Épale, PSUV

Aunque creo que el 6D perdimos todos, no voy a negar que acaso tal vez el gobierno/PSUV pueda sentirse acreedor de una cierta victoria: *no es poca hazaña sostener casi el 30 % con que Maduro ganó la presidencia en 2018, sobrepasando sanciones, "boicot" electoral, desencanto entre sus filas, y el largo etcétera de calamidades que ha provocado su mala gestión al frente de los asuntos públicos*. En fin de cuentas, *todas las victorias son _relativas_ y, tomada en su conjunto, la oposición está bastante peor*: dispersa, derrotada, unos en el País de las Maravillas, viviendo de espejismos e ilusiones, autoengañándose para no tomarse el trabajo de pensar, chapoteando en la ignominia del sancionismo y del invasionismo pitiyanqui, y otros (entre los que me encuentro) procurando una y otra vez disputar la franquicia opositora pero otra y una vez despreciados por la base social de la oposición extremista, de alta clase media y de derecha... y nosotros como que somos muy plebeyos y muy de centro-izquierda para su gusto.

Sí, ha ganado el PSUV. Le pone de nuevo la mano a la AN. Pero, con 25 % del electorado, ¿va a ejercer esa mayoría parlamentaria como amo y señor de la comarca? Es lo que debe preguntarse el PSUV con la mano puesta en el corazón, y sin pasiones inútiles. De su respuesta dependerá la vida de la república y de la nación toda, es decir, de todos quienes padecemos los "haceres" y "deshaceres" de nuestra clase dirigente.

Así que, mirando la política un poco de lejos, en esta "distancia" en que ando, y ya entrado en años (ostentando esta sartreana _edad de la razón_ en que puedo permitirme ciertos alardes, libertades y jactancias), voy de consejos al PSUV. No les hablo al presidente, a los ministros, a los diputados: no. Me dirijo a Nicolás, el que alguna vez estuvo en mi oficina de ddhh requiriendo gestiones para alguno de sus camaradas (Freddy Bernal, si mal no recuerdo); a Cilia, a la que siempre juzgué con afecto una lideresa popular de Caracas, allá en La Vega (si no recuerdo mal), desde mucho antes de Chávez; a Diosdado, el teniente encarcelado en el Lino de Clemente a quien visité en mi condicion de defensor de los ddhh (los visité, a él y a los demás tenientes conjurados, al costo político que me implicara), con todo y lo que aborrezco su grosero y fascistoide modo de hacer política; a Jorge y Delcy, con quienes tuve desde siempre y tengo una amistad que reivindico (a riesgo de ser por ello fusilado por enésima vez en el paredón de la oposición extremista), más allá de los abismos ideológicos que nos separan (que de pronto no son tan anchos como parecen a primera vista); en fin, a todos los miles con quienes compartí protestas de calle en los tiempos tumultuosos del 27F y del 4F, denuncias, cárcel, represión, y, también, sueños de cambio, cuando, como decía el chino Valera Mora acerca de Benny Moré y los Beatles, _todo nos hablaba de la ruidosa caída de un reino_.

Así que éstas son mis sugerencias:

1. Siendo, como es, la política, no sólo un hecho de palabras y acciones sino de gestos, no lleven la imagen de Chávez al hemiciclo de la AN. ¿Para qué ese desplante? ¿Qué utilidad tiene? Chávez, ¿qué duda cabe?, es ya un pedazo de la historia de Venezuela. Así como nadie puede explicarse el siglo XX venezolano sin Cipriano Castro (al margen del juicio que nos merezca el personaje), nadie tampoco podrá explicarse nuestro siglo XXI sin Chávez. Eso es así. Pero Chávez es hoy, y creo que lo va a ser siempre, representación de una parcialidad política, de una parte (importante, ¿quién puede dudarlo?, pero parte) de Venezuela, y no de la nación toda. Poner el retrato del Libertador, sí, claro, ¿por qué no?, si nos representa a todos (y lo digo sin ser para nada adorador religioso de Bolívar). Pero la imagen de Chávez equivale a decir: "La AN nos pertenece, como los demás Poderes Públicos". Es decir, la AN dejaría con ese acto de ser, al menos nominalmente, una institución de todos. ¿Se coloca en el Congreso argentino el retrato de Perón? ¿Podrían aspirar los socialistas chilenos que se haga lo mismo con el de Allende? ¿Se atrevería Pepe Mujica a pedir que se coloque en el parlamento uruguayo el de Seregni, pongamos por caso, o Lula el de Prestes en el brasileño? ¿Qué lectura daría el mundo de ese acto? Por contrario, imaginemos por un momento que ustedes tremolan el discurso de la reinstitucionalización, y, sobreponiéndose a la tentación que comporta esa aplastante mayoría parlamentaria, anuncian que asegurarán que la AN será un territorio para el reencuentro y la reconciliación de todos: ¿cómo quedan los supremacistas gringos que aún agitan el rojo fantasma del comunismo, de la dictadura totalitaria, para justificar la grosera agresión gringa contra Venezuela? Demás decir que debe explorarse, abandonando inútiles provocaciones que no conducen a nada y con sentido pragmárico, una relación de nuevo tipo con EEUU y la administración Biden: ¿mucho pedir auspiciar la que con inteligencia mantuvieron con ese país presidentes como Evo, Lula, Pepe Mujica, Kirchner y Correa? Y en Europa, ¿no se abriría un resquicio en los atrancados portones del conservatismo eurocéntrico?, ¿no se ayuda a que socialdemócratas y socialistas democráticos y liberales del viejo continente se vuelvan a escucharlos con más atención?

