Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes.
¿Qué partido de oposición no ha sido acusado de comunista por sus adversarios en el Poder? ¿Qué partido de oposición, a su vez, no ha lanzado a sus enemigos, tanto a los representantes más avanzados de la oposición como a los reaccionarios, el epíteto zahiriente de comunista?
De este hecho resulta una doble enseñanza:
El comunismo está ya reconocido como una fuerza por todas las potencias de Europa.
Ha llegado el momento de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus aspiraciones; que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto de su Partido.
Con este fin, comunistas de diversas nacionalidades se han reunido en Londres y han redactado el siguiente Manifiesto, que será publicado en inglés, francés, alemán, italiano, flamenco y danés.
1 Edición en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1948.
2 Por burguesía se comprende a la clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social, que emplean el trabajo asalariado. Por propietario se comprende a la clase de los trabajadores asalariados modernos, que, privados de medios de producción propios, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para poder existir.
3 Mejor dicho, la historia escrita. En 1847, la historia de la organización social que ha precedido a toda la historia escrita, la prehistoria, era casi desconocida. Después Haxthausen ha descubierto en Rusia la propiedad comunal de la tierra; Maurer ha demostrado que ésta era la base social de la que partieron históricamente todas las tribus teutonas, y se ha ido descubriendo poco a poco que la comunidad rural, con la posesión colectiva de la tierra, era o es la forma primitiva de la sociedad, desde las Indias hasta Irlanda. Por fin, la estructura de esta sociedad comunista primitiva ha sido puesta en claro, en lo que tiene de típico, por el descubrimiento decisivo de Morgan, que ha hecho conocer la verdadera naturaleza de la gens y su lugar en la tribu. Con la disolución de estas comunidades primitivas comenzó la división de la sociedad en clases distintas y, finalmente, antagónicas.
Commune se llamaba en Francia las ciudades nacientes todavía antes de arrancar a los monarcas y señores feudales la autonomía local de la administración y de los derechos políticos del "tercer estamento". En general, como el país del desarrollo económico típico de la burguesía, hemos tomado aquí a Inglaterra, y de su desarrollo político a Francia.
Así denominaban los habitantes de las ciudades en Italia y en Francia las comunidades urbanas, una vez comprados o arrancados a sus señores feudales los primeros derechos a una administración autónoma.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!