El compromiso imposible

Sobre la base del compromiso económico y social que constituye la redención de los derechos de la "burguesía", frecuentemente compradores de bienes nacionales, son los hombres de la resistencia; frente a todos los peligros conjugados intentan conservar las conquistas políticas del pasado y en el marco del liberalismo que consagra los derechos de la propiedad y la preponderancia de la riqueza, se dedican intensamente, y durante mucho tiempo, a buscar un compromiso político con los países imperialistas entregando la Soberanía Nacional. La resistencia obstinada de estos "pulperos" que en buena parte viven del agiotismo, del acaparamiento, la especulación y la voluntad tozuda y agresiva pudieron con la política de compromiso y conciliación: la estabilización de lo imposible.

El compromiso político que, el puntofijismo había implantado sobre las masas populares sometiéndolas al dominio esclavista de la burguesía. Su apogeo obstinado al privilegio, su exclusivismo a ultranza, su mentalidad feudal impermeable a los principios humanitarios, con su actitud demostró, que eran claramente el instrumento de la supremacía de una clase; el llamamiento al ejército el 11 de abril 2002 pareció significar el fin de la Revolución. (Ya en 1989 con las matanzas habían saboreado la sangre del pueblo) Las maniobras de los "emigrados", las intrigas de los países extranjeros y los inicios de la contrarrevolución alimentaban sus esperanzas. Mientras que los militares Bolivarianos leales a la Constitución, y las revueltas populares en muchas regiones del país endurecían su postura de rechazo. La política de conciliación entre el Gobierno Revolucionario y la burguesía era quimérica. La burguesía mientras tenga la esperanza de ver restablecidos sus antiguos derechos con una vuelta al poder absoluto, se niega al orden Constitucional y revolucionario.

La crisis nacional, conjugándose con la crisis económica, multiplica, el empuje de las masas: entusiasmo nacional y movimiento revolucionario son inseparables, un conflicto de clases apoya y exacerba el patriotismo. La Patria ya no es tan sólo una palabra que la imaginación se haya complacido en embellecer; es un ser al que se ofrecen sacrificados; que se ha creado con grandes esfuerzos, que se educa en medio de las inquietudes, y al cabo se ama tanto por lo que cuesta como por lo que se espera de él. La Patria no se concibe, para los ciudadanos pasivos, más que en la igualdad real de derechos.

Ahora bien, la crisis nacional, al sobreexcitar el sentimiento revolucionario, acentúa los enfrentamientos sociales en el propio seno del antiguo orden burgués. (Los ricos arman a paramilitares). Como la inflación y el acaparamiento siguen causando estragos, aumentan los problemas en las subsistencias. El asesinato de revolucionarios, puso de manifiesto la oposición irreductible entre las reivindicaciones populares y las concepciones burguesas respecto al comercio y la propiedad. Un espectro atormenta desde ese momento a la burguesía: la ley agraria del Comandante Chávez, esto es, el reparto del latifundio. (Existen jueces al servicio de la burguesía del Tribunal Supremo de Justicia qué, valiéndose de legalismos están empeñados en devolverle a los latifundistas las tierras expropiadas) Esto representa el punto de ruptura que pronto estallará entre pueblo y burguesía, y se expresan las razones profundas de lo que la historia ha denominado púdicamente "la debilidad nacional" del Gobierno Revolucionario.

Es el momento de dar el paso decisivo, temiendo poner en peligro si no la propiedad sí al menos la preponderancia de la riqueza, la burguesía teme de la insurrección popular. El soberano (el pueblo), debe estar en su sitio: a la cabeza de los ejércitos, a la cabeza de los negocios, debe estar en todas partes. Mediante el sufragio universal y el armamento de los ciudadanos pasivos, la revolución integra al pueblo en la nación y marca la llegada de la democracia socialista.

P.D.

Estará enterado el Sr. Yonata Jiménez gente de PDVSA Gas Comunal de los Altos Mirandinos: Qué en el Municipio Los Salias, barrio las Minas existe una Mafia, conocida en los bajos fondos como los Maracuchos, que venden la bombona de Gas de 18 kilos a Bs. 100 c/u.

Uno llama al teléfono de la Empresa ubicada en los Cerritos solicitando el servicio de Gas y contestan que llegará dentro de los ocho días hábiles. Pero el Gas nunca llega. Los transportistas (camioneros) llevan el Gas a la casa de la citada Mafia, y el que necesita Gas, se baja de la mula. Los camioneros de ésta manera también tienen su resuelve.

Me dejaron sin Gas este fin de año. Me supongo que el Sr. Yonata Jiménez, sí cocinó sus hallacas en su casa en su cocina de Gas.

¡Gringos Go home! ¡Pa’fuera tus sucias pezuñas de la América de Bolívar, de Martí y de Chávez!

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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