De acuerdo: “Guerra sin cuartel a los corruptos” (parte I)

Después del triunfo arrollador del presidente Chávez, la derrotada oposición como quien no quiere la cosa lanzó al ruedo de la discusión política la necesidad de una ley de Amnistía, con el propósito de conseguir capitalizar la euforia del gobierno, que podría verse obnubilado por las mieles de satisfacción que producían tan inconmensurable triunfo. Pero la reacción de la Asamblea fue contundente: “no puede haber perdón sin arrepentimiento”; quienes irresponsablemente causaron tan inmenso daño a la nación, no pueden esperar que por arte del olvido y de la conmiseración mal entendida pasen a formar parte de los sonrientes y satisfechos gozantes de la impunidad, sería un imperdonable error de la revolución embarcarse en tan insensata misión. La construcción del Socialismo venezolano debe estar apoyada en los fundamentos de la moral bien concebida, esa moral que lleva adherida a su cuerpo de principios los necesarios e irrenunciables valores que hacen que los funcionarios públicos, tal como lo dijo el Presidente, sean verdaderamente servidores comprometidos a carta cabal con el pueblo, siempre en la búsqueda de solucionar los problemas de la comunidad donde accionan, y no aprovechándose o sirviéndose de los recursos que debieran administrar con honestidad. Por ello el combate “a muerte” en contra de la corrupción pasa por hacer emerger nuevamente a la luz de la verdadera justicia revolucionaria, (no de la cuarto republicana que aun sigue vigente en muchas estructuras), la inmensa cantidad de actos de corrupción que se cometieron en la cuarta, y aquellos que de alguna manera han nacido bajo el albor del proceso revolucionario.

En las conciencias del pueblo existe un clamor intermitente que pide a grandes voces, aunque enclaustradas en la paciencia y esperanza, que se comience a mostrar los nombres de los verdaderos culpables de tantos delitos contra la cosa pública, ya que se corre el riesgo de que en algún momento todos, absolutamente todos, sin discriminación sean contados como “corruptos, burócratas, parásitos, y falsos”. Porque a decir verdad en todas las instituciones del estado, en todas, la inmensa mayoría de sus miembros son gente comprometida con los valores mas sublimes, y con el respeto y la solidaridad a los que sirven; pero lamentablemente también se encuentran ahora camuflados, y hasta disfrazados de revolucionarios, aquellos que en la vigencia de la cuarta república convirtieron las instituciones publicas en prolongaciones del comando del partido de gobierno, y aun podemos encontrar en algunos archivos muertos las famosas “postulaciones” del partido sin las cuales los profesionales no podían ingresar a formar parte del staff de empleados del organismo publico. Agazapados si, pero moviéndose en las sombras, utilizando sus cargos para acceder a las conciencias de los mas jóvenes, con el fin de pervertirlos y llenar de odio y de rabia sus corazones y mentes contra aquellos que se han atrevido a señalarlos, a ponerlos a descubierto, incitándolos a acusar de “intrigantes” y “groseros” a aquellas personas que se atreven a pregonar la búsqueda de la honestidad, y que los tales solo pueden ser catalogados con el epíteto aquel que mejor le cuadra a esos residuos de la “cuarta republica” que no es otro que el de “sanguijuelas”. “Las irregularidades que no se conocen” y que se han cometido a lo largo de los 26 años de vida institucional del IUTET, deben ser puestas a la luz, y deben conocidas sin dilaciones por toda la comunidad trujillana, la actual comisión está muy de acuerdo que los Consejos Comunales conozcan a fondo todo lo concerniente a la historia del IUTET, pero se debe abandonar la vieja practica de la amenaza a utilizar la violencia y la irracionalidad, para imponer el criterio de un solo sector, todos absolutamente todos deben estar ganados para iniciar la asepsia moral que por largos años está esperando esta institución educativa. En lo que respecta a la actual comisión, los archivos y los procesos que se han realizado bajo la conducción de la misma están a la orden de todo aquel que quiera revisarlos, sería estupendo que aquellos que utilizan el anonimato para lanzar la frase:, “…porque los beneficios aportados por el ejecutivo nacional están siendo desviados para favorecer a sectores individuales que nada tienen que ver con el estudiantado…”, asumieran su responsabilidad dando la cara y aportando evidencias de lo que irresponsablemente lanzan al boleo, vengan, hurguen en los archivos o muestren algún documento que sustente tan grave acusación, de nuestra parte estamos a la orden para motorizar las acciones a que hubiere lugar para desenmascarar a los culpables.

Totalmente de acuerdo con iniciar la lucha para que la nueva institución universitaria nazca del esfuerzo y del compromiso solidario de la gran familia “IUTETENSE” y de la comunidad en la cual estamos insertos, los “corruptos” son ínfima minoría y deben ser defenestrados, y ese esfuerzo debe ser dirigido a la consecución de una institución “nueva”, descontaminada de las viejas estructuras, que como señalaba el presidente “están aun vivitas y coleando” y haciendo gran daño. Y para terminar por ahora no tengo en mis planes entronizarme en la “Dirección”, y tampoco comulgo con “los intereses politiqueros”, mi compromiso es con el IUTET. Por supuesto que también son corruptos los que usan las aulas para denigrar de sus adversarios, sembrando el odio en contra de las personas en los jóvenes que están obligados a formar con el ejemplo. La dignidad no se pregona, se gana y se practica, y no puede reclamarla quien irresponsablemente convierte los recintos universitarios en símiles de campos de guerra, solo con el mezquino objetivo de lograr la suspensión de actividades. ¿Estarían dispuestos los que escriben los amenazantes panfletos a enfrentar con valentía a los que realizan estas prácticas? ¿O es que esos no pueden ser catalogados de irresponsables, por el hecho que también “son la razón y ser de esta institución y de todas las instituciones de educación”?. Y a los “sindicaleros”, ustedes conocen la situación de caos en que ha sido sumergida esta Institución por largos años, ¿mostrarían algún documento publicado donde denuncien tal situación?, ¿o es que la amenaza velada de “llegar hasta las ultimas consecuencias” por parte de los agazapados les atemoriza?

La justicia y la verdad andan cabalgando en lomos de esta revolución y no será la amenaza de violencia del pasado la que haga arrodillar a los verdaderos Revolucionarios.

“A DIOS sea la gloria” y NO volverán.


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Luís Daza


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