Percibo una intención especial en algunos de los que, a cuenta de veteranos guerrilleros de aquella IV República, exponen sus “inquietudes” y sienten que se la saben todas; sin embargo, no hicieron un carajo y pasaron los macabros cuarenta años, sin que se dieran cuenta, para aparecer como luces encendidas, luego de la llegada de Chávez. Si, ¡comonié!
Es voz generalizada entre los escuálidos y apátridas contrarevolucionarios, el alabar a Chávez, luego de su partida, y dicen a cada segundo que como Chávez ninguno, y para completárnosla, nos recuerdan que está muerto.
Mensajes bien pensados –diría yo- de algunos que dicen ser revolucionarios, y que, entre rebusque de palabras lisonjeras, las llevan hasta el plano celestial al hablar de nuestro Comandante Supremo. Simulación perfecta –diría yo también- para lanzar dardos envenenados al gobierno que hoy preside Nicolás Maduro y al PSUV, partido político nacido en el hervor de nuestra revolución, constituido por una masa del pueblo muy plural.
Me llama la atención que otros partidos políticos que conforman el Gran Polo Patriótico y que tienen tanta responsabilidad como el PSUV en la defensa de nuestro proceso, no sea mencionado por estos camaradas, como co-responsables del buen o mal gobierno. Por que si el pueblo es el que manda, entonces , a todos los revolucionarios nos corresponde una cuota de esa responsabilidad. A Chávez le lanzamos toda la carga y le exigíamos más y más; y nos entregó su vida. Chávez es único e inigualable, eso es indiscutible, para los que de verdad lo amamos, los que lo utilizan y los que lo odian. Nicolás Maduro, su hijo, posee la nobleza y el coraje que muchos de los presumidos que hoy emiten sus quejidos y que de alerta, quisieran tener. Plausible es su entrega, junto a los compañeros, sus hermanos, hijos también de Chávez, que cada día demuestran con hechos, el inmenso compromiso que han asumido para la defensa de nuestra Patria.
Y , como dice la letra de una canción: “ se parece tanto a mí...” A mí también se me parece mucho, y veo mucha similitud entre el comportamiento de la ultra derecha y los izquierdistas ultrosos: La misma técnica, el mismo modelo.