Con el ascenso del Comandante Hugo Chávez a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela comienza en América Latina y el mundo una nueva época, un ciclo de gobiernos progresistas y de izquierda. El irreverente, valiente y retador discurso antiimperialista del Comandante Chávez enciende el clima geopolítico. Se maneja el verbo como herramienta de liberación. Las elecciones se convierten en vías de cambios importantes, surgen nuevos paradigmas, el socialismo reaparece como una alternativa al capitalismo, se posiciona en la diatriba política.
La derecha tradicional se reduce a la conspiración opositora. Las ideas de la independencia mueven los resortes de la participación, el pueblo venezolano redescubre su historia, se identifica con los héroes que lucharon contra el imperio español: Simón Bolívar, José Martí, Antonio José de Sucre, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Tupac Amaru y José de San Martín, entre otros. La identidad nacional de nuestras naciones aflora de manera contundente, valores de estima y orgullo por el territorio nacional. Es un proceso de construcción de la sociedad basada en su simbología, tradición y creencias, las culturas ancestrales indígenas y africanas como ejes centrales primarios de la venezolanidad y de Latinoamérica, se visibiliza la diversidad dentro de un concepto nuevo de la historia. El estado venezolano erige un andamiaje de ruptura con los preceptos eurocéntricos en nuestra cultura que se trastoca como arma fundamental del dominio extranjero.
La implantación de las políticas sociales, como la atención a los pobres permitiéndoles acceder a productos de primera necesidad, actuaron como un complemento importantísimo en la motivación patria. La solución a problemas inmediatos de la población venezolana mantuvo una base social sólida en apoyo a la transformación planteada. Pero una vez que aparece la crisis del capitalismo mundial, generando efecto dominó, arrastra a los países en procesos de revolución en el sur de la América. Comienza a sentirse la escasez e inflación, la economía importadora está sometida a la más cruenta crisis. La política financiera venezolana implantando diferentes tipos de cambio monetario influye en el tráfico de dólares y la corrupción, manejos fraudulentos y presión del sector privado en la desaparición de bienes de uso elemental.
Toda la América Latina está envuelta en una inestabilidad política y económica, las elecciones de los últimos meses han dado resultados adversos a los gobiernos de carácter popular, revolucionarios o que propenden al socialismo. Los mecanismos de presión nacional e internacional han venido avanzando. El ascenso de Macri en Argentina es el regreso de la derecha, la derrota del referéndum en Bolivia para la reelección de Evo Morales, el juicio por corrupción a Lula Da Silva en Brasil por el caso PETROBRAS, la derrota electoral el seis de diciembre del año 2015 en las elecciones parlamentarias de Venezuela, donde triunfó la oposición pro- Estados Unidos. Estos hechos obligan a La rectificación, a redefinir las políticas y los discursos, a establecer claramente el tipo de sociedad que se quiere construir.
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