historia en su pasado y presente, es avanzar en el posible camino certero para transformar la sociedad. Muchos dicen ser revolucionarios o comunistas, pero desconocen acerca de Marx, Engels, Lenin, Stalin o Mao. Estos conocimientos (ciencia revolucionaria) no son solamente para los cuadros de los partidos, son para formar también a las masas, sacarlos del letargo despertando su conciencia, para que comprendan su realidad y estalle esa furia revolucionaria. La ignorancia de la clase oprimida es lo que ha perpetuado a la burguesía como clase dominante.
El Marxismo-Leninismo-Maoísmo, es una ciencia revolucionaria sentenciada a comprender y transformar la sociedad. A través del socialismo científico, el materialismo histórico y la economía Marxista, esquematizando las enseñanzas colectivas de la lucha de clases y de las revoluciones proletarias ocurridas. Quienes atacan esta ciencia revolucionaria, ayudan a la clase dominante, a la burguesía. Por supuesto que esta ciencia revolucionaria, Marxista-Leninista-Maoísta, es una guía y no debe comprenderse como un dogma, pero tampoco se debe renunciar a sus principios y a su quinta esencia. En la actualidad los partidos de izquierdas, que actúan en las contiendas electorales, son eclécticos y su formación política es a medias o simplemente no la poseen. De igual manera renuncian a la quinta esencia del Marxismo revolucionario, esgrimiendo con sofismas su capacidad de adaptación a la realidad actual. Son espontaneos, sin norte ni enfoques del mañana.
5.- CENTRISMO.
En la historia de las acciones revolucionarias en el mundo, ha existido una posición entre el socialismo verdadero y el falso, entre los radicales y los oportunistas abiertos. Quienes se encuentran en esta posición, abogan por una conciliación entre el Proletariado (pueblo explotado que sufre) y la burguesía. Estos son a los que llamo la clase hibrida con una situación económica estable (propietario y trabajador, burgués y proletario); sin embargo su falsa estabilidad económica la convierte en una inestabilidad social, en tiempos de abundancia capitalista se acerca a la burguesía, que parasitariamente hace alarde de las migajas que le deparan de la plusvalía; pero en tiempos de crisis cuando las masas procuran alzar la voz revolucionaria, se acercan al proletariado, inclusive descalificando a la clase burguesa.
El Centrismo, al igual que los oportunistas; nacen, crecen y se reproducen en la burguesía, desde el Estado hasta los partidos políticos donde hacen vida, bien sea partidos social demócratas o comunistas, estos partidos reproducen estas ideas conciliatorias. El Centrismo es contraria a la posición Leninista El socialchovinismo dice Lenin es el oportunismo maduro hasta el punto de que ya no es posible que este absceso burgués siga existiendo como hasta ahora en el seno de los partidos socialistas.
El Centrismo no reconoce la posibilidad de cismar con el oportunismo; la rehúye y le teme cuando se acerca al proletariado; sin embargo al evitar el rompimiento con el oportunismo y apostar por la unidad o conciliación, hace un daño enorme, irreparable a las masas que sufre, frenan cualquier revolución que se intente desde el pueblo. Lenin decía: Esto no significa que se desee o, al menos, sea posible la escisión inmediata con los oportunistas en todos los países: significa que ha madurado en el plano histórico, que es inevitable y progresiva, que es necesaria para la lucha revolucionaria del proletariado, que la historia, tras de volver del capitalismo pacífico al imperialismo, ha virado hacia esa escisión. Volentem ducunt fata, nolentem trahunt*.
* A quien lo desea, lo lleva el destino; y a quien no lo desea, lo arrastra.
El Centrismo engaña al Proletariado, evitando las contradicciones más profundas del imperialismo, argumentado la necesaria unidad, aportando soluciones falsas sin la necesidad de tomar las medidas extremas revolucionarias para derrotar el imperialismo, asumiendo que este último es imbatible y por ende es preferible conciliar, habitar con él. Lo que nos lleva a un Estado Globalizado del Imperialismo. Centrismo es la defensa del oportunismo en forma encubierta, lacaya y benevolente. Para nosotros los comunistas, un gobierno que coquetea con la burguesía entregándole concesiones a pesar de atacarla mediante discursos públicos y que a la vez, en ese mismo discurso defienda y proclame consignas revolucionarias, pero que en el fondo sus acciones van en contra de las masas, y que a pesar de ciertas regalías, mantienen estas masas (proletariado) dominadas; es sin lugar a dudas, un gobierno Centrista. El socialismo del siglo XXI, hace con guantes de seda, lo que los oportunistas hacen abierta y descaradamente.
