La Coordinación Nacional de Marea Socialista, reunida en la Ciudad de Caracas a los 2 días del mes de marzo de 2013, al pueblo bolivariano:
Con la carga cruel de angustia que provocan y la incertidumbre que generan los rumores que están recorriendo el país, los de saqueos en barrios y enfrentamientos en estaciones de Metro, hechos inexistentes, acompañan al más doloroso y angustiante de todos: la supuesta muerte del Presidente, vuelta a desmentir en la noche del viernes 1 de marzo por el gobierno.
El plan de los sectores de la oposición que desarrollan esta campaña es cruel. Pero como todo rumor estos también se apoyan en una base real: la incapacidad actual del gobierno para comunicar la verdad de la situación de Chávez. No se trata sólo del ministro Villegas, el problema grave son las contradicciones en que se incurre desde el Alto Gobierno y el clima de duda y secretismo que se le ha dado al tratamiento de la salud del comandante, que tiene molestos al pueblo bolivariano y también a sectores del gobierno y del Estado que no hacen esfuerzos en ocultar su malestar.
Es tan angustiante la situación creada por los rumores que la búsqueda de datos fehacientes está obligando a nuestro pueblo a buscar información en medios de la oposición. Y allí encuentran como es de esperar, una manipulación desalmada, un aprovechamiento descarado. El círculo de rumores, angustia e incertidumbre, que se ha instalado ha generado un nudo que no se puede desatar, hay que cortarlo de raíz activando conscientemente al pueblo bolivariano.
Y en esto todas las organizaciones del poder popular tienen que hacer su parte, partido, consejos comunales, sindicatos, movimientos sociales… Impulsados por el gobierno o a pesar de la falta de reacción del mismo. La revolución no es el gobierno, la Revolución es el pueblo bolivariano y el liderazgo de Chávez.
El PSUV no puede esperar la indicación de un gobierno desorientado frente a la angustia creada por los rumores. Tiene que asumir su responsabilidad ante la disyuntiva de ser sólo una máquina electorera o convertirse en el partido de la revolución, si es que todavía hay tiempo para eso. Sus militantes tendrían que sentir orgullo de participar y deben tener el derecho de opinar y decidir. No como ahora, donde lo que domina son las quejas y el mal humor de los militantes y muchos dirigentes, como se está viendo en el proceso que lleva a las elecciones de alcaldías. La dirección del partido tiene la obligación de romper la inercia burocrática y reformista y dar paso a la militancia de base, a los cuadros medios, a los dirigentes desplazados porque piensan distinto; de lo contrario demostrará que no está a la altura de la situación histórica que enfrentamos.
La Central Sindical debe dejar de actuar como bombero apaga fuegos de la situación provocada por las debilidades o errores del gobierno y movilizar a los trabajadores para defender sus derechos contra el capital privado y contra aquel patrono estatal que no se adapte a los tiempos de la revolución. Enfrentar la especulación, el desabastecimiento, luchar para recuperar el salario golpeado por la devaluación y la carestía. De lo contrario, y a pesar de tener apenas un año de vida, será repudiada por los propios trabajadores y botada al basurero de la historia.
Los Consejos Comunales, los Consejos de Trabajadores, los movimientos populares y sociales deben organizarse y unirse para combatir los rumores, pero no solo los rumores. Se debe combatir el desabastecimiento y la especulación. Empezar un proceso de debate y sobre todo de movilización junto al resto de las organizaciones sociales y políticas del proceso para exigir del gobierno la convocatoria a un estado de movilización general en defensa de la revolución.
El gobierno, debe dejar de realizar simples y tibias concentraciones de carácter electoral que, dejan molestos a gran parte de los participantes, porque no entienden para qué se los convoca, y en cada una de ellas salen fastidiados de los nuevos “líderes” que se han apropiado de la información sobre la salud de Chávez. Y debe recordar que están obligados, a socializar con el pueblo bolivariano, que ya pide como en Abril del 2002, ver a Chávez. Y convocar a verdaderas y combativas manifestaciones de defensa del proceso.
