El título de este escrito corresponde a la frase del insigne hombre de letras Andrés Bello (1781-1865). Se refería al reciente movimiento de 1810, rebelión de indiscutible impacto en la historia de Venezuela y de la América toda.
Un acontecimiento histórico de gran trascendencia como la Revolución Francesa comenzó a influir en las colonias americanas y los principios de libertad, fraternidad e igualdad, se propagaban como pólvora. Esas banderas constituyeron la médula de las ideas políticas de los líderes forjadores de la independencia.
El 19 de abril de 1810 marcó el comienzo sin retorno, de una extensa jornada de las colonias españolas para su liberación. Prominentes líderes de esta gesta emancipadora provenían fundamentalmente de los blancos criollos, la clase social económicamente más poderosa de la época, familias connotadas de la alta sociedad caraqueña como los Ustáriz, Bolívar, Salias, Ribas, Toro, entre otros.
Uno de los personajes emblemáticos de ese 19 de abril de 1810, es Francisco Salias, quien conmina al Capitán General Vicente Emparan a regresar al Cabildo cuando este se disponía a entrar en la catedral de Caracas a los actos religiosos de ese Jueves Santo. Salias lo toma del brazo y logra conducirlo a Cabildo, donde se ve obligado a renunciar. Salias fue, después de ese suceso, edecán del General Francisco de Miranda. Participó en la toma de Valencia en 1811, donde fue capturado por los realistas. También fue edecán de El Libertador Simón Bolívar hasta 1821. En 1826 respalda al movimiento de la Cosiata en contra de la Gran Colombia.
Hay que resaltar el papel clave que desempeña el capitán Pedro Arévalo Aponte, un militar turmereño perteneciente a la clase de los pardos. Este insigne patriota ordena a las tropas no intervenir mientras llevan al Capitán General a Cabildo. Los soldados obedecen órdenes de su capitán y bajan las armas. También se le atribuye la responsabilidad de trasladar a Emparan, en calidad de preso, hasta Puerto de la Guaira, desde donde partiría hacia Puerto Rico.
El 19 de abril de 1810 puede calificar como el primer golpe de estado en Venezuela. El inicio del gran conflicto bélico y político por la independencia, entre América y España.
"…No podía haber dudas que el 19 de abril de 1810 era el principio de la revolución. En la propia acta de lo ocurrido se asentaba que por la situación de la Metrópoli, y de acuerdo con el derecho natural, se había decidido erigir en el seno mismo de estos países, un sistema de gobierno que supliera las faltas, ejerciendo los derechos de la soberanía que por el mismo hecho ha recaído en el pueblo". (Mijares, A. 1978, El Libertador)
El nuevo gobierno quedó en la responsabilidad del Cabildo caraqueño bajo el nombre de "junta Suprema Conservadora de Fernando VII". La junta quedó conformada, de acuerdo con el acta, por Juan Germán Roscio, José Cortéz de Madariaga chileno residente en Venezuela, José Félix Sosa y José Félix Ribas, quien era procedente de una de las familias de mayor abolengo en la ciudad capital. Ribas fue un blanco que representó al gremio de los pardos.
Respecto a la participación de Simón Bolívar, es difícil precisarla en el suceso del 19 de abril de 1810, pero este, junto a su hermano Juan Vicente Bolívar, mantenían continuas reuniones con los conjurados contra el gobierno español en la conocida "cuadra de los Bolívar" y también en la casa de José Félix Ribas quien era tío político del futuro Libertador. Algunos historiadores afirman que Simón Bolívar estuvo confinado por las autoridades de España en la hacienda de su familia fuera de la capital para esa fecha histórica, al igual que los Montilla, y otro grupo de conspiradores.
El proceso político que comenzaba con un golpe de Estado al Capitán General Vicente Emparan, agudiza serias contradicciones entre los patriotas por las diferencias en los conceptos políticos y de la sociedad a erigir. El principio de la igualdad social y libertad de los esclavos fue un detonante interno.
Simón Bolívar se auto propone para conformar una delegación diplomática hacia Londres. La junta acepta con desagrado. Ellos veían con recelo el radicalismo de Bolívar y José Félix Ribas. El Libertador financia el viaje hacia Inglaterra acompañado por Andrés Bello y Luis López Méndez. Esa misma junta conservadora de los derechos de Fernando VII, también vería con desconfianza la presencia del precursor Francisco de Miranda, invitado por Bolívar a fines de 1810. Miranda fue anfitrión de la delegación venezolana en Londres.
Miranda nunca dejó de ser despreciado por las élites caraqueñas por ser hijo de un comerciante de telas de Castilla y una panadera. No podía ser que un hombre de su condición social pudiese ocupar altas responsabilidades de gobierno. Por esa razón, cuando el 28 de marzo de 1811 la Junta Suprema se disuelve, sus poderes fueron transferidos a un triunvirato en el cual Miranda, a pesar de su larga trayectoria como patriota, no figuraba.
Acerca de la participación de Sucre en los sucesos del 19 de abril de 1810, Ramón Badaracco, en su libro Sucre: Mito y Santidad, publicado en 2005, expresa lo siguiente: "Solo hay conjeturas sobre la participación de Sucre, en los sucesos, antes y después del 19 de abril de 1810 en Caracas. Recién había cumplido 15 años el 3 de febrero, tenía dos años estudiando en la academia militar de Caracas bajo el tutelaje de su padrino don Antonio Patricio de Alcalá, que por ser Arcediano de la catedral de Caracas, lo alojaba en su casa…"
Lo cierto es que tanto Simón Bolívar, como Antonio José de Sucre estuvieron aliados en los mismos propósitos revolucionarios. Ellos comprometieron lo mejor de sus vidas por la emancipación de todo un continente y no descansaron en su empeño por construir una poderosa y unida nación latinoamericana. Sin embargo, las intrigas y lucha por el control político hicieron sucumbir años de esfuerzo.