Las sombrías dictaduras del Cono Sur

Augusto Pinochet, el primer líder en poner en práctica el tratamiento de choque de Friedman, vivía bajo arresto domiciliario (a pesar de que murió antes de que se le pudiera juzgar por las acusaciones de corrupción o asesinatos). El día después de que muriese Friedman la policía uruguaya acudió a arrestar a Juan María Bordaberry por cargos relacionados con la muerte de cuatro destacadas figuras de la izquierda en 1976. Bordaberry dirigió Uruguay durante el brutal período en el que país se hecho en brazos de la política económica de la Escuela de Chicago, con colegas y estudiantes de Friedman asesorando en puestos de responsabilidad.

En Argentina, los tribunales habían anulado la inmunidad de los líderes de la Junta Militar, enviando al expresidente Jorge Videla y al almirante Emilio Massera a la cárcel de por vida. Domingo Cavallo, que había dirigido el Banco Central durante la dictadura y que había continuado el amplio programa de tratamiento de choque durante la “democracia”, fue también condenado por <>. Un acuerdo sobre la deuda que Carvallo cerró con los bancos extranjeros en 2001 costó al país decenas de miles de millones de dólares y el juez, que congeló diez millones de dólares de activos personales de Cavallo, afirmó que la administración había actuado siendo <> del perjudicial resultado de aquel trato.

En 1976, Orlando Letelier, una de las primeras víctimas de la contrarrevolución, insistió en que la tremenda desigualdad que los de Chicago habían causado en Chile no era <>. Para Letelier era obvio que las reglas de <> de la dictadura estaban logrando exactamente lo que pretendían: no creaban una economía perfecta y armoniosa, sino que convertían a los que ya eran ricos en superricos y a la clase trabajadora organizada en pobres de usar y tirar.

Estas pautas de estratificación se han repetido en todos los lugares en que la ideología de la Escuela de Chicago ha triunfado. En Argentina, donde en 1970 el 10% más rico de la población ganaba 12 veces más que el 10% más pobre, los ricos ganaban en 2002 43 veces más. El <<éxito político>> de Chile ha sido verdaderamente globalizado. En diciembre de 2006, un mes después de la muerte de Friedman, un estudio de Naciones Unidas descubrió que <>. El cambió ha sido más claro en Estados Unidos, donde en 1980 los CEO ganaban 43 veces más que el trabajador medio, momento en que Reegan inauguró la cruzada friedmanistas. En 2005 los CEO ganaban 411 veces más que el trabajador medio. Para esos directivos, la contrarrevolución que empezó en el sótano del edificio de Ciencias Sociales en la década de 1950 ha sido un éxito absoluto, pero el precio de esa victoria ha sido una pérdida de fe generalizada en la promesa central del libre mercado: que el aumento de riqueza revertirá en todos. Como Webb dijo durante la campaña de las elecciones de mitad de mandato, <>.

El acaparamiento de tanta riqueza por una reducida minoría de la población mundial no fue un proceso pacífico, como hemos visto, ni, en muchas ocasiones, se hizo de forma legal. Terence Corcoran acertó al cuestionar el calibre del liderazgo del movimiento, pero el problema no consistía simplemente en la ausencia de personajes de la talla de Friedman. El problema era que muchos de los hombres que habían estado en las trincheras del frente del impulso internacional para liberar los mercados de toda restricción estaban en ese momento sumidos en una asombrosa serie de escándalos y procesos penales que abarcaban desde los primeros laboratorios en Latinoamérica hasta el más reciente en Irak. En sus treinta y cinco años de historia, el programa de la Escuela de Chicago ha prosperado a través de la estrecha cooperación de poderosos empresarios, cruzados ideológicos y líderes políticos autoritarios. En 2006 muchas figuras clave de cada uno de estos tres campos estaban o bien en la cárcel o bien siendo juzgados.

A pesar de que todos, desde Pinochet a Cavallo pasando por Berezovski y Black, han intentado retratarse como víctimas de una persecución política sin fundamento, esta lista, que no es ni mucho menos exhaustiva, representa un giro radical del mito de la creación neoliberal. La cruzada económica consiguió aferrarse a una capa de respetabilidad y legalidad conforme progresó. Ahora esa capa estaba siendo levantada de forma muy publica, revelando debajo un sistema de enorme diferencias de riqueza que a menudo se habían forzado con la ayuda de medios groseramente criminales.

¡Gringos Go Home! ¡Pa´fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!


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Manuel Taibo


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