No pretendemos ser los dueños de la verdad

La obsoleta mentalidad de la burguesía relacionada con la fuerza como medio de conseguir objetivos políticos, con la práctica de presentar al pueblo chavista <>, ha motivado la conflagración intervención y la peligrosa situación actual, y llevado al país hacia un límite cuyas consecuencias son imprevisibles. Nuestro país de hoy es un mundo de lucha entre la razón y la demencia, la moral y el salvajismo, la vida y la muerte. Hemos determinado clara y definitivamente nuestro lugar en esta lucha. Defendemos la razón, la moral y la vida. La política de fuerza debe sustituirse por los valores humanitarios y las relaciones equitativas, inconcebibles sin respetar los intereses de cada clase, su derecho a elegir el camino que le plazca, a conservar su idiosincrasia.

La burguesía, suelen verborrear sobre la libertad de opción, teniendo en cuenta, claro está, la opción por el sistema capitalista. Pero cuando el pueblo venezolano, intenta buscar su propio camino más conveniente, lo ve obstaculizado de inmediato por dólares, misiles y, a veces, por mercenarios. Primero, se recurre a la hipocresía; luego, al derramamiento de sangre.

Como resultado, siguen vomitando la burguesía de los conflictos en ciudades, cuya hostilidad, quema e intoxica del organismo del pueblo venezolano. Proponemos examinar asimismo este problema a la luz de la nueva mentalidad, manifestar la capacidad de tomar en consideración la realidad de las situaciones concretas, la capacidad de ver las verdaderas causas de cada conflicto, y no buscar en todas partes la mano del chavismo.

Estamos decididos a discutir con espíritu humanitario también los casos particulares, pero también con firmeza estamos decididos a hablar abiertamente de todos estos problemas y a que nos oigan de personas sin hogar; cuyos derechos civiles y dignidad humana son objeto de indignante discriminación racial; a que también nos oiga el PSUV, a los cuales se les priva del derecho a defender a sus miembros, atentando así contra la función misma de aquellos; a que nos oigan al pueblo trabajador que no pueden participar en la gestión de la empresa con la cual está relacionada.

Todo esto son frutos evidentes del socialismo, resultado del perseverante trabajo en que están enfrascadas las masas populares bajo la dirección del chavismo. Y, ante todo, resultado de la clase del pueblo trabajador que con todo su historial ha demostrado ser la fuerza motriz del progreso social en la Venezuela, al igual que en otros países socialistas. Así, sobre el sólido fundamento del socialismo, hemos acometido la renovación en la economía y la política, en el campo cultural, en el estilo y los métodos de dirección del Comandante Chávez.

La culpa de esto no la tiene el socialismo, como afirman nuestros adversarios oposicionistas, sino los errores en la dirección y en el gobierno, de lo que francamente hemos dado cuenta al PSUV y al pueblo. Debemos hablar francamente, asimismo, sobre la falta de incentivos para el trabajo creador y eficaz.

—No soy un fantasma cualquiera: Soy, El Libertador, que he venido a salvar a nuestra Venezuela del Caos.



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Manuel Taibo


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