La renuncia de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia, desató los discursos y posiciones más controversiales. No es para menos, se trata de un momento histórico muy sensible en América Latina, la situación afecta la geopolítica en el continente americano, aún más cuando el gobierno de Morales era el más fuerte aliado al Presidente de Venezuela, después del régimen de Cuba.
Lo sucedido en Bolivia, es un ejemplo muy claro de cómo la ambición de poder puede conducir a situaciones muy graves. Las fuerzas militares bolivianas se plegaron a las exigencias de un nuevo proceso electoral en ese país y exigieron la renuncia de Evo Morales ante las evidencias de fraude electoral emanado del informe elaborado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Sin dudas fue un error político del expresidente de Bolivia haberse propuesto para un nuevo periodo presidencial después de catorce años de mandato, cuando en el plebiscito del veinte de febrero de 2016, la población le dijo en los resultados de ese plebiscito, que no lo querían otra vez como Presidente. Esa actitud de querer permanecer gobernando en contra de la voluntad popular, fue la gota que derramó el vaso.
No se puede hacer una analogía de lo ocurrido recientemente, con Venezuela, las condiciones de este país no son las mismas que las de Bolivia. La institución militar venezolana, su alto mando, está totalmente apegada al discurso y proyecto de Nicolás Maduro. Una rebelión popular en Venezuela seguramente pudiera causar una división en la fuerza armada que en última instancia es la que decide el desenlace político cuando no es por la vía electoral, como acaba de suceder en nuestro país hermano de Bolivia, además es muy probable que se desarrolle una guerra civil por los grupos armados con que cuenta el gobierno nacional para enfrentar las protestas populares.
En tal sentido, Venezuela luce como un bastión aparentemente invulnerable para derrocar al gobierno actual. Pero muchas opiniones afirman que lo sucedido en Bolivia con Evo Morales es una estocada fulminante para Nicolás Maduro.
