Es realmente grandioso lo logrado por Lula en Brasil, después de los terribles ataques contra él en el caso llamado Lava Jato, es decir, la famosa Lawfare que intentó enterrarlo en vida y sobretodo, algo que la derecha viene ensayando con bastante éxito en Brasil, el evangelio derechista, aunque es paradójico, pero ese es asunto de otra oportunidad, ahora nos referiremos a la grandeza del gran Lula Da Silva.
Para nadie es un secreto el descalabro electoral del PT en Brasil, el PT cómo partido se fue en picada, perdiendo mucho espacio en el congreso y en las gobernaciones, pero a pesar de todo eso Lula colocó una barrera para evitar que la derecha termine de aplastar a ese pueblo y como está la geopolítica en la región, la incidencia en los países vecinos y muy específicamente en Venezuela, lo que ocurra en Brasil afecta; fortalece o debilita al imperio y su plan de cercarnos para asfixiarnos. Visto de esta manera, el logro electoral de Lula nos identifica de tal forma con este importante líder de la democracia y de la esperanza socialista en nuestra América.
Ahora bien, la lucha en ese gran país apenas comienza, será dura y vistos los resultados del bolsonarismo el mensaje para las bases electorales progresistas de ese país es de unidad, lucha y victoria, para replicar a Chávez y su mensaje al pueblo venezolano cuando presentía llegado el fin de su tiempo vital. Con ese mensaje y esa voluntad indoblegable nos dejó a cada una y a cada uno un mensaje y un compromiso con su legado. El pueblo venezolano asumió el reto, por encima de enormes dificultades abrazamos a Nicolas, que al momento del mensaje de Chávez ni el mismo se lo creía. Moqueando recorrió el país y todos llenos de tristeza pero convencidos y comprometidos asumimos la dura y dolorosa batalla para mantener lo conquistado y aquí estamos, desde las catacumbas derrotando al imperio más poderoso y agresivo que haya conocido la humanidad entera.
Lula ya tiene más de 70 años, viene de la clase obrera, despreciados por los capitalistas dueños del Brasil, como, "un hombre que nunca ha trabajado", lo calificó el burgués dueño del grupo económico votorantim, Di Moraes hace ya un tiempo, el mismo Lula cuentan que uno de sus primeros escarceos electorales quiso retirarse de la política, por los bajos resultados, entonces lo agarró Fidel y le comentó algo así, palabras más, palabras menos: "¿Te parece poco esa cantidad de votos en una sociedad tan conservadora como la brasileña para un obrero?". Pues Lula aprendió muy bien la lección y siguió luchando, logró ser presidente dos veces y dejar al mando a Dilma, defenestrada por Lawfare y trampas de diverso pelaje. Curiosamente, a la cabeza de esa guerra contra Dilma y Lula, el juez y el procurador, esta vez fueron electos al parlamento con altísima votación, "cosas veredes mi querido Sancho", pero así es la batalla y el pueblo de Brasil tiene hoy más que nunca un gran reto.
¿Qué se le puede criticar a Lula después de esa gran batalla? Nada... ¡debe tener el luz verde del pueblo humilde y de todos los sectores progresistas de ese país! Digamos que eso no es tan sencillo; entre más conservadoras son las sociedades, más ignorancia existe, me perdonan la afirmación, pero así lo creo, y ese fenómeno del bolsonarismo nos hizo quedar a muchos como bolsas en las cuentas que teníamos. No nos equivocamos con el gran Lula, pero otras cosas se derrumbaron peligrosamente y que en un mandato de Lula los escenarios, tomando en cuenta antecedentes en ese país de Lawfare no se pueden descuidar.
Los corazones de las y los revolucionarios venezolanos estamos de corazón con el triunfo de Lula, para nadie es un secreto los enormes beneficios para estos pueblos de la consolidación regional de un polo antiimperialista que con sus distintos matices detenga la furia imperial en su etapa decadente, que lo hace muy peligroso. Demás está comentar lo que está ocurriendo en la región, pero no olvidemos que los think tank del imperio habrán estudiado de cerca la penetración que en sectores populares han logrado con las iglesias evangélicas, colocándolas en contra del evangelio, pero esa no es la primera vez que lo hacen, esa historia viene de lejos, y con la cruz han esclavizado quizás más que con sus guerras.
El pueblo de Brasil se merece la victoria de Lula, es más, no solo el de Brasil sino el de toda américa, pero no olviden esto brasileñas y brasileños: Unidad, batalla y victoria... Vencerán!!!