…"que haya depauperación extrema
en la base de la población
es una de las condiciones
para que se produzca una ideología
religiosa basada en la caridad"
Ludovico Silva. La Plusvalía Ideológica
El pasado domingo 18 de febrero, nuestro Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, lideró la transmisión de un mensaje de Paz, difundido por redes y medios audiovisuales, en lenguaje de seña. Se había creado una gran expectativa pública sobre la pieza comunicacional con un mensaje de gran importancia para la Paz en nuestro país, en Nuestramérica y en el mundo.
Asechados por el imperio del capital -especialmente en su expresión financiera-, por las bandas políticas, mediáticas y militares desde el Departamento de Estado yanqui y sus aparatos de inteligencia y operaciones, como la CIA y el Pentágono, las y los venezolanos padecemos hoy uno de los más grandes estragos de todos los tiempos, en materia de alimentación y salud, víctima del boicot y guerra económica por la que se pretende destruir nuestra soberanía, derrocar al Gobierno Bolivariano e imponer una dictadura a la medida de los intereses imperialistas.
La coordinación hegemónica en el despliegue de esta forma de guerra, conocida como de IV Generación, conlleva la imposición de la matriz de "culpabilidad popularizada" señalando al presidente Nicolás Maduro como responsable de la desaparición de alimentos y medicinas, la carestía de la vida, la devaluación de la moneda y otras de las tantas acciones que forman parte de la mencionada guerra económica.
Tal como lo señala el filósofo venezolano Ludovico Silva, citando a Carlos Max en su La Ideología Alemana: "No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia", por lo que entonces el empobrecimiento (depauperación) extremo del pueblo venezolano en la actual coyuntura ha generado y convertido en matriz de réplica masificada a una "una ideología religiosa basada en la caridad".
Es decir que, los aumentos progresivos de salarios y otros beneficios (como bonos y compensaciones para enfrentar la inflación inducida desde los estrategas del Pentágono) son vistos y aceptados como "un error de Maduro" y no como lo que son: medidas paliativas desde el Gobierno Revolucionario, para contrarrestar las agresiones imperiales contra el pueblo venezolano. La vida depauperada por los guerreristas del capital y el imperio yanqui ha devenido en una ideologización de la conciencia (recomiendo leer, también, en https://www.aporrea.org/actualidad/a258802.html "Compro oro, animalitos y dioses a granel") que distancia a importantes sectores de nuestro pueblo de la identificación del enemigo de clase a quien se debe enfrentar y de la verdadera lucha a librar contra los explotadores, grandes empresarios, hambreadores, acaparadores, regentes de instrumentos como "dólar today" y sus réplicas dentro del lumpenproletariado, como es el caso de los llamados "bachaqueros".
Entonces, la brecha de conciencia entre pan y paz se acorta o se ensancha según el grado de alienación con la que sectores de nuestro pueblo son permeados por la agresión imperial. Es aquí donde el ejemplo del anuncio del mensaje puntual, por la Paz, fijado para el domingo 18 de febrero a las 8 y 55 minutos de la noche, recibió diversas lecturas. Aún en voces de una cierta izquierda hipercrítica escuché despreciar el hermoso, incluyente y contundente mensaje de Paz, expresado en lenguaje de señas por el presidente Nicolás Maduro (acompañado por líderes como Diosdado Cabello, Jorge Rodrígiuez, Tareck El Aissami y Cilia Flores), restándole importancia a su contenido, con expresiones como: "¿eso era lo importante?", "me siento engañado", "pensé que iba a decretar un nuevo bono" o "creí que hablaría de medidas económicas y no de eso".
Es decir, un sector social, víctima de la misma guerra económica y del mensaje alienante de "una ideología religiosa basada en la caridad", llega a considerar de poca o ninguna importancia lo que tenga que ver con la estabilidad y la paz, subordinando todo a la necesidad de "pan".
Y la verdad es que el pan, que los asuntos económicos, que la carestía de la vida, escases de productos y todos sus colaterales hambreadores, son de vital importancia. Pero no se puede perder de perspectiva que preservar la estabilidad, conseguir la Paz, fortalecer la Democracia participativa y protagónica, son pilares de imprescindible fortaleza para resolver todos los problemas derivados del ensañamiento imperialista en contra del pueblo venezolano. Sin Paz no hay futuro y la Paz se conquista hoy en Venezuela, mediante la elección de Nicolás Maduro el venidero domingo 22 de abril.
No es una campaña electoral cualquiera, no se trata de escoger a un presidente entre iguales opciones (como ocurría en el pasado puntofijista, con adecos y copeyanos): nos toca vencer electoralmente al capitalismo y al imperialismo yanqui, con una opción socialista que asegure la verdadera defensa de los intereses del pueblo venezolano, nos permita alcanzar una verdadera estabilidad económica, fortalecer y preservar nuestra independencia, así como contar con la añorada Patria socialista que, en el Plan de la Patria, nos prometió Chávez.