“... trescientos años de calma, ¿no bastan?”
Simón Bolívar. 3 de Julio de 1811
Mi padre, un viejo hecho de madera fina ronda los 101 años; de él he aprendido algo, a oír, diría que fue lo primero que me enseñó; cuando hablan los mayores, los menores hacen silencio; es una de sus máximas, pasar entre dos mayores era algo imperdonable, sólo si te daban permiso para hacerlo, previamente tenías que solicitarlo, era una especie de respeto que “imponían” los mayores. Otra característica que debía guardar en la conducta, era pedir la bendición, no como obligatoriedad sino como respeto, levantarse muy temprano para ir y rendir cuentas sobre la escuela y hacer los mandados a la bodega bajo una lista, era una forma de enseñarnos nuestras responsabilidades para poder ser hombre de bien! Papá salía bien temprano al trabajo y siempre traía algo a la casa, alimento para ese otro día.
Los domingos al mercado con la familia; allí había una autoridad, pero esa autoridad era respetada, no miedo, sino respeto ganado por el esfuerzo diario y así nos enseñaba “empíricamente” que se debía tener moral para “mandar” una familia, dirigir el colectivo pequeño, núcleo de la sociedad. Nos enseñó con el ejemplo: El trabajo diario. Fue maestro albañil, título que le dio el pueblo que lo buscaba siempre por la calidad de su trabajo y responsabilidad, nos enseñó que no debía faltar la arepa en la casa, la comida pues, como buen albañil nos construyó una casa bien modesta, nos mandó a la escuela y nos ejercitó en el uso del garrote como buen larense y nos aupó al deporte, se preocupó por nuestra salud, nos cuidó y junto a nuestra madre nos proporcionó las herramientas necesarias para transitar los duros caminos; nos dio ¡la moral y las luces!
Así hizo Hugo Chávez, sólo que lo hizo con todo un pueblo, con más de 7 millones de familias venezolanas; educación, salud, vivienda, empleo, alimentación es el balance de un descomunal esfuerzo por un líder junto a su pueblo para la construcción del socialismo y que su primera etapa estuvo signada por una justa distribución de la renta petrolera, bajo un proyecto, el Proyecto Simón Bolívar, que tiene como reto derrotar el modelo rentista petrolero y desarrollar un vasto movimiento social, consciente, movilizado, organizado, altamente moralizado, con una vanguardia que se caracterice por ser centro de luces y una alta valoración ética para dirigir y construir el socialismo y no apoyarse en la excusa para tapar las fallas y prostituir el carácter. Para ello, la honestidad debe decir: presente!!
“Cuál es el primer frente? Yo lo pongo siempre de primero
porque me parece que es el más importante,
el frente moral, la ética.”
Hugo Chávez. Cinco Frentes para la Construcción del Socialismo