Cuando ya todo pintaba bien para el progresismo latinoamericano, con los triunfos de Gustavo Petro en Colombia, Pedro Castillo en el Perú, Gabriel Boric en Chile y Lula Da Silva en Brasil, muchos simpatizantes estaban emocionados porque se consolidaba la izquierda en la región suramericana.
Sin embargo, no todo es color de rosas y las burbujas esperanzadoras que recorren como bola de nieve por latinoamérica tienden a explotar en medio del periodo pospandemico. Los reajustes económicos después de "superar" el COVID-19, con el fin de reactivar y normalizar el sistema financiero, es un compromiso muy volátil a la medida que han ido tomando los gobiernos progresistas con sus dosis de populismo y pragmatismo para encajar en el mercado mundial, lo cual, no les ha sido fácil por la falta de consenso político y no ser respaldado por los grupos de interés, por otro lado, los grupos de presión (oligarquía), le dan su pase de factura, como lo ocurrido con la ex mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner y al presidente Pedro Castillo en Perú, a pesar del Golpe de Estado, el pueblo peruano en la calle está exigiendo la restitución de Castillo como presidente legítimo.
No debemos olvidar que el 06 de octubre de 2022, en una gira por nuestra región del Secretario de Estado de los Estados Unidos Antony Blinken, visitó Colombia, Chile y Perú, en este ultimo participó en la Asamblea General anual de la Organización de Estados Americanos (OEA) y se reunió con el presidente Pedro Castillo, con el fin de discutir sobre la "inseguridad alimentaria, la crisis de los fertilizantes, la Inmigración y la gobernanza democrática". Haciendo mis suposiciones, es probable que Castillo no cumpliera con lo exigido por el emisario estadounidense, luego, el 05 de diciembre del año en curso, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, visitó Perú con el fin de una "tregua política y un diálogo institucional para salir de la grave crisis por la confrontación entre el Poder ejecutivo y el Congreso de la República", resultando golpe de Estado y privación de libertad de Castillo.
Los ataques antidemocráticos en nuestro continente son parte del juego de Washington. Al gobierno estadounidense no le conviene que su "patio trasero" se esté revelando y se consolide el progresismo, por el simple hecho que lo pondría en aprietos y eso no les conviene; sería un paso para que los chinos consoliden sus negocios en la región.
A pesar que la izquierda latinoamericana se siente "consolidada" en la región, el fantasma de la derecha recorre sobre sus puntos débiles, por su falta de transparencia; por sus discursos vacuos, por sus pocas acciones en lo económico y social; por su falta de visión para transcender y dar una respuesta oportuna ante las demandas que exigen los pueblos. No se ven grandes transformaciones ni cambios en lo que respecta a los derechos humanos, en lo constitucional y menos en su sistema financiero. Para surgir y avanzar se necesita desmontar todo ese aparataje desgastado de conