Durante la IV república se respetó la propiedad privada, y los productores compraban libremente las divisas destinadas a la importación de materia prima, insumos y repuestos para la producción de bienes en el país. En cambio los gobiernos chavistas y maduristas se dedicaron a expropiar industrias y haciendas para luego quebrarlas, y a negar la venta libre de dólares al sector privado, y a colocar los dólares preferenciales en el mercado negro mediante testaferros para venderlos a precios exorbitantes a los empresarios, encareciéndose así el precio final de los productos. Por otra parte, un gran porcentaje de los bienes que producen las empresas en poder del gobierno, son sustraídos por las cúpulas militares y del PSUV para ser vendidos en el mercado negro y en el extranjero.
Como consecuencia de esto, las empresas públicas no tienen ingresos de ganancias lo que obliga al gobierno central (PDVSA-BCV) a girar recursos a esas empresas para cancelar sueldos y salarios. Más de un billón trecientos mil millones de dólares han entrado al país por concepto de venta de petróleo desde el año 2000, pero fueron despilfarrados y dilapidados por los gobiernos de Chávez y de Maduro, generando por un lado la creación de la nueva oligarquía del PSUV, pero por otro lado, produciendo hambre y miseria en la población venezolana. Esta si es la verdadera guerra económica producida por el mismo gobierno.
La corrupción también ha truncado la inversión en PDVSA, ferromineras, centrales azucareras y demás empresas del Estado y servicios públicos como la salud, transporte, educación, acueductos, electricidad, telefonía fija y celular y otros, originando su ruina. Y lo que es más grave, no se hicieron inversiones en ciencia y tecnología para la independencia tecnológica y económica del país.
Ahora el gobierno inventa un nuevo parapeto publicitario con el Plan Nacional de Producción o Plan 50 con el supuesto de recuperar la producción en dos meses. Tamaña farsa que resultará otro fracaso como "Vuelvan Caras", "Todos a la Siembra", "Desarrollo Endógeno" y otros, solo para mantener engañada a la población y causarle más frustración, más hambre, pobreza y diáspora o éxodo de venezolanos huyendo de la miseria y el hambre lo que hasta ahora ha causado la desintegración de más o menos 1 millón de familias y la fuga de millones de venezolanos que han caído en el extranjero en la categoría de refugiados.
Mientras este drama ocurre, la dirigencia del PSUV y las élites militares se convierten en una nueva oligarquía mediante testaferros cobijándose en la nueva organización empresarial denominada Central Nacional Bolivariana de Industria y Comercio y FEDEINDUSTRIA. Esto significa que en 20 años la cúpula del PSUV y militares de confianza del partido de gobierno se trazaron la meta de desplazar y arruinar a la vieja oligarquía venezolana para constituirse y reinar como la nueva oligarquía venezolana con los dólares que han ingresado al país. Pero ésta oligarquía es más devoradora, más ambiciosa, más depredadora y más autoritaria que la anterior, motivado a que con su avaricia ha originado mayor pobreza y miseria que la originada por la oligarquía de la IV república. Para derrotarla se necesita la organización y la presión popular para lograr la disolución de la fraudulenta e legal Asamblea Nacional Constituyente y la elección de un nuevo Consejo Nacional Electoral, CNE para la convocatoria de elecciones generales libres y democráticas.