6.- DIRECCIÓN, ORGANIZACIÓN Y DISCIPLINA COMUNISTA.
Vivimos momentos en que la burbuja creada por gobiernos Centristas, nos arropa y pretende adormecer al sector obrero y demás sectores populares. En tiempos cuando se habla de conciencia revolucionaria, cuando se habla de formar en las masas su conciencia de clase oprimida y de su objetivo histórico de tomar el poder; ya no basta, y es lo que los comunistas debemos enseñar a las masas, el que se solucionen temporalmente las necesidades básicas. Debemos romper con las pretensiones de conciliación con la burguesía, con el imperialismo; desenmascarar y enfrentar a todo gobierno o partido centrista, oportunista, que enarbole la bandera falsa del socialismo.
Ante esto, los sectores populares, deben tomar conciencia de su situación y que el único camino es organizarse para tumbar este sistema de explotación llamado capitalismo. La Violencia es justa ante la opresión, pero por si sola, de manera espontánea es un error, afianzaría la opresión; para no caer en estos errores los comunistas debemos utilizar la ciencia revolucionaria.
El Partido, debe ser la organización de la vanguardia revolucionaria, sobre este particular ya había escrito algunas notas en mi artículo EL PARTIDO. El partido debe convertirse en un instrumento de educación, guía, organización y plataforma de voz y acción de las grandes masas oprimidas; guiar a las masas, al pueblo, como fuerza capaz de romper todo el sistema existente y levantar uno nuevo sobre sus ruinas. Pero luego de conquistado el poder, el partido tendría una mayor responsabilidad que la de ser un Estado mayor combativo. Lenin decía: " Pero el proletariado no necesita del Partido solamente para conquistar la dictadura; aún le es más necesario para mantenerla, consolidarla y extenderla, para asegurar la victoria completa del socialismo." (Los fundamentos del Leninismo. Stalin, 1924).
Esta organización y Dirección no podrán ser efectivas, si no se cumple o se realiza a través de la ciencia revolucionaria. Esta es la disciplina de todo Marxista-Leninista-Maoísta, nada puede ser producto de decisiones aventureras. Aquellos que se lanzan sin dirección científica y comunista serán derrotados. Los que no tienen disciplina serán derrotados. El partido revolucionario es imprescindible; el cambio real requiere, dirección comunista, organización y disciplina.
EN CONCLUSIÓN.
Existe una ardua tarea que no puede ser llevada a la ligera, el compromiso con la historia y con nuestro país, es el compromiso con nosotros mismos; el que avancemos hacia el verdadero socialismo, solo será posible si iniciamos la revolución de la única manera que la ciencia revolucionaria nos dicta, bajo una dirección, organización y disciplina Marxista-Leninista-Maoísta. Organizar y direccional a través del partido de vanguardia, la violencia legítima de las masas oprimidas. Execrando bajo una supervisión permanente, los oportunistas reaccionarios y reformistas, que aún permanecen en la izquierda Venezolana; por supuesto desenmascarando los enemigos del pueblo y que hacen vida en el Estado burgués, en la falsedad denominada como socialismo del siglo XXI.
De tal manera, que se hecha por tierra, todas las pretensiones intelectualistas de los llamados pacifistas, al erróneamente tratar de descalificar el derecho que tiene el pueblo Venezolano, de levantarse y luchar por su liberación, para alcanzar y arrebatar el poder. Las condiciones existen, siempre han existido. Dejarnos manipular y adormecer por falsas conciliaciones, por promesas sofistas de una convivencia de la burguesía y el proletariado, del poder popular y el poder del Estado, que algunos se atreven proponer como poder Dual; es simplemente agachar la cabeza y dejar que el verdugo imperialista nos decapite.
Formemos el partido de vanguardia, organicemos a las masa en la educación necesaria que le permita tomar la conciencia como clase oprimida, mostremos mediante la ciencia revolucionaria a nuestro pueblo cuál es su papel histórico, y direccionemos la violencia de este despertar en una revolución que aplaste a la clase dominante; esta última etapa que a la vez es la inicial, será de lucha armada, pero necesaria si el gobierno no realiza las transformaciones de la estructura del Estado, según la guía marxista, tiempo ha tenido en el poder para ello. Dudo que este gobierno se aparte del Centrismo que ha venido practicando, el llamado es a los partidos pequeños con banderas socialistas, hay un pueblo que no espera vacilaciones, un pueblo que está despertando.
Revolución o muerte
Viva la lucha armada, abajo el Centrismo y el pacifismo oportunista
El pueblo al poder
todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: El poder nace del fusil.
Mao Tse-tung
ejs_66@hotmail.com