Desatar el látigo de la revolución
Este pueblo ha tolerado pacientemente y ha hecho lo que él puede hacer entregando su amor y energía para la recuperación del comandante Chávez y para acompañarlo en su convalecencia. Está soportando, por ahora, la especulación y el acaparamiento. Además de una devaluación que golpea el salario de los más humildes mientras enriquece repentinamente al capital financiero y a los socios que dentro del proceso le facilitan sus turbios negocios. Y ahora los rumores, muchos de los cuales, hay que decirlo, surgen se sectores que se pretenden revolucionarios.
Desde las bases debemos desatar el látigo de la revolución. Llegó la hora de terminar con esta situación. El gobierno. Maduro y Diosdado y todos los que tienen responsabilidades de gobierno deber activar al pueblo bolivariano con orientaciones claras para defender el proceso y dar el cambio de rumbo que fue propuesto por Chávez en el “Golpe de Timón”. De lo contrario serán las bases quienes lo harán.
No alcanza con los discursos amenazantes. A los especuladores y acaparadores no se los amenaza; se los mete presos sin necesidad de aviso, si son encontrados en flagrancia. A los aprovechadores de las herramientas económicas no solamente se los amenaza, se les incauta su bienes mal habidos. Las amenazas son simples discursos electoreros que ya causan fastidio porque no son seguidas de soluciones. El desabastecimiento sigue, la especulación continúa y la carestía se come los ingresos populares.
Medidas de urgencia para recuperar la salud del proceso revolucionario.
En la inauguración de la nueva Capilla Ecuménica del Hospital Militar, vimos una mínima reacción por parte del vicepresidente Maduro al intentar explicar un poco mejor el estado de salud de Chávez. Eso no detendrá los rumores y provocaciones. También dijo que el pueblo será quien resuelva el problema del desabastecimiento y que tienen en estudio medidas que el pueblo recibirá con alegría. No sabemos por qué no las anuncian o las ponen en debate para consultar con el pueblo bolivariano estás medidas, que las continúa estudiando un grupo del gobierno encerrado entre cuatro paredes. Pero siguen sin convocar a la lucha al pueblo bolivariano, civil y militar. Nosotros hacemos unas propuestas, para que las tome ese pueblo y las lleve a la calle en unidad.
1) Activación del poder popular para luchar contra el desabastecimiento. Poder de fiscalización y sanción para que los militantes del partido, de los sindicatos, de las organizaciones populares y sociales, detengan a los acaparadores e incauten la mercancía acaparada. Poder de fiscalización para el pueblo contra la carestía para obligar a los especuladores a hacer cumplir los precios fijados por el gobierno o llevar presos a los que incumplan. Basta de ganancias exorbitantes y abusivas.
2) Para recuperar el poder de compra del salario. Aumento salarial de emergencia, eliminación del IVA sobre todos los productos de consumo popular masivo. Impuesto de emergencia y extraordinario a las ganancias empresariales hasta que se modifique el sistema tributario nacional, donde paguen los ricos y no el pueblo llano.
3) Para combatir la especulación financiera: ni un dólar más a la burguesía. Todas las importaciones las debe realizar el Estado, por medio del Monopolio del Comercio Exterior.
4) Todo el crédito en manos del Estado: para garantizar la liquidez de caja, el pago y aumento de salarios, el financiamiento de las políticas sociales y desarrollar un nuevo modelo productivo, exijamos la nacionalización, sin indemnización y bajo control popular, de todo el sistema bancario.
Están los que creen de manera equivocada que los rumores, la especulación, el desabastecimiento y la carestía se resuelven dejando quieto al que se tiene que mover. Para cumplir con el Golpe de Timón que pidió Chávez, hay que activar de manera urgente al pueblo bolivariano para que como en abril de 2002 y en la lucha contra el paro sabotaje haga sentir la furia de la Revolución.