La convocatoria hecha por el Comandante Chávez al socialismo suscitó en el pueblo una profunda emoción: desde ese momento, la esperanza y el miedo fueron a la par, al ritmo de la Revolución, dejando traslucir los acontecimientos políticos las motivaciones sociales que constituían su motor fundamental. La mentalidad revolucionaria se concretó en principio, como es lógico, en la conciencia del pueblo y negativamente en las filas de la burguesía. Sin duda la mentalidad del tercer Estado distaba mucho de ser uniforme; campesinos, artesanos y burgueses entendían de modo distinto los problemas en el antiguo régimen puntofijista, la carestía tendía a enfrentar a pobres y ricos, consumidores y productores. Pero las condiciones generales de la economía y del pueblo, así como las condiciones políticas, alzaban al conjunto del tercer estado contra la burguesía y el poder puntofijista garante del privilegio. Por el juego de la propaganda, bajo el peso de los acontecimientos, más aún bajo el peso de representaciones arraigadas desde hacía mucho tiempo en la conciencia colectiva y que se imponían al pueblo, cristalizó en una mentalidad revolucionaria que constituyó un potente factor de acción.
La esperanza sublevó a las masas, unió por un momento los elementos heterogéneos del tercer Estado y sostuvo todavía por mucho tiempo la energía revolucionaria de los más puros. La convocatoria al socialismo fue acogida como la "buena nueva, anunciadora de tiempos nuevos". Se abría un futuro mejor que respondía a la espera milenaria de los hombres y mujeres del pueblo. Esta esperanza alimentó el idealismo revolucionario, entusiasmó a los voluntarios, iluminó la muerte trágica de los "mártires", así como la de los "Próceres del proceso Independentista", el hilo de la esperanza no se rompe.
Se dice que ahora va hacerse alguna cosa, para nosotros, las pobres gentes, pero no se sabe quién ni cómo; pero que Dios nos envíe algo mejor, porque los derechos y las cargas nos agobian.
El miedo acompañó a la esperanza; ¿consentirían los privilegiados en dejarse despojar? En la mentalidad del pueblo la burguesía estaba incuestionablemente apegado de modo egoísta a su superioridad social y a su renta (todo es lo mismo). El comportamiento de la burguesía reforzó esta creencia; su oposición al desarrollo del tercer Estado, su resistencia la anquilosó definitivamente. A partir de ese momento reinó la inquietud. La burguesía, recurrió al State Departament; no vacilaron en buscar dólares y sicarios en el extranjero; enrolaron a menores, el miedo al pueblo duplicó sus temores. La crisis económica y la especulación aumentaban la inquietud, pues la burguesía solía ser casi siempre el que cobraba el impuesto sobre los consumidores. Las gentes del pueblo, totalmente incapaces de analizar la coyuntura económica, atribuían la responsabilidad de la carestía, a menudo calificada de "artificial", al imperialismo y a su voluntad de manipular y perjudicar. La sospecha toma cuerpo, se vuelve legítima: la burguesía y sus capitostes, preparan un golpe de estado para disolver todos los poderes. La inquietud se convierte en miedo cuando se concreta el "complot de los poderosos"; ese miedo alimentado por las intrigas de los emigrados, por la invasión extranjera, por la contrarrevolución permanente; apaciguado por momentos, aumentado por el anuncio o la aproximación del peligro y culminó en las masacres y el terror del año 2013 y principios del 2014.
El miedo es social, pero su contenido se matiza según las circunstancias. Miedo a la burguesía y a lo que esta significa socialmente. La reacción defensiva procede del miedo. El miedo agrupó al pueblo ante la amenaza de las clases peligrosas, el sentido social de este miedo a los "salteadores" está igualmente claro. Si este degeneró en ocasiones en pánico, la mayoría de las veces llevó al pueblo a armarse para su propia seguridad.
S.O.S. a la señora Ministra de la Salud:
Tengo el mal de Parkinson: no consigo por ninguna parte Madopar ni Triptanol.
Tengo Hipotiroidismo: igualmente que lo anterior, no consigo Levotiroxina Sódica. (Eutirox)
¡Que me recomienda usted!
¡Gringos Go Home! ¡Saca tus pezuñas de la América de Bolívar, de Martí y de Chávez!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!