Recordando al Gigante Chávez:
“Hemos vivido largamente en trance de acechanza, en trance de mentir, en trance de vanidad. Por ello muchos políticos —crudos de ignorancia—sólo han servido como patentes de corso legalizando mentiras y verdades. Otras veces se han olvidado que no siempre mentir es palabra de convencimiento. En nuestra Patria esta confusión ha causado muchos males. Recuerdo ahora unas palabras de Unamuno: “No: ni el verboso y rimbombante es imaginativo, ni el vivo, el listo, es inteligente. Hay que temer a los hombres de comprensión rápida; los que parecen comprender algo pronto, lo comprenden casi siempre mal. Entre nosotros (España) y creo que ahí más aún (América) sustituye a la sana comprensión, a la que es fecunda en simpatía humana, una cierta malicia. Somos pueblos recelosos, maliciosos, propensos a la burla, siempre con miedo de que nos tomen de primos, siempre temiendo una emboscada o engaño”.
¡Y cuanta clínica espiritual tenía Don Miguel de Unamuno!
La falsía, el exceso de vanidad y la falta de veracidad han creado entre nosotros una larga serie de mistificados. Y no es política ni obra de pueblo ese andar alcahueteando la mentira. El “destacado” y el “bien preparado”, calificativos de los cuales abusan nuestros políticos, han hecho mucho mal en nuestra Patria.
Es el momento de echar por la borda este lastre que dificulta la marcha de nuestra nave. Podemos gritar nuestra verdad, nuestra generación podrá vocear la verdad de una formación exigua, a quien toca el destino de no haber tenido mejores guías. No hemos tenido un José Ingenieros, un José Carlos Mariátegui. Pero hoy tenemos eso que se llama un “Maestro”, el Comandante Hugo Chávez, es decir, un hombre cuyas palabras son sencillas para el entendimiento de nuestro pueblo y no simples ruidos de ideas movidas por la demagogia de los politiqueros.
Una vida social intensa y el conocimiento de la política mundial… han creado una juventud venezolana más reflexiva, más ansiosa de ilustrarse, menos inclinada a confiar en una suficiencia que sólo existe en la irresponsabilidad de los politiqueros y en la indiferencia o pusilanimidad de los creyentes… Ellos(as) piden un hablar directo, que huya del disimulo propio de las épocas de peligro, cuando la voz de los amos acalla las voces del pueblo que los sufren.
La honradez del pueblo la están utilizando en canalladas. Sí, es así…, claro está que desde un absurdo punto de vista… ¿Pero quién halla hoy un punto decente?... Un absurdo como ese de su honradez… En fin, los hace siempre patinar sobre las más amenas divagaciones… ¿Por qué será?... Sepan ustedes que sólo nos dosificaran la droga hasta el final… Parece que se halla en la dosis esa fina línea que separa la vigilia del sueño, lo lucido de lo estúpido, en esta embriaguez artificial.
“La verdadera igualdad…premia y recompensa al virtuoso, al justo, al sabio, al valiente, al horado, al prudente, al industrioso…y castiga y reprime al vicioso, al injusto, al inmoral, al cobarde, al temerario y al perezoso”. Simón Bolívar.
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Hasta la Victoria Siempre, Comandante Chávez!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!
