Barquisimeto, aguas de color ceniza, según nuestros ancestros. Son las cinco y cuarto de la mañana, amaneció oscuro; con el pueblo en la calle ya, a esta hora; caminando a sus quehaceres, extrañando el transporte, no le queda otra que caminar, algunos se aventuran en camiones, transporte improvisado por el pueblo llano; pero que sirve para cumplir con las responsabilidades diarias, un poco más económica, un poco más riesgosa. Se observan apretujados los ciudadanos y ciudadanas; más a delante, en las sombras, una inmensa cola en la Cooperativa Cecosesola, que cumple de fundada su sesenta aniversario, en una equina, un grupo como de quince niños y adolescentes registrando en la basura y aprovechando "lo bueno" que allí dejaron para comer y llevar a sus casas.
Sigo rumbo al oeste, debo estar muy temprano en el Hospital del Seguro Social para agarrar cita médica para mi hija, joven ingeniero química, profesora universitaria que sufrió el Síndrome de Guillain Barré; seis meses han pasado, entrando a siete como dice mi pueblo, en dura lucha para recuperarse, mucha voluntad, mucho ejercicio, mucha constancia, alimentación especial en nutrientes para reforzar el organismo; aunque este escenario sea bien difícil para lograr una alimentación adecuada puesto que estamos azotados por una crisis económica donde el empresario es el único beneficiado. El acceso a los alimentos, es una tarea de lo más difícil y cuando se encuentra, es probable que no alcance el salario; hoy desaparecido prácticamente, a pesar de que en nuestra familia se ha acordado juntarlo y comprar en colectivo.
Más tarde, como a las 10am, Simón, mi nieto, un lucero de la patria, tiene presentación y actuará como Simón Bolívar y debo dejarlo en la escuela.
A las 10 y media de la misma mañana, llego y participo con mi hija en su terapia, hoy miércoles en el gimnasio, en una SRI, Sala de Rehabilitación Integral, política fundamental de Hugo Chávez. En la tarde compro un aceite para el carro, un litro, millón quinientos mil bolívares ¡Santa Petaca! Luego voy al taller, a la alineación y balanceo, millón trescientos mil bolívares ¡Perro a cagar! Me dirijo a que mi hermana, para que me consiga 10mil bolívares en efectivo que me piden, para entregarme una bolsa de comida de esas que da el gobierno para palear la alimentación, con todos los productos brasileños.
Sigo viendo colas en farmacias, hospitales, panaderías, paradas, bodegas que aún quedan, supermercados, centros comerciales; cada quien con su bolsa en la mano, la queja es generalizada: "No hay gobierno, así no era cuando Chávez". Los ministros rosaditos y en fluxes no hacen cola, no pagan por punto, no hacen transferencia, no cargan efectivo, usan puro petro; como lo manifiesta el sr. Luís del taller donde fui a pedir el precio para la alineación y el balanceo. "No se les ve en la calle, dice, solo en televisión, o en las redes"; así también a nuestro Presidente, quien luce como la luna llena, "relleniiiito"; diría mi papá: "Nuestro pueblo está flaco y maleado, quien lo despertará para que se ponga bonito".
"¡Profesor! me grita alguien cuando me detengo en un semáforo ¡Volvamos a Chávez!
Vuelvo a casa, oyendo a Yordano "Locos de Amor" y en un mural alcanzo a leer: ¡Venceremos! y la Imagen de Hugo Chávez!
"Cuenten conmigo para siempre, todos los días y todas las noches, en esta batalla grande y bonita contra la pobreza." "Tengo fe en el buen juicio y la conciencia del pueblo. Al pueblo lo pueden engañar a veces a través de grandes manipulaciones, pero cuando despierta se convierte en el más grande sabio que puede haber entre cielo y tierra." Hugo Chávez. II Gabinete Móvil Comunal. Barquisimeto, mayo 06 de 2006.