Alí Primera es uno de los profetas que, a través de su canto necesario, invocaba la segunda independencia que debería nacer de la genuina alianza Grancolombina. Con sus denuncias y diagnósticos, el Padre Cantor era un predicador del Bolivarianismo, de la unidad y de la causa revolucionaria por la construcción del socialismo como nueva relación social que superara al capitalismo, diera al traste con el imperialismo y venciera a la hegemonía del pensamiento oligárquico, neoliberal y colonizador que domina al mundo y, particularmente, a la realidad venezolana.
Su palabra amorosa, pero llena de pesar y angustias, lo convirtió en un predicador de esperanzas para el pueblo explotado, trabajador, pobre, ninguneado y arrinconado en "los techos de cartón". Comunista y Bolivariano, Alí Primera supo sensibilizar y contribuir a concienciar a venezolanas y venezolanos que, cuatro años después de su siembra y en otro febrero rebelde, aquel 27f, le salieron al paso al imperialismo que, con ropaje neoliberal, quiso imponer su paquete de medidas económicas, contrario a los intereses de clase de nuestro pueblo.
Hace 29 años de aquellos acontecimientos que mediáticamente fueron reducidos a epítetos como el de "sacudón" o "Caracazo" -procurando sacarlos expeditamente de la historia y de la consolidación de nuestra memoria libertaria- marcaban un hito de proximidad con nuestra definitiva independencia. Sin dudas que comenzaban a significar aliento para nuevos tiempos y despertar de liderazgos como el asumido por el Comandante Hugo Chávez, al mando de una rebelión con soldados, civiles y militares, que siguieron haciendo temblar los cimientos del gran capital transnacional, de su fase superior imperialista y de sus vocinglerías neoliberales.
La verdad verdadera es que el 27 de febrero de 1989 fue la fecha del grito colectivo de Independencia, expresado por todo un pueblo cansado de opresión y flagelo capitalista sobre sus espaldas y su conciencia. A 29 años de aquella coyuntura que estuvo caracterizada por un estallido social que arrinconó a la burguesía neoliberal y su gobierno, para entonces presidido por el genocida Carlos Andrés Pérez, los acontecimiento se hacen más nítidos como voz de los "sin nada que perder, sino las cadenas que les oprimen". Y es que la historia no se mide ni se cuenta por estancos. La historia es una totalidad protagonizada por los pueblos pero pocas veces narrada por estos, sino por los vencedores momentáneos o por quienes se disfrazan de tales en oportunistas formas de gobierno.
A poquísimos años del 27f, un 4f apareció en madrugada luminosa para organizar aquellos hechos de 1989, para darles contexto, para mostrarlos como consecuencia directa de aquella trastocada independencia de 1811 cuando nuestro pueblo Libertador, con Simón Bolívar a la cabeza, logró romper con el imperio monárquico y colonizador europeo. Entonces entendimos a Alí Primera llamando a la unidad del pueblo "por segunda independencia" y a nuestro Libertador del siglo XXI, Comandante Hugo Chávez, diciendo y haciendo, haciendo y diciendo, para construir los tiempos nuevos.
A los primeros 29 años del Grito Colectivo por Segunda Independencia, una guerra desesperada por llevarnos de retroceso, es lanzada por el capital monopolista y financiero con expresiones graves en lo económico, en lo mediático, en lo violento terrorista y sin descartar una invasión militar imperialista, tal como lo coordinan -en países que nos son fronterizos- los agentes del Pentágono, la CIA y el Comando Sur.
A estos 29 años, debemos mantener la unidad del pueblo, la claridad del horizonte que estamos construyendo y la convicción del que el camino es éste: el de la Paz, el de la firmeza de principios y la seguridad de que, en Democracia participativa y protagónica, estamos proponiendo al camarada Nicolás Maduro, postulándolo este 27f ante el CNE, para que siga siendo Presidente, Comandante en Jefe de la FAN y conductor estratégico de este proceso de Libertad e Independencia definitiva, en el que finalmente ¡Venceremos! ¡El pueblo unido, jamás será vencido!