La Ideología de género. Un monstruo inventado por el imperio


El imperio capitalista ha hecho de la mentira una de sus armas predilectas, convirtiéndose esta en un aparato de destrucción masiva que causa más daño que una bomba nuclear. Pero es que además de actuar de forma artera en busca de la división de las naciones, para conseguir las necesarias victorias que le permitan mantener su hegemonía y poder de dominación, ha puesto en práctica una nueva arma mucho más letal que todo su arsenal nuclear: La ideología de Género.

La ideología de género es la última rebelión del hombre contra su condición de creatura.

Con el ateísmo, el hombre moderno pretendió negar la existencia de una instancia exterior que le dice algo sobre la verdad de sí mismo, sobre lo bueno y sobre lo malo.

Con el materialismo, el hombre moderno intentó negar sus propias exigencias y su propia libertad, que nacen de su condición espiritual.

Ahora, con la ideología de género el hombre moderno pretende librarse incluso de las exigencias de su propio cuerpo: se considera un ser autónomo que se construye a sí mismo; una pura voluntad que se autocrea y se convierte en un dios para sí mismo.

La ideología de género busca como su objetivo primordial “la desnaturalización del concepto “hombre” como base objetiva de los derechos humanos y por tanto como fundamento de sus deberes morales. Se anulan o se hacen relativos derechos fundamentales como la Vida o el Trabajo y se sustituyen por otros inventados para la dominación de los fuertes contra los débiles. Así los eufemismos “derechos reproductivos” y “salud reproductiva” son un conjunto de directivas para imponer el aborto y la esterilización, especialmente en los países empobrecidos y controlar el potencial revolucionario de estos pueblos sometidos a la explotación y miseria”.

Es una ideología (es decir, es un sistema de pensamiento cerrado) que defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son unas construcciones meramente culturales y convencionales, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos y se inventan y promueven artificialmente hasta 6 orientaciones y opciones sexuales diferentes con nefastas consecuencias psicológicas y sociales. La separación existencial entre amor, sexualidad y procreación es la base sobre la que se planifica la destrucción de la solidaridad.

La ideología de género propone la destrucción de la familia biológica que Freud no logró ver, y que permitirá -aseguran sus defensores- la emergencia de mujeres y hombres nuevos, diferentes a los que han existido anteriormente. Así, la familia dejaría de cumplir uno de sus principales objetivos: ser cuna y escuela de solidaridad entre generaciones y entre familias y pueblos.

“La ideología de género, con su ropaje progresista, es un instrumento ultra reaccionario al servicio de un neocapitalismo que destruye la persona –ser solidario- desde dentro, convirtiendo al ser humano en individuo, moldeable en su identidad primordial. Se trata de impedir radicalmente, en sentido literal, el desarrollo de la solidaridad que todos tenemos sembrada en el corazón”.

Investiguemos la verdad y pongámosla al servicio de la humanidad. Si no ni los mundiales detendrán su destrucción.


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Luis Daza


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