No se distraigan con el titulo de este articulo, no tiene nada o muy poco que ver en términos personales con el compatriota, es apenas una intención de desarrollar algunas ideas.
No conozco personalmente al comandante William Izarra, no he estado en ningún escenario donde él se a presentado, no se mucho de sus antecedentes políticos lejanos (eso no es bueno ni malo, por aquello de que no se es cuanto se hizo, sino cuanto se hace y cuanto se está dispuesto a hacer); solo he leído algunos artículos, visto y oído algunas entrevistas, amen de algunos comentarios de gente bien seria y de probado compromiso con este proceso bolivariano; y ello me va dando idea por donde anda y apunta este ciudadano, que me tomo la libertad de meterlo en estos momentos en nuestras filas de quijotes; de los pocos quijotes que andamos en esa misión, la formación ideológica de nuestro pueblo.
La ideología es una constante palabra que recorre calles, auditorios, cenáculos, esquinas y callejones; se pronuncia en encendidos discursos de masa, en reuniones de cuadros políticos e intelectuales, en esquinas, en bares y tascas; en fin anda de mano en mano, de boca en boca como formula o llave maestra para vencer el mayor problema de nuestra revolución: la ideologización de la sociedad.
Lo cierto es que muchos aun conociendo y aceptando esa verdad, con todo el valioso arsenal de producción literaria escrita, en video y otras formas de comunicación y socialización del conocimiento, no se ha encontrado la forma de avanzar mas rápido en la preparación política e ideológica de nuestro pueblo.
Me parece bien revolucionaria , acertada y contextualizada la labor o el planteamiento que viene haciendo el compatriota W. Izarra. El que hace una labor revolucionaria, que aporta una fortaleza para defender nuestra patria y revolución, es digna de reconocimiento, independientemente de que no nos conozcamos, esa es la tarea, de tal manera entonces, que también es camarada.
Quien conociendo las deficiencias de nuestro proceso, que autodenominándose revolucionario, critica sobre las fallas y no asume el reto y las responsabilidad de atacar con propuestas y acciones esas debilidades, no es revolucionario; podrá ser compatriota, pero no es un camarada. Hay un volcán de ideas discursos apariciones mediática, que hay que buscarles métodos de aplicación, que hay que sistematizarlas en un plan que desemboque en acciones y tareas para concretar una cruzada de educación política e ideológicas para nuestras masas.
Así como no hay revolución sin teoría revolucionaria, no puede existir efectividad teórica sin su aplicación practica. Esto nos remite a una premisa fundamental: no habrá defensa de la patria y su revolución, si no hay identidad con ella; si no tenemos plenamente conciencia de que hacemos y para donde vamos.
Vuelvo a la idea del problema de la formación ideológica ( preocupación de muchos y ocupación de pocos), porque es allí donde tenemos que hacer nuestros mayores esfuerzos, para ello me permito recordar una reflexión que escribí el 17-04-06, que tenia que ver con la apreciación que tengo sobre la subestimación de los cuadros revolucionarios( hombres y mujeres), ubicados principalmente en las instituciones del estado, los cuales junto a otros y otras que no hacen vida institucional, pero si vida política y acción comunitaria; para ellos, con su experiencia y compromiso, es el llamado a aportar lo mejor de su caudal, para conformar un plan a desarrollar en un corto plazo que permita ir delineando la misión ideología; para ello me atrevo a asomar una modesta propuesta que tiene que ver con:
-Discutir en sus espacios organizativos el método de programación de un plan de formación política e ideológica que incluya los de adentro y los de afuera.
-Inventariar los diferentes espacios organizativos comunitarios existentes tales como: comité de tierra, círculos, contraloría social, comité de protección social entre otros, en función de acompañarlos en la propuesta de elaborar un plan de formación política ideológica de sus militantes.
-Preparar un evento-taller donde confluyan todas las organizaciones, fuerzas y cuadros políticos afectos al proceso revolucionario a fin de elaborar un plan conjunto que contenga el desarrollo de un método consensuado de formación política ideológica para las organizaciones y las masas.
-Otro elemento a tomar en cuenta es la apuesta en común en las instituciones entre las diferentes divisiones en las que se estructura un organismo, para discutir la manera como se puede aportar desde los espacios institucionales en la formación política ideológica del resto de la sociedad.
Finalmente acompañar a W. Izarra y a los quijotes, es ahora una tarea ineludible de los revolucionarios, para que tempranamente podamos ir armando las fortalezas de defensa de nuestra revolución, en esta hora de mayor amenaza por `parte del imperio norte americano, sus aliados, los de adentro y los de afuera.
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