"El estudio de la Historia es no sólo útil, sino también necesario. Los más escépticos no la descuidan; porque aun cuando no le admitiesen como propio para conocerla la verdad, al menos no le desdeñarían como indispensable. Además que la duda, llevada a su mayor exageración, no puede destruir un número considerable de hechos que es preciso dar por ciertos si no queremos luchar con el sentido común".
Cuando no hay PATRIA no puede haber sentimiento colectivo de la nacionalidad —inconfundible con la mentira patriótica explotada en el país por los mercaderes y los fascistas— cada piara se forma un estado mayor que discute su pretensión de gobernarnos, encubriendo el fascismo con el pretexto de sostener los intereses del pueblo.
Los partidos pequeñoburgueses demócratas. No sólo comprende la gran mayoría del pueblo en las ciudades y del campo. La actitud del pueblo trabajador revolucionario frente a la "democracia" pequeñoburguesa es la siguiente: marcha con ella contra la fracción que ella quiere derribar; la combate en todos los puntos que ella quiere utilizar para establecerse sólidamente.
La facultad llamada sentido histórico, cuya aplicación a la economía política es obra, sobre todo, de los socialistas, e imperecedero mérito de Marx en la ciencia, es un sentido que, por singular aunque naturalismo caso, en cualquiera suele hallarse menos en los atacados de lo que podemos llamar historicismos, menos en aquellos que se atiborran de Historia, más bien que se embuten el coco de fechas, nombres y sucesos y pierden lastimosamente el tiempo leyendo extractos de cronicones y de opinadores de oficio.
No ha de ir por ese camino nuestro socialismo, sino que, estudiando atenta y lealmente el proceso económico-social, tratará de sacar de sus entrañas mismas indicaciones respecto a su dirección para cumplir la labor de facilitar el camino del progreso, destruyéndose los obstáculos que le retardan y haciendo que las fuerzas divergentes concurran a la gran corriente central. Por eso, nadie más y mejor que los socialistas de que, sin el capitalismo burgués, el régimen socialista no se habría hecho posible; que la burguesía ha sido el elemento más activo de progreso; que el industrialismo moderno, hijo de la propiedad privada de los medios de producción, es el padre de la asociación y de socialismo, el que ha de hacer posible un régimen más racional. Nada más engañoso y peligroso a la vez que pretender entroncar el espíritu que produjo los viejos gremios, en buena hora muertos. Cierto, sí, que de aquel espíritu lleva vivificado por la libertad y la emancipación del pueblo venezolano.
—No soy un fantasma cualquiera: Soy, El Libertador, que he venido a salvar a nuestra Venezuela del caos.