Los planteamientos leninianos sobre el socialismo, se interpretaban de manera muy simplista, disminuyendo con frecuencia su profundidad e importancia teórica. Esto se refiere a problemas tan importantes como son a propiedad social, las relaciones entre las clases y entre las razas, (blanco y negro) la cantidad del trabajo y la del consumo, la producción cooperativa, los métodos de gestión económica, la democracia y el autogobierno, la lucha contra el burocratismo, la esencia revolucionaria y transformadora de la ideología socialista, los principios de la enseñanza y la educación, las garantías de un sano desarrollo de PSUV y la del pueblo.
La situación en el frente teórico influyó de modo negativo en la solución de los problemas prácticos. En la gestión económica y en la dirección, durante varios años han dominado métodos caducos y, por el contrario, se han rechazado sin razón ciertas formas económicas eficaces. En la producción y en la distribucción se imponían relaciones incompatibles con el grado de madurez del pueblo, las cuales en varios casos entraban en contradicción con su naturaleza. La producción y el mayor rendimiento laboral estaban orientados al desarrollo cuantitativo y extensivo.
Los prejuicios respecto al papel de las relaciones monetarias-mercantiles y a la ley del valor, su frecuente contraposición al socialismo como si se tratase de algo ajeno a él, generaban criterios económicos arbitrarios, conducían a la subvaloración de la autogestión financiera, al igualitarismo respecto a los salarios, a principios subjetivos en la política de formación de precios. Todo ello motivó distorsiones en la circulación monetaria y a que se desatendieran los problemas de regulación de la oferta y la demanda.
Consecuencias especialmente graves tuvo la restricción de la autonomía económica de las empresas, lo cual socavaba las bases de los incentivos económicos, obstaculizaba la consecución de altos resultados finales, disminuía la iniciativa laboral y social de la gente debilitaba la disciplina y el orden.
La esencia, apareció una serie de factores que debilitaban los instrumentos económicos de poder, formándose un singular mecanismo que bloqueaba el desarrollo socioeconómico y las transformaciones progresistas que permiten revelar y aprovechar las ventajas del socialismo. Las causas de ese bloqueo están en las deficiencias en el funcionamiento de las instituciones de la democracia socialista, en los anquilosados planteamientos políticos y teóricos, que a menudo están divorciados de la realidad, así como en el conservador mecanismo de gestión.
—No soy un fantasma cualquiera: Soy, El Libertador, que he venido a salvar a nuestra Venezuela del caos.