Los comunistas: “no dialogan con nadie”… y punto

La mentira cobra, en este tiempo de dominio imperialista en el mundo y de grandes amenazas de guerra  intercontinental, la importancia más acabada de lo antiético, es decir, de lo exageradamente vulgar y cínico. Por eso se vuelve agresiva, belicosa, mafiosa, perversa y diabólica en boca, fundamentalmente, de voceros políticos de la burguesía, de la más alta y rancia burguesía, esa que se queda con casi toda la riqueza que es producto de la explotación al trabajo ajeno y muy mal remunerado, esa que es imperialista y rapiña la materia prima de otras naciones.

            A veces, se cree que alguna etapa de la Historia ha desaparecido completamente del escenario político. Los que pensaron que la habían soterrado en el museo de las antigüedades, no se percataron que también el movimiento vive su estado de reposo. Así lo enseña la dialéctica. Aquella época en que se divulgó en demasía y al extremo con mentiras descaradas que el comunismo era un monstruo que devoraba a sus propios hijos en carne viva, ha vuelto a desencadenar sus manos y lanza sus mentiras preferidas para tratar de obnubilar las mentes con oscuridades de odio contra la doctrina de los comunistas, el marxismo.

Hace, apenas, unos días escribí para más comentar que refutar una opinión del doctor Vicente Díaz, donde señalé ejemplos irrefutables de diálogos ejecutados por comunistas. Bueno, ahora me encuentro en la palestra de opiniones con un nuevo argumento de alguien que se ha adelantado a todos los acontecimientos históricos por venir sosteniendo que no habrá diálogo, que impera en la conciencia de los socialistas la ortodoxia comunista, que son viejos “bolcheviques” de primera hora, que no son los “eurocomunistas” que sí dialogan, que los comunistas nunca han dialogado y que sólo les gusta ganar tiempo. Bueno, eso es un saco donde sin discriminación alguna se meten todas las verduras habidas y por haber para terminar recomendando: “No coman eso, que todo está podrido”.

Con cierta frecuencia, más por ser indiferente que otra cosa, se escucha decir: “A palabras necias, oídos sordos” o “No gastes pólvora en zamuro”. Sin embargo, no pocas veces, lo necio se apodera de la opinión pública y la dirige o el zamuro termina normatizando la estrategia del reparto en la distribución de los alimentos. Y si algo es necio en este mundo, es la mentira, aunque el zamuro siga siendo un animal estratégico para la salud de la naturaleza y del propio ser humano.

Entiendo por viejos “bolcheviques” de primera hora a camaradas como Lenin, Trotsky, Sverlod y esos que acompañaron con fidelidad rigurosa las ideas del marxismo en la grandiosa Revolución de Octubre de 1917.  Sólo la memoria histórica debe saber cuánto hace falta en este tiempo, repartidos equilibradamente por todo el mundo entero, “bolcheviques” de primera hora que, de paso, resultarían ser –sin desmedro de ningún camarada viviente- los mejores dirigiendo un proceso revolucionario.

Si algunos, en el mundo capitalista dominado por el imperialismo, han tenido claridad sobre diálogos han sido –precisamente y aunque no quieran creerlo- los comunistas. En casi todas las naciones –por no decir todas- donde han existido partidos comunistas o movimientos políticos comunistas organizados ha habido diálogos con la participación de los mismos como, igualmente, ha habido diálogos donde no han participado. Ejemplos hay hasta para lanzar hacia arriba y emborronar miles de miles de cuartillas.

Los más reacios a participar en diálogos, cuando están siendo derrotados y por no reconocerlo, son los imperialistas. Estos proponen diálogos en todas partes pero se sabe que lo hacen por intereses específicos de satisfacción para sus grandes monopolios económicos que se movilizan por el mundo saqueando y robando y cuando creen que tienen un largo espacio y tiempo de ventajas. Sin embargo, no pocas veces, se ven en la obligación de dialogar para buscar la salida salomónica a sus derrotas. Así lo hicieron en Vietnam, lo hicieron en Irak como tendrán que hacerlo en Afganistán. Eso, por decir algunos diálogos obligados.

Pudieran mencionarse centenares de ejemplos de diálogos donde han participado los comunistas, unas veces, en condiciones desfavorables y, otras, en situaciones favorables. Pero eso dejémoslo al interés de cada lector. En todas las bibliotecas de este mundo, incluso en las imperialistas, hay material o documentos para formarse ideas sobre la materia. Sin embargo, hay un elemento que señaló el crítico que combate a los comunistas bajo el alegato que no dialogan jamás o con nadie que merece un pequeño detenimiento o reposo para refutarlo: los comunistas lo que buscan es ganar tiempo.

Bueno, tal vez, desconozca el crítico que ganar tiempo es un principio fundamental no sólo para el diálogo sino para la vida misma. Sépase que el principio esencial de la economía es lograr –el ser humano- economía de tiempo. Cuando eso se conquiste, el mundo habrá avanzado exitosamente superando obstáculos que sin ello no es posible vencer ni siquiera con la más alta tecnología sola. Si un trabajador –luego de cumplir su horario de labores- llega cansado a su casa y se acuesta a dormir sin siquiera leer una sola línea de un libro, ver un programa educativo en la televisión, escuchar un poco de la música de su agrado, sin hacerle cariño a sus hijos, sin saber que han aprendido en la escuela, sin enterarse del estado de ánimo de su compañera, sin tener el más mínimo conocimiento de lo que ha acontecido en el mundo que le rodea, no es más que un robot, no es realmente un ser humano con plenitud de sus facultades físicas y mentales, no es el epicentro de  la orientación de la gobernabilidad social, carece de futuro, está acéfalo de ideas redentoras, vive simplemente para morir o vive para comer-trabajar-dormir siendo indiferente a su mundo propio y al propio mundo que le es su entorno.

Si los comunistas van a un diálogo desmentalizados que nada deben hacer por ganar tiempo no es necesario el diálogo y deberían los acuerdos puestos sobre la mesa  ser firmados sin discusión de ninguna naturaleza. Ahora, quien quiera saber qué significa ganar tiempo en un diálogo no tiene más que leerse completo todo el proceso de diálogo, entre el gobierno alemán y el gobierno bolchevique, conocido como la Paz de Brest-Litovsk entre los últimos meses de 1917 y los primeros de 1818. ¡Por ahora!, no hay nada más que decir o escribir.  ¡Ah!, se me olvidaba que los comunistas verdaderos jamás reemplazan su doctrina por un diálogo ni siquiera tratando de ganar tiempo.



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Freddy Yépez


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