La situación actual de país ha dado paso y espacio a una discusión desde las cúpulas en torno a la necesidad de diálogo. El secretario general de Unasur, Ernesto Samper, afirma que el momento requiere un diálogo amplio que gire en torno a la búsqueda de “un gran pacto social”, en el cual participen “todos los sectores políticos, movimientos sociales, campesinos y los trabajadores”. Pacto que debe trascender la coyuntura electoral “y ratifica que en la Unasur “el espacio sigue abierto” para propiciar ese encuentro. La propuesta encuentra acogida en algunos actores políticos, que creen “están dadas las condiciones” para el entendimiento y coinciden en que “el proceso debe tener un moderador independiente”.
Chavismo y oposición concuerdan en la necesidad de avanzar hacia el diálogo, una realidad que conviene a todos. Sin embargo, algunos consideran que deberá esperar y habrá que armarse de paciencia, por cuanto depende de la coyuntura política que irá marcando los escenarios. Desde una perspectiva práctica, se afirma que “el diálogo solo tiene sentido si es para buscar soluciones… poner garantías”. Desde la estrechez política, se señala que todo esto pasa primero por “la disposición del Gobierno de reconocer al otro”, mientras, desde la pluralidad, se resalta la importancia de que “Gobierno, oposición, chavistas, acordemos líneas para avanzar”.
Hay quien enfatiza el peso de las parlamentarias y afirma que el voto “tiene un rol de primer orden para resolver la conflictividad política”. En medio de rumores de supuesto adelanto de las elecciones de 2015, “chavismo y oposición alistan acciones para las parlamentarias”. Aunque el oficialismo descarta modificaciones, la oposición no quiere cambios en las circunscripciones electorales y “defenderán” los circuitos actuales a fin de evitar ser perjudicada. En cuanto a la escogencia de nuevos rectores, ciertos sectores expresan temor de que la Asamblea no logre ponerse de acuerdo sobre nombres, “que representen una garantía para el funcionamiento electoral cónsono con lo que espera el país”. Otros no creen que la escogencia pueda ser “un piso para dialogar o contribuya a la radicalización”.
El diálogo debe escapar de la torre cupular y ganar la calle.
