Sr. Presidente, tu gobierno está rodeado de malandros y ladrones:
Si te empeñas en empozarte y hundirte en la sima de la tradición de tu gobierno para escudriñarla y desentrañar sus entrañas, escarbándola y zahondándola hasta dar con su hondón, se te echarán al rostro los grandísimos malandros y rateros. Tendrás primero que derribar y cortar las malezas que encubren la “cueva” encantada de “Ali Baba”, o más bien tendrás que desescombrar su entrada, obstruida por escombros. Lo que llaman tradición no son sino rastrojos y escurrajas de ella. Los grandísimos malandros y rateros que guardan la boca de esa “cueva encantada”, y en la que fraguaron sus escondrijos y ladronicios, (muchos dólares) jamás se empozaron ni hundieron en las entrañas de la cueva, y se atreven, no embargante, a graznar diciéndose moradores de su interior. La tradición por ellos invocada no lo es de verdad; se dicen voceros del pueblo y nada hay de esto. Con el machaqueo de sus graznidos han hecho creer al pueblo que cree lo que no cree, y es menester empozarse en las entrañas de la “cueva de Ali Baba” para sacar de allí el alma viva de las creencias del pueblo.
Y antes de hundirse y empozarse uno en esa “cueva” de las verdaderas creencias y tradiciones del pueblo, no las del “bachacos” de la fe, tiene que derribar y cortar las malezas que cubren su entrada. Cuando lo hagáis os dirán que queréis cegar la “cueva” y taparla a los moradores de ella; os llamarán malos hijos descarados y todo cuanto se les ocurra. Haced oídos sordos a graznidos tales.
Al llegar a esta aventura de visión se cree el Presidente obligado a dudar de su autenticidad, mostrando en ello su poca fe, y hasta se propasa a suponer que al tiempo del mal gobierno se retractó de ella y dijo que “la había inventado por parecerle que convenía y cuadraba bien con las aventuras que había en los ministros y directores”. “Yo voy a despeñarme, a empozarme y a hundirme en el abismo que aquí se me presenta, sólo porque conozca el mundo que si tú me favoreces no habrá imposible a quien yo no acometa y acabe.” ¡Oh menguado presidente, cuán poco se te alcanzan de achaque de visiones!
Sr. Presidente: El socialismo significa entre otras cosas, el hacer de la administración pública lo que es la de toda empresa comercial, una función técnica, servida por técnicos pagados para tal servicio; eliminando la corrupción y el ROBO. El socialismo significa la conversión de la política en administración y la sustitución del gobierno capitalista, para ponerlo al servicio del pueblo. Socialmente se busca que mejore la vida de la generalidad de las comunidades, que todos tengamos trabajo (no bachacos, ni CLAP) con un salario justo, que seamos alimentados, abrigados, domiciliados humanamente, y darles educación y seguridad social gratuita para todos, aunque se tengan que privar los maduristas de DÓLARES, lujos, suntuosidades, y estúpidos derroches.
—Sr. Presidente: Tú crees que la pensión de 40.000 bolívares que le pagas de pensión a los viejos, son suficientes para comer y comprar las medicinas. No seas caradura e inmoral.
“Los hombres probos, si tienen conciencia histórica de su época, miran con serenidad lo que vendrá y no descansan hasta conseguirlo.”
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!