Una victoria, que es mucho más holgada que la obtenida por Capriles en Miranda en 2012, pero que no cubrió las expectativas que teníamos. Siendo así, es justo también decir que los datos de este 14-A no reflejan un descuadre con procesos anteriores porque se notaba una perdida de espacio que ahora implosionó.
Si algo trato de hacer con esta primera lectura de los resultados, es evitar caer en una interpretación fácil y encontrar en la “traición” y los “infiltrados” una explicación de la situación. Si de infiltrados se trata, no debería sorprendernos porque un infiltrado es del otro bando y como tal, uno no debe esperar un voto favorable del otro bando. No me niego a creer que el fenómeno de la traición sea visible, pero este fenómeno de la traición debe ser contextualizado para no achacarle toda la responsabilidad al militante o amigo que dejó de creer en el proyecto. En ambas situaciones; estas dos situaciones son un reflejo o consecuencia de la manera como se estructuró una organización.
Creo que hay situaciones que si pueden contribuir a estructurar un discurso que haga una primera lectura de estos resultados. Una cosa que debe tenerse muy claro, antes de intentar una interpretación de esta situación, parte de considerar el lema que Chávez trabajó durante la campaña de octubre y que presagiaba que el máximo líder venía muy en serio con un estremecimiento de mata. Chávez en la campaña para el 7-O insistió en el problema de la ineficiencia y en la necesidad de la eficiencia. Aquí está un tema a considerar en el análisis de estos resultados. No se entendió este alerta y es una variable a incluir en el análisis.
No fuimos eficientes en dos asuntos sobre los que se fundamentó la verdadera campaña de la oposición. Es más, creo que a uno de esos asuntos no se le prestó ninguna importancia y el otro, se le utilizó como denuncia, más no como una manejo eficiente de una situación que desde hace algún tiempo venía comportándose como una nueva versión del golpe petrolero, que alentaba y prendía las turbinas de la movilización en los sectores medios.
El problema del desabastecimiento fue clave para la oposición y ella tuvo la capacidad de manejarlo muy eficientemente. Hubo desabastecimiento crítico durante la corta campaña y los momentos en que algunos productos aparecían, era tan perfecta la planificación de la salida de ese producto, que la aparición venía con una larga cola incorporada. En mi caso particular, puede comprobar a todas a las que pude acercarme para ver el comportamiento de la gente, que en cada una de ellas, siempre estaban unos personajes metidos en las colas, pero más trabajando como operadores políticos y haciendo un efectivo trabajo de convencimiento sobre la responsabilidad de Chávez con la escases. Los mensajes que utilizaban nos comunicaban que esto era parte de un programa fría y maquiavélicamente bien estructurado.
Siempre se daba la circunstancia (¿casualidad?) que el producto que aparecía con su respectiva cola incorporada, era un producto de primera necesidad y de la empresa que monopoliza la producción y distribución de productos de primera necesidad en Venezuela. No es un secreto para nadie –y menos para el PASUV- que esa empresa no es que está cuadrada con la oposición, sino que cuadra a la oposición.
Mientras la preocupación de Maduro se focalizaba en parecerse a Chávez; la verdadera campaña -desabastecimiento y apagones- de la oposición no tenía una contrapuesta. Pudo haberse pensado efectivamente, que el desabastecimiento era parte de su estrategia electoral. El tema del servicio eléctrico igualmente fue muy mal manejado y solamente se denunciaba que había un saboteo, pero no fuimos efectivos en su tratamiento. Estas dos realidades jugaron duro en la campaña y facilitaron el crecimiento de la opción de Capriles.
No puedo dejar de ver estos resultados sin la poca fuerza que se le dio a la primera R y la segunda R (R2). Comenzamos a pagar nuestras deficiencias. Ya veníamos pagando esta deficiencia, pero aquí cancelamos una gran cuota. No es muy recomendable que en una primera lectura de los datos, tratemos de ofrecer una explicación tomando a los infiltrados y las traiciones. Incluso en el manejo de las traiciones, si un punto a incluir en el análisis; el problema debería verse no bajo la óptica de un militante que dejó de creer en el proyecto para pensar que Capriles es la solución a sus problemas.
Hablo de esto y pienso en FUNDACOMUNAL y en el Ministerio de las Comunas en Anzoátegui. Si hay algo que le cabe perfectamente el calificativo de ineficaz y corrupto es a FUNDACOMUNAL y al ministerio de las comunas. Ineficaz y corrupto por la cantidad de casos que se reportan sobre la construcción de viviendas que no culminan. La corrupción se come los recursos y no se culminan los proyectos. Puedo dar fe, sobre la cantidad de reuniones en donde he estado y en las cuales gente humilde y pobre comenta que con FUNDACOMUNAL perdió sus esperanzas y al ponerle cuidado a las explicaciones, sale a relucir el problema de la corrupción.
Si a una persona se le incumple una promesa de una casa y ella ve que el procedimiento fue corrupto, es bueno preguntarse: ¿El traidor es la persona (militante) que vio truncada la promesa o es el burócrata, que en procura de hacerse de unos reales, dejo inclusa las viviendas? He oído estos cuentos y solo asociarlo con la orden que daban en estas dos instituciones de comprarle a una ferretería, que no tomaba la precaución de ofrecer mejores precios, ya se tienen elementos para verle el negocio.
Desde FUNDACOMUNAL y Ministerio de las Comunas en Anzoátegui, se obligaba –y obliga- a estas humildes personas comprar en esa una ferretería. Sé también que muchas de esta gente humilde fueron a Caracas a colocar los reclamos y de allá venían desalentados. En muchas reuniones en las que estuve, oí que esta gente que iba a Caracas a colocar los reclamos se le decía: Ese es mi gente y ahí no se toca a nadie. Efectivamente, no se ha tocado a nadie. La corrupción, la ineficiencia e ineficacia están intactas. Aquí si creo que hay una traición pero desde gente que tiene poder.
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@ClaudioElcuaco
