Imposible no recordar a Hugo Chávez después que el presidente Nicolás Maduro amenazó con irse de Miraflores, si la oposición gana las elecciones parlamentarias el próximo 6 de diciembre.
A diferencia de Hugo Chávez, Maduro recoge el pañuelo que le lanzó la oposición sobre una base errónea porque en Venezuela no existe la figura del plebiscito. El Presidente no puede irse así nomás, por una pataleta que le dio. No basta decir "boto tierrita y no juego más", pues hay un país en juego y lo que cabe es un referendum revocatorio.
En el caso de Chávez, el mandatario cumplió con la Constitución luego que la oposición recogiera las firmas suficientes para ir a un Revocatorio. Por eso es bueno escuchar los dos discursos que, por supuesto obedecieron a momentos y circunstancias totalmente distintas, junio de 2004, después del 11A de 2002 y del paro petrolero. Chávez ganó de calle. Sacó casi el 60 por ciento de los votos con una participación de más del 69%. Y claro, la oposición cantó fraude pero nunca demostró nada...
Sin duda la de Maduro, a pocos días del 6D, es una jugada inesperada que pone en jaque al país y al mundo y que no deja de ser arriesgada. También descuadra aún más a la ya errática oposición y de paso manifiesta que aceptaría resultados electorales adversos. Señales positivas para alguien que es considerado un "dictador". Todo ello con una pandemia encima cuyo manejo ha sido acertado hasta ahora, a pesar de la crisis multifactorial y de las sanciones impuestas por EEUU, Canadá, Panamá y países de la Unión Europea, en un acoso brutal y sin precedentes contra el país.
Pero también es un discurso pasional que apela a las emociones y que no deja de ser contradictorio. Un globo de ensayo para después sentarse a analizar los resultados y actuar en consecuencia: "dejo mi destino en manos del pueblo de Venezuela. Si vuelve a ganar la posición yo me voy de la Presidencia" pero luego afirma "sé que el pueblo va a salir a votar, y vamos a tener un gran triunfo, lo sé, así lo digo, así lo creo y así será..."
Nicolás Maduro es ahora un competidor más en la contienda por la Asamblea Nacional y no es casual que personalmente asuma la campaña por redes como WhatsApp y Telegram. Algo que en su momento hizo el presidente Bolsonaro, de Brasil.
¿A quién le habla Maduro?
Escenarios:
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A los y las chavistas que han expresado descontento, críticas, observaciones, sugerencias ante la dura situación que azota al pueblo venezolano en parte por el bloqueo criminal de Estados Unidos y las sanciones contra nuestro país, aunque se cuestiona también la inacción gubernamental frente a la devaluación del bolivar, y el haber permitido que el dólar tome posesión del sistema monetario y de la vida económica. La hiperinflación, los bajos salarios y en general el deterioro de la calidad de vida ha profundizado la brecha entre los estratos de la población. Quizás se teme a un sector que busque castigar al gobierno de Maduro, votando por otras opciones, incluso por el Partido Comunista y la llamada Alianza Popular Revolucionaria que aunque son factores que siempre han acompañado a la Revolución, ahora son vistos como fuerzas antagónicas. Incluso en un mensaje de la primera dama Cilia Flores, los mete en el grupo de "opositores". Tanto el PCV como la APR han sido censurados en los medios del Estado y el Consejo Nacional Electoral no ha intervenido ni siquiera para hacer valer sus propias normas de campaña. Pareciera que Maduro quiere todo o nada. Prefiere una aplanadora o una extensión de la actual Constituyente a un parlamento diverso donde exista debate y contraloría. ¡quizás temen que se modifique la Ley Antobloqueo?
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A los abstencionistas, de lado y lado: es claro que el Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados del GPP ganarán las elecciones. Lo que preocupa es el porcentaje de participación política. Si la abstención es muy alta eso le resta legitimidad al proceso comicial y atizaría, además, el rechazo de los países que aún apoyan a Guaidó y que no creen en las elecciones. Puede generar un escenario más difícil para Maduro y colocar a Venezuela en una situación desventajosa ante el mundo. Un mundo donde aliados como China, Rusia, Vietnam incluso Irán pueden estar a la expectativa. Recordemos que estos países cuidan sus negocios.
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Al mundo: aliados y enemigos aunque es una salida que puede generar más dudas sobre la estabilidad política y económica de Venezuela, decir estoy dispuesto a irme si gana la oposición, es una muestra de no querer perpetuarse en el Poder aunque el "si" condicional le resta fuerza..."Si ellos ganan me voy", pero sabe que no ganarán.
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La arenga está dirigida al pueblo, es un ultimátum al que ostenta el poder según la Constitución porque en 2015 ese mismo pueblo no votó como se esperaba, perdimos la Asamblea Nacional y mire la debacle que vino después...
Efecto boomerang
Vamos a ver cuál es la respuesta del Soberano. Puede ser un efecto boomerang y que ahora la gente salga a votar para tomarle la palabra al Presidente. ¿Cuáles serán los resultados?
Aunque el objetivo (que no es sacar a Maduro) no debemos perderlo: recuperar la Asamblea Nacional y salir de Juan Guaidó.
Yo saldré a votar ¿Y usted?