Cuando el pueblo venezolano volcó sus expectativas al llamado socialismo que se le prometía, muchos asumimos el rol de acompañar la construcción del camino desde la miseria pululante en los barrios. La izquierda en Venezuela se aglutino –no confundir con unión- desde las diferentes organizaciones en un sector netamente electoral. Han pasado 19 años con un carnaval de triunfos erigidos por la izquierda como trofeos populares revolucionarios; sin embargo nada de popular puede tener cuando el pueblo aún no ha asumido el rol como clase proletaria, la ascensión al poder, y digo ascensión porque si la vía que se tomó para construir el socialismo fue la electoral, ¿no ha sido suficiente el tiempo de la "izquierda" en el gobierno para brindarle en bandeja de plata este poder de gobierno a las masas populares? ¿No es eso lo que dice el manifiesto comunista? ¿Qué el pueblo asuma el poder mediante la revolución? ¿Acaso no es frase de la izquierda venezolana, desde que la revolución se hizo desde 1998?.
Siempre he ratificado que las elecciones son una herramienta burguesa, por ende capitalista. Mal pudiera entonces hacerse una revolución por esa vía, y mal pudiera llamarse a este proceso "revolucionario" cuando no se ha transformado absolutamente nada; sobre todo conociendo que los personajes que acompañaron al Presidente Chávez, pescando en rio revuelto, procedían de las elites burguesas y de partidos de cogollo como AD y Copei, formando así el partido de gobierno que hasta hoy se han convertido en una especie de nueva clase social atinada a la burguesía -ciertamente también convergieron críticos marxistas y vaya si les ha ido mal- ¿Es entonces este proyecto que género tantas expectativas, una propuesta socialista? Me atrevo a decir que no.
Los resultados hasta ahora nos dicen que su concepción es cómodamente progresista, lo que lo coloca en una propuesta socialdemócrata. Para los comunistas simplemente es una propuesta más que fortalece al capitalismo, esto no es una afirmación caprichosa, basta con leerse el manifiesto comunista y demás análisis al respecto, que por cierto son la basa para los fundamentos doctrinales y estatutarios de los partidos de izquierda. De manera que, no basta el asistencialismo a una masa que, por no tener conciencia de clase, se avalancha en las asambleas populares exigiendo bolsas de comida como paliativos, reclamando a sus "camaradas" en el gobierno solucionen los altos precios y escases de productos, o pongan mano dura con algunos corruptos "infiltrados". Esto es amigos valerse de la ignorancia del pueblo producto de una alienación de siglos e imprecar los conceptos marxistas con toda su simbología revolucionaria.
Lo peor de este asunto, es que quienes nos hemos hecho llamar comunistas, hemos permitido de alguna manera semejante atropello a nuestras premisas convirtiéndonos en cómplices. El pueblo en estos momentos ha perdido credibilidad en los conceptos socialistas. No podemos culpar a la derecha cuando la gente común ha colocado al socialismo en el mismo saco de Ad y Copei con todos sus derivados. En una oportunidad dije en un secretariado, que teníamos que deslindarnos de cualquier proyecto progresista, pues corríamos el riesgo como vanguardia, como guía revolucionaria; de perder toda la aceptación que se había logrado. Chávez despertó la inquietud del pueblo por el socialismo, eso hay que reconocerlo, pero también reconozcamos que ese proyecto a través de los años ha venido colindando con la derecha, asentando las dudas en el venezolano que lo llevo al poder. No es mentira que las concesiones que se han hecho a las elites burguesa que dominan el aparato productivo del país, es contradictorio al planteamiento Marxista, muchos camaradas desde las filas del psuv han alzado la autocrítica por hechos de corrupción y por el caso omiso al golpe al timón que ya Chávez veía como una necesidad para no perder el rumbo; sin embargo estos camaradas han sido etiquetados de traidores al proyecto. Me parece bien que sean calificados como traidores, pues el proyecto no es para nada socialista, están siendo traidores a una propuesta capitalista, vaya un justo reconocimiento para ellos.
Hoy quienes nos mostramos como comunista, aceptamos la responsabilidad y no puede haber ya la excusa que el proyecto que se presentó y defendimos a espada, era lo más parecido al socialismo. ¿No aprendimos del Chiripero? ¿Si no teníamos la capacidad de convocatoria o el suficiente eco en las masas hasta que llego Chávez, porque no se dio un paso al frente cuando aparecieron las acciones burguesas, que ya se sabía que aparecerían y tratar de no perder la credibilidad del pueblo? Este acto de reconocimiento puede como acto de humildad, devolver las expectativas al pueblo venezolano y crear de una vez por todas acciones concretas. Pero más allá de una posición irreverente por preservar una opción electoral, distinta al partido de gobierno, esta irreverencia debe ir a profundizar la conciencia de clase, que obligatoriamente recrudecerá la lucha, tal como lo viene haciendo el glorioso Partido Comunista de Venezuela, lanzando el popular gallo rojo a la batalla. Estamos olvidando que el problema es el sistema, colocar hombres o mujeres con el calificativo de "lo mejorcito de lo peor" en instituciones que siguen siendo burguesas, es simplemente cambiar a quien nos pisoteara en este turno. No es aupar el asistencialismo, es concientizar a las masas en cesar mendigar una bolsa de comida o exclamar desesperadamente soluciones al psuv cual Mesías; es tomar el poder a la fuerza porque ese es su derecho y destino. Los colores de la revolución y más aún los preceptos marxistas no pertenecen a ninguna organización, sino a las masas para que les sirva de herramienta oponiéndose a las elites que lo explotan. O ¿es que ya no somos explotados? El Capitalismo genera crisis, pero no está en crisis. De nada sirven esas asambleas populares si no es para enfrentar al opresor que usurpa vestido de oveja y decirle ¡Ya basta, no más engaños. Ahora las masas tomaremos el poder! Es ahí donde debe estar el cuadro comunista, no en una mesa electoral afianzando el sistema dominador. Las elecciones en cualquier nivel, no acabaran con la corrupción, al contrario incrementara la acumulación del capital en manos de unos pocos. Es tiempo de que las organizaciones comunistas Venezolanas tomen decisiones históricas, no vacilantes; perder un estatus electoral es un honor cuando preferimos acompañar al pueblo que está perdido en el hambre y desesperación.
Mucho se ha recomendado para salir de esta crisis económica, nacionalizar la banca, eliminar la entrega de dólares a las elites burguesas del aparto in-productivo, un mal llamado control de cambio, entre otros; todos ellos no tendrán el impacto esperado porque son medidas propias del capitalismo que permiten su oxigenación. No existen políticas económicas marxistas –estímulos a la producción, aumento de la productividad, eliminación de la propiedad privada- se prefiere consensuar con los empresarios, alucinando que estos rechazaran las enormes ganancias que le permite la inflación inducida. La intención de reformas aplicadas no mella la crisis de nuestro sistema capitalista rentista petrolero. Hacen faltas con urgencias medidas radicales que transformen el sistema económico en otro más humanista, y es la clase obrera la encargada de asumir retos que permitan su aplicación, no podemos esperar esta iniciativa de gobiernos progresistas. Solamente los comunistas somos capaces de mostrar a las masas las alternativas, pero son las masas –obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales- quienes deben asumirlo e implantarlo tomando el poder a como dé lugar.