Cambalache

No menos que un acto de soberbia complicidad debería de resultar afirmar que el Planeta se encuentra al borde de ser destruido gracias a la acción depredadora del Hombre.

Afirmarlo sería como culpar también a esos decenas de miles de hombres y mujeres, ancianos, niños, animales y ecosistemas que a cada hora desaparecen, son asesinados, contaminados, exterminados o definitivamente Proscritos por la acción criminal de los Grandes Consorcios Económicos y su pantomima de "democracias", verdaderas Dictaduras de Verdugos, mediante Guerras, epidemias quirúrgicamente provocadas y diseminadas, hambrunas y de más Políticas, arrebatan y explotan de las riquezas de los pueblos "pobres" del Planeta.

El único culpable de todo este macabro infierno no es el Hombre, ya que la raza humana también resulta una de las primeras señaladas de estar en la larga lista para la Gran Purga. Sino un Sistema Económico tan antinatural como antihistórico (capitalismo) y que increíblemente además tiene la traviesa ironía de culpar a sus víctimas de sus propios crímenes.

Antes incluso que aquel fatalista, pero igualmente añorado, tango: Cambalache, resultara reflejo e himno de la desesperanza de aquellos que arremolinados en la cotidianidad de las plazas y los mercados, con la colilla de un cigarro claramente recién recogido del suelo en los labios, desempleados y malolientes, desahuciados y sobre todo: "menudas" estadísticas de la nada y los nadie, fruto y estigma de aquellas "épocas perdidas", donde la "fertilidad" de aquellas sangrientas dictaduras ofrecían mayor plusvalía moral a la manera cómo acostumbraban robar nuestras cuantiosas riquezas de países "pobres"; era propio y urgente para los pueblos de Latinoamérica, crecer aceptando que la vida no valía nada, y que todo estaba perdido.

En determinado momento todo resultó pastizal propicio para que los Traficantes de la Ignorancia, Mercaderes de la Espiritualidad, hicieran cosecha de nuestro fatalismo suicida, ignorantemente heredado del Pecado Original de nuestro inoculado Colonialismo. Precisamente en aquellos pueblos que por devoción "asentían" hipotecar sus tierras y sus riquezas a nombre de un "Dios" que les ofrecía un paraíso de ultratumba a cambio de tener que sufrir toda la vida, una manera de por lo menos ir a buscar en la Muerte lo que no habían podido tener ni lograr en la Vida. Mientras, del otro lado de la "suerte", aquellos que se habían entregado durante toda su existencia al pillaje y la lujuria de robar lo que no les pertenecía, construyendo Iglesias, aseguraban, por si acaso, puestos VIP en el paquete turístico del Paraíso Eterno que ofrecía de manera rimbombante el supuesto Dios de los pobres, como Premio para los "buenos" del Planeta.

Mucho y poco ha pasado de aquellos tiempos. Mucho para creer que lo que ha pasado pueda y deba volverse ha repetir, y poco pues aún son muchos los que todavía vacilan y prefieren continuar con este mismo milenario engaño. Si bien el enemigo ha crecido en tamaño también es posible hoy en día "contar" lo que todavía le queda de tiempo al frente de este verdadero "aquelarre" en lo que han transformado la existencia en el planeta.

Por fin, alrededor del Mundo, se oyen gritos de reclamo, la esperanza se renueva ante la visible llegada de los Cambios. Mientras la "hiena", cada vez más aislada, en su oscura caverna se prepara para la derrota.

Cambalache: Tango de Enrique Santos Discépolo

Letra

Que el mundo fue
y será una porquería
Ya lo sé,
en el quinientos seis
Y en el dos mil también
Que siempre ha habido chorros Maquiavelos
y estafaos Contentos
y amargaos, varones
y dublé

Pero que el siglo veinte
Es un despliegue de maldad insolente
Ya no hay quien lo niegue Vivimos revolcaos en un merengue
Y en el mismo lodo
Todos manoseaos

Hoy resulta que es lo mismo Ser derecho que traidor Ignorante, sabio, chorro Generoso o estafador

¡Todo es igual, nada es mejor! ¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplausos ni escalafón Los inmorales nos han iguala'o

Si uno vive en la impostura
Y otro roba en su ambición Da lo mismo que sea cura Colchonero, rey de bastos Caradura o polizón

¡Qué falta de respeto
qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es...



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Waldo Munizaga


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