Sorpresa para unos, crónica anunciada para otros. Lo cierto es que el dictamen divulgado por PSUV, para la postulación y selección de los candidatos y candidatas a las elecciones municipales a celebrarse este año, cancela cualquier rumor e insta a actuar disciplinadamente ante el mismo, pues responde a la normativa que orienta la conducción de la revolución manifiesta en el Libro Rojo.
Y tratándose de eso, es bueno hacer algunas consideraciones. Ese dictamen supone de entrada, competir todos y todas en igualdad de condiciones, que la diferencia la determine, el conocimiento cabal que tenga la militancia de los competidores, los cuales deben perfilarse como políticos probos, honestos, solidarios, hacedores creativos de una praxis social diaria que genere una ruptura radical con la forma de hacer política tradicional y los valores propios de la sociedad capitalista. Y no, jamás, esa diferencia la determine, el uso y abuso de la posición que detenten algunos o algunas dentro del partido o dentro de la gestión pública en cualquier nivel de gobierno; por eso fue que a modo de advertencia Diosdado Cabello dijo: “…obedezcan las reglas de juego, que nadie juegue posición adelantada, quién lo haga se le aplicará el reglamento”.
Tal advertencia, podría sugerir que ese procedimiento para la medición de liderazgos, no garantiza igualdad de condiciones en un cien por ciento a quienes se postulen, y en consecuencia es desventajoso para la militancia que desee ser postulado o postulada, por ejemplo, en un municipio bolivariano donde ellos discrepan críticamente de quienes conducen la gestión; ante lo cual es necesario precisar, que es el más democrático de los métodos de escogencia que establece el partido. Además, en los casos de aspirantes a candidato o candidata a Alcalde o Alcaldesa, el proceso de primarias, está amparado por la cooptación, sí y solo sí, cuando al finalizar la contienda ningún aspirante obtenga la mayoría absoluta, y a partir de ese momento la Dirección Nacional selecciona los nueve más votados y decide basándose en parámetros cualitativos. Esto sin lugar a dudas oxigena el proceso, dado que la decisión puede ser determinada por criterios como: quien jugó más limpio, quien utilizó ventajismo, o quien está más consustanciado con el proceso revolucionario. Por ello es bueno que el partido se haya reservado la segunda vuelta.
Tal consideración en el reglamento no aplica para los postulados o postuladas a concejales o concejalas, es un universo muy amplio y muy complejo de cualificar. Para ellos, sólo habrá primarias.
En definitiva, quienes queden seleccionados, habrán de enfrentarse a los candidatos opositores el 14 de julio, fecha en la cual se realizarán las elecciones municipales según lo anunció Tibisay Lucena. ¡Por fin…Rectora! ¡Por fin elecciones de concejales también! Ya era hora de renovar esa carga burocrática improductiva que el Estado ha soportado por tanto tiempo. Concejales que se fosilizaron en sus curules, discutiendo en las “cámaras” nada que tenga que ver con fortalecer el Poder Popular, salvo contadas excepciones. Discutiendo si el presupuesto, sus sueldos, sus dietas. ¿Dónde están las ordenanzas para el crecimiento de los municipios? ¿En lo cultural, en el desarrollo de la nueva ciudadanía, en vialidad, en transporte público, en el ordenamiento urbano? En un municipio, ocho años son ocho años, no se trata del país donde el tiempo es corto para elaborar las grandes leyes que requiere, y las grandes soluciones para responder a los grandes problemas estructurales.
No obstante, todos los concejales quieren reelegirse, lo cual es legítimo…lo ilegitimo es haberse anquilosado a la sombra de sus cargos.
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