Autoredención

No hay autoredención; nadie, en realidad, se redime a sí mismo si alguien de fuera no le ayuda, si el ambiente no le es favorable. Los esfuerzos mismos de la clase obrera por redimirse van operando lentamente en la clase capitalista un proceso que llevará a que sea esta clase la que contribuya al último paso. Cada día se ve más oscuro la revolución del capitalismo moderno al socialismo.

El socialismo es, una sociedad que llega coexistiendo las clases, lo cual pone de manifiesto la ausencia de dialéctica. Y en este contexto se ve lo contradictorio de la expresión "equivalencia entre individualismo y socialismo". Lo contradictorio no se halla en la simple expresión, en la oposición de términos (individual-social), sino en que, si el liberalismo es la ideología de la burguesía o clase dominante, su individualismo es defendido como dominación.

El capital es una potencia social concentrada, mientras el pueblo-trabajador dispone sólo de su fuerza de trabajo. Por ello en contrato entre el capital y el trabajo nunca puede descansar en condiciones justas, ni hasta ser justo en el sentido de una sociedad que pone a un lado la posesión de los medios materiales de existencia y de producción y al lado opuesto las fuerzas productivas vivas.

La única potencia social del lado del pueblo-trabajador es su masa. Sin embargo, la potencia de la masa está rota por la desunión. La dispersión del pueblo-trabajador está engendrada y mantenida por su rivalidad inevitable. Por eso, el objetivo inmediato se ha limitado a las reivindicaciones de todos los días, a los medios de defensa contra las usurpaciones incesantes del capital, en una palabra, a las cuestiones de sueldos y de tiempo de trabajo. Esta actividad de los sindicatos no es solamente legítima, sino necesaria. No nos podríamos dispensar de ella en tanto subsista el modo actual de producción.

Sostener con dignidad una tradición justiciera, ceñirse a lo estipulado en la filosofía del movimiento al cual nos hemos adscrito, dedicar las energías a la realización integra de sus postulados, es un deber, una obligación que libremente nos imponemos. La tradición, guarda en sus honduras el misterio del porvenir de los pueblos. La tarea histórica de una generación responsable es procurar empatar este momento con el pasado para poder plantear lo problemas del futuro. Estudiar las posibilidades que ofrezcan las obras de las generaciones que nos precedieron, analizando sus errores para evitarlos y continuando por el camino de sus aciertos, es un deber. Toda generación trae en el porciacaso de sus ilusiones, sedimentadas con la meditación, el deseo de ser un factor decisivo en la vida colectiva, inclinando el pueblo hacia su verdad, procurando conducirlo hacia un mundo de justicia donde la energía latente se convierta en acción responsable y la acción corona el ideal soñado.

—"Para los socialistas no se trata de la transformación de la propiedad privada, sino únicamente de su desaparición; no se trata de camuflar los antagonismos de clases, sino de suprimir las clases; no de mejorar la sociedad, sino de fundar una nueva".

—Indicios de que los tiempos se acercan, son la situación sin salida de los Gobiernos, que aumentan incesantemente sus armamentos; en el incremento de los impuestos, cada vez más pesados; en la potencia de los aparatos de destrucción, que ha llegado a su apogeo; en las tentativas de los Congresos y de la paz.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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