Desde que el destino relacionó a Carlos Marx con Federico Engels, la obra a la que ambos amigos consagraron su vida se convirtió en una obra común. Y así, para comprender lo que Marx ha hecho por el proletariado, es necesario comprender claramente la significación de la doctrina y actividad de Engels en pro del desarrollo del movimiento obrero contemporáneo. Marx y Engels fueron los primeros en demostrar que la clase obrera con sus reivindicaciones surge necesariamente del sistema económico actual, que, con la burguesía, crea inevitablemente y organiza el proletariado. Demostraron que la humanidad se verá liberada de las calamidades que la azotan no por los esfuerzos bien intencionados de algunas que otras personalidades, sino por medio de la lucha de clases del proletariado organizado. Marx y Engels fueron los primeros en dejar sentado en sus obras científicas que el socialismo no es una invención de soñadores, sino la meta final y el resultado inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas dentro de la sociedad contemporánea.
Toda La Historia escrita hasta ahora es la historia de la lucha de clases, la sucesión de la dominación y victorias de unas clases sociales sobre otras. Y esto ha de continuar hasta que desaparezcan las bases de la lucha de clases y del dominio de clases: la propiedad privada y la producción social caótica. Los interese del proletariado exigen que estas bases sean destruidas, por lo que la lucha de clases consciente de los obreros organizados debe ser dirigida contra ellas. Y toda lucha de clases es una lucha política.
La evolución materialista de la historia es imposible detenerla; todo lo más, se la frena… ¡Y a qué coste!... A coste de aceptarla en teoría para frustrarla en la práctica. Es tan invencible la fuerza que lleva a la humanidad al Socialismo, que sólo esa misma fuerza torcida, oponiéndola a sí misma, pueden lograr disminuir la velocidad de la evolución; más exactamente, disminuir el avance de la revolución… Al ser la revolución para nosotros la única realidad absoluta, filosofía, economía y política son verdad en tanto y cuanto llevan a la Revolución. La verdad intrínseca, subjetiva llamémosla así, en la filosofía, economía y política y hasta en la moral no existe; será verdad o error en abstracción científica; pero al ser para nosotros subordinadas a la dialéctica de la Revolución—única realidad y, por tanto, la única verdad—, para todo autentico revolucionario, como lo fue para Marx, ha de ser así, debiendo obrar en consecuencia.
Si la lucha de clases en el área económica es, en primer efecto, reformista y contraria por ello a las premisas técnicas determinantes del advenimiento del Socialismo, en su auténtica y real trascendencia es puramente revolucionaria. Pero, volvemos a repetir, subordinándose a las reglas de la conspiración; es decir, a la disimulación y ocultación de su verdadero fin. La limitación de la plusvalía y, por tanto, de la acumulación, en virtud de la lucha de clases, tan sólo es apariencia, un espejismo creado para provocar el movimiento revolucionario primario en las masas. Evidenciando una realidad. A mayor concentración de los medios de producción, corresponde mayor masa proletaria, mayor fuerza para instaurar el Socialismo, ¿no?...
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!