El sistema capitalista necesita vigorosamente vigilarlo y controlarlo todo para resistir a las futuras explosiones sociales que sus medidas producen en el mundo entero. Los esperados más de 70 millones de desempleados en el mundo para este 2013 serán más leña al fuego capitalista que desde la caída financiera del 2008 (el fin del petróleo barato) ha enriquecido mucho a los multimillonarios del planeta un 0.7 % de los siete mil millones que somos. 442 de estos viven sólo en EEUU y Brasil con 46. Sólo el año pasado el mundo parió 2 millones de multimillonarios que sólo dejan el 17 % de la riqueza a repartirse entre el 91.6 % de la población mundial. Traducir estos números a la realidad es lo que justifica la inseguridad que vive la mayoría de la población, mucho más que la producida por el terrorismo, las guerras, las enfermedades y los desastres climáticos.
En Venezuela hemos tenido recientemente la muestra del fascismo electrónico desde la plataforma mediática y red social twitter bloqueando, anulando, quitando y poniendo seguidores a los usuarios de un sector políticamente identificado con el gobierno oficial. El sistema demuestra en la práctica que le teme a la comunidad organizada. Verse en el espejo de twitter es ver la realidad antipopular del sistema. El miedo que desata unos cuantos miles de venezolanos que se han organizado y dedican su tiempo a la expresión de un modelo de democracia participativa y protagónica, y revelan con su gestión las maniobras conspirativas del sector de oposición que planifica el genocidio, el magnicidio, la violencia y el caos programados tanto en el orden social (disociación psicótica de la mitad de la población electoral) como en el económico (la oposición valora toda acción que debilite la economía venezolana) y el político (van a elecciones en 4 semanas y a la vez intentan guarimbear hasta que se suspendan) dejando resultados siniestros como los 11 venezolanos muertos tras las pasadas elecciones presidenciales, crimen que los intelectuales actores siguen sin pagar. Detrás de la guerra contra la corrupción que opera lentamente, existen infinitos ramales por donde todavía sufrimos de la impunidad, del olvido y la ineficacia a la hora de ponerle límites al caos que produce el capitalismo salvaje sobre la mayor parte de la población mundial en crisis.
Las redes privadas de información y los bloques transnacionales de difusión de estas matrices de opinión fabricadas para manipular y modelar los sentimientos y emociones de las masas dejan ver una Venezuela azotada por una banda de forajidos que han tomado el poder y hay que sacarlos como sea y cuanto antes. Mientras que los pueblos que han organizado sus propias redes informativas y educativas bajo un nuevo concepto de “otro mundo posible” señala esta manipulación a través de informes, documentales, y programas que son radiados y televisados pero que sólo se ven en contados países. El efecto mediático de las redes que utiliza el sistema no tiene competencia. Sufrimos del aislamiento mediático y pocos son los que verdaderamente están haciendo un trabajo objetivo de seguir al proceso bolivariano e informando de manera justa.
Cuando un informe del Credit Suisse saca a la luz los datos de 32 millones de multimillonarios reuniendo 99 billones de dólares en un mundo de 7 mil millones de almas matemáticamente conocemos esta ínfima población de un 0.7 % que domina plutocráticamente al mundo e impone una tiranía globalizada. Luego señalan que la inseguridad está en las calles y, por cierto, es culpa de Chávez. Son pocas, en verdad, las personas que pueden traducir estos índices en una realidad que motive a las comunidades a organizarse en poder popular y hábilmente responder a la satánica maniobra que los más ricos del mundo ofrecen a la mayoría: su reducción al mínimo. Este mismo informe revela que en la misma China existen 122 multimillonarios (que en 1995 no existían) y forman parte de los “todopoderosos”. Es decir que el fenómeno que abre más sangrientamente la brecha que separa a los que más tienen de los que menos traspasa las líneas ideológicas. Combatir esta desigualdad económica mundial que afecta a la mayoría es lo que va a definir el futuro del planeta.
Nosotros estamos resistiendo al modelo capitalista salvaje a través de un plan trazado con la finalidad de hacer menos dolorosa esa brecha que mundialmente separa a los mas ricos de los mas pobres. Y es el sector que más tiene y más se ha enriquecido del país el que menos desea esta igualación, y es por eso que a 8 meses de la siembre de nuestro comandante máximo y a 8 años del nacimiento del ALBA, sectores radicales (los yihaidistas amarillos) invierten en el colapso total para Venezuela, a este ataque multifacético responde el gobierno popular con firmeza y decisión, resguardando el legado de Chávez. Estamos entrando en la recta final rumbo a la victoria popular que dejará aún más alcaldías rojas para fortalecer el gobierno chavista y asegurar la distribución más justa de las riquezas nacionales. Dependerá de nuestra organización, unidad, batallar diario y articulación consciente que demos una contundente respuesta al golpe que el capitalismo mundializado en imperio pretende darnos como pueblo rebelde, insurgente, irreverente y digno de ser libre y soberano.
Mientras en el mundo europeo cada día se afirma más la posibilidad de estallidos sociales sin precedentes, en Oriente Medio, se juega la paz del mundo, y en el mismo EEUU se ponen en evidencias las contradicciones internas que muestran un país al borde del abismo, nosotros gracias a Chávez, consolidamos un proceso social que quiere ser socialista y pretende seguir al ideario bolivariano que nos legó nuestro líder revolucionario, el único sector que se muestra descontento es el sector que mas riquezas tiene y no desea compartir.