“La Revolución Bolivariana y socialista, debe suprimir el poder de las clases explotadoras, establecer el Gobierno del pueblo y abrir el camino a una transformación radical de todo el régimen social”.
Toda la historia de la edificación económica en un país socialista es una prueba evidente de las ventajas que el sistema económico socialista tiene para el pueblo, sobre el sistema capitalista. Pero el sistema puede fallar (falla) cuando no se les presta a los trabajadores de la ciudad y del campo toda la ayuda financiera, asistencia técnica, control permanente, y los insumos necesarios para lograr la producción. No abandonarlo “realengo” como burro en sabana, como está sucediendo en la actualidad; se debe mandar los técnicos a las zonas de trabajo para asesorar a los trabajadores y cuidar que los madrugadores, o mejor dicho los “vivos”, no dañen el ansiado objetivo que es la producción. Enseñarles a producir, no darles limosnas. Pero, no puede ser que le estén devolviendo a la burguesía las industrias y las tierras expropiadas por el Comandante Chávez para el uso-fruto de su amado pueblo.
Inmediatamente después de la nacionalización, es decir, conversión en propiedad del Estado socialista de la tierra, la industria y sus medios de producción y distribucción; la Banca y el Transporte, debe empezar un proceso más lento, de cooperación con la pequeña industria artesana y de colectivización de la agricultura, basada en pequeñas haciendas campesinas. El nivel de la producción social permite al Estado impulsar el ritmo, no sólo de los medios de producción, que ha sido y sigue siendo la base inconmovible de toda economía socialista, sino también la producción de artículos de uso y consumo popular.
El régimen socialista se basa en la propiedad social sobre los medios de producción. En un país socialista no existe la explotación del hombre por el hombre. La economía nacional se desarrolla conforme a un plan elaborado con el fin de satisfacer plenamente las crecientes demandas del pueblo sobre la base de un desarrollo ininterrumpido de la producción. En la sociedad socialista rige el principio de distribucción según el trabajo. Aumenta sin cesar el bienestar del pueblo y se eleva más y más su cultura.
Mientras que en los países capitalistas el desarrollo de la economía se opera siempre sobre una base inestable y observamos el paro forzoso y frecuentes crisis, la economía socialista se desarrolla incesantemente y no conoce las crisis ni el paro forzoso. Desde la instauración del socialismo, se debe llevar a cabo el reequipamiento técnico y la reorganización de todas las ramas de la economía del país, tanto de la industria y el transporte como la agricultura. El desarrollo de la electrificación y de la construcción de maquinaria no sólo beneficia a la industria y las grandes ciudades, sino también a la agricultura y al campo. Se debe implementar la industria textil (algodonera, lanera, linera y sedera). Se deben mecanizar las industrias de transformación, así como el transporte, la agricultura y la economía forestal tan necesaria para la construcción de viviendas y amoblarlas, y para la elaboración de papel.
Las ventajas del sistema económico socialista permiten salir airosos de las más duras pruebas. El intenso desarrollo de las fuerzas productivas y las ventajas del régimen socialista permitirán al Estado socialista acabar con el colosal tributo que pagamos de año en año a los capitalistas “nacionales” y “extranjeros”. El pueblo bien asesorado y bien capacitado puede acabar en un plazo relativamente corto con el desbarajuste económico, el acaparamiento y la especulación, engendrado por la burguesía y emprender la edificación de su economía bajo la consigna de “alcanzar y sobrepasar a la burguesía capitalista”.
En la sociedad socialista no existe la competencia, ni las crisis, ni el paro forzoso. En la sociedad socialista nada se opone a la aplicación de las máquinas, y los procesos en el desarrollo de las fuerzas productivas son base y premisa del desarrollo ulterior. Hay que tomar también en consideración las demás ventajas del sistema socialista de la economía, y ante todo, el hecho de que el pueblo no trabaja para la burguesía, sino para ellos mismos, creando sus propios medios de trabajo colectivo, cristalizados en la emulación socialista El movimiento de los innovadores elevará considerablemente la productividad del trabajo, dejando muy atrás las viejas normas y vicios. La productividad por trabajador aumentará, contra el período anterior a la revolución, al mismo tiempo que se reduce la jornada de trabajo.
La pregunta de las mil lochas: ¿Qué pasó con la Empresa Socialista Negro Primero creada por el Comandante Chávez, que les prestaba a los trabajadores del campo tractores y asistencia técnica? ¿Seguro que están todas las máquinas convertidas en chatarra? ¡Por la mafia de funcionarios públicos, corruptos, ladrones e indolentes!
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!