2. Más allá de los números de los curules, constatando con la mano en el corazón que ellos no representan la correlación política real en la sociedad política, designen a un opositor en: la nueva directiva de la AN y, al menos, en la presidencia de la Comisión de Contraloría (antigua costumbre _puntofijista_ que deberíamos rescatar).

3. Dejando a un lado el cinismo convertido en política de Estado, que parece ser uso maquiavélico (en el sentido peyorativo del concepto, que no es justo con el gran pensador florentino) tanto de derechas como de izquierdas a lo largo y ancho del planeta, designen los Poderes Públicos como ordena no sólo la letra sino _el espíritu_ de la Constitución, y dejen de ocuparlos con camaradas que renuncian al partido un dia antes de su designación. ¿Es que no abundan venezolanos que, aunque hayan mantenido posturas políticas favorables o contrarias al proyecto chavista, puedan ser testimonio de independencia clara respecto de todos los partidos y del Poder Ejecutivo? Y claro, ábranse a compartir esos Poderes con toda la pluralidad política y social nacional.

4. Permitan que esta AN debata desde cero la Ley Antibloqueo, de modo de al menos aminorar sus derivas autoritarias (asegurando que una ley sólo pueda ser anulada por otra ley, y no por la voluntad inapelable del Presidente) y de potenciar y legitimar la necesaria apertura económica y la reprivatización de miles de empresas en mala hora estatizadas. ¿No es evidente que así el capital transnacional -que necesitamos, ¿qué duda cabe?, como lo necesitaron los chinos en los '80 y los '90 para asegurar su despegue económico que los convirtiera en la potencia que hoy son- vería con mayor comodidad e interés su posible radicación en nuestro territorio? Por cierto, recomendaría que tales reprivatizaciones incluyan nuevas formas cogestionarias de propiedad (como intentó Teodoro Petkoff con la privatización de SIDOR), de modo que muchos trabajadores, hoy simples funcionarios públicos, se conviertan en accionistas de esas empresas.

5. Debatan las dos propuestas que anexo más abajo y que ya les remití en el pasado:

Una reforma de la Constitución que asegure y obligue a la conformación de un gobierno de emergencia y unidad nacional.

Un Pacto Salarial que, mediante un Fondo de Compensación Salarial proveniente de las privatizaciones y reprivatizaciones, permita el pago de bonos en divisas, entre tanto se reemprende la ruta del crecimiento económico con baja inflación.

6. Y le tomo la palabra al Presidente: conformen, intra y extramuros, una amplia comisión de encuentro y reconciliación. Allí podría negociarse un cuestionario acerca de los temas más cruciales al país que viene: ¿y qué tal si convocamos un referendo consultivo y que el pueblo, el soberano, decida acerca de ellos... si quiere un gobierno de emergencia y unidad nacional, o el proyecto del socialismo del siglo XXI, o el Plan de la Patria, o la Ley Antibloqueo, o si quiere un proceso de relegitimación de todos los Poderes Públicos mediante elecciones generales?

En fin, sería larga la lista de sugerencias. Pero creo que con las aquí mencionadas, se destaca que lo principal es un cambio de actitud. Piensen en el legado que van a dejar: que no sea el del hambre, la pobreza y el atraso de hoy, sino uno de democracia plena y progreso económico con justicia social para todos. De ustedes depende.

Propuestas:

(1) Pacto social para la recuperación del salario
https://contrapunto.com/economia/laboral/ochoa-antich-propone-un-pacto-social-para-la-recuperacion-del-salario/

(2 ) Reforma constitucional para salir de la crisis venezolana, por Enrique Ochoa Antich https://talcualdigital.com/la-via-polaca-para-salir-de-la-crisis-venezolana-por-enrique-ochoa-antich/



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Enrique Ochoa Antich

Político y escritor de izquierda democrática. Miembro fundador del Movimiento al Socialismo (MAS).

 @ehochoa_antich

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