A pesar de haberme propuesto no verlo, tuve que calarme el show transmitido por Globoterror de los artistas. Fue un acto donde actores y actrices dieron todo su potencial pero para lanzar el último intento con la intención de que se les devuelva a la oligarquía el control absoluto de las pantallas que ellos han invadido para colocar a nuestro pueblo en contra de sí mismo.
Esa es la TV que ellos defienden. La que convierte a la imbecilidad en un encanto y el dolor ajeno en un espectáculo.
En la parte final habla el candidato de los “artistas” que hizo gala de su muy escasa inteligencia y demostrando ser un verdadero “artista” del aburrimiento confesó lo que hizo el tiempo que estuvo en la cárcel que bien merecida la tuvo. Dijo Capriles que soportó la prisión gracias a que veía todas las noches la telenovela “Cosita rica”. Que gran diferencia con la del comandante Chávez, que leyó y releyó en la cárcel de Yare una gran cantidad de libros que consolidaron y profundizaron la extraordinaria cultura que nos demostró y legó.
Porque el Presidente Chávez marcó tanto la diferencia que se multiplicó en millones de hombres inteligentes que ahora se multiplican en sabiduría, conciencia y compromiso. Uno de ellos es Nicolás Maduro. Hoy convertido no solo en continuador del legado sino en auténtico artista conductor y defensor de la patria grande.
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