Cualquier pretexto para apuntalar la campaña electorera de mitómanos que los caracteriza, les parece excusa a dirigentes de oposición dignos de consultas psiquiátricas, por el odio clasista reflejado en su conducta verbal y gestual, enmascarada bajo reseñas nacionales e internacionales de comunicación social, signada por el compromiso de ser fieles aliados de la contrarrevolución bolivariana. Propagandistas inmisericordes y alarmistas, citan el obsoleto anticomunismo visceral, e insisten en servir de fuente informativa mediante viejos, gastados y truculentos argumentos, para sembrar miedo colectivo confundiendo a comunidades desinformadas o desinteresadas acerca de la política.
En desvergonzada tónica reiterativa, vemos, oímos y leemos la disimulocracia con la cual no condenan más de 10 mil ciberataques padecidos por Venezuela en 72 horas, contra PDVSA, operaciones bancarias, y perjuicio al pueblo de toda condición social. Atacan ferozmente a la Canciller Delcy Rodríguez, llamándola en editorial de El Nazi-onal, "cucaracha desarreglada", pues cuentan con convencer incautos, echándole la culpa a la revolución bolivariana por la diplomacia que adelanta esta valiente dirigente. Aspiran expulsar al Presidente Maduro como sea, abandonan el diálogo y proponen el caos generalizado. Errados en su torpeza y misoginia, tras un año de ganar el Poder Legislativo, olvidan que casi 2 millones de votos chavistas se abstuvieron, pero no sufragaron por la oposición el 6 D 2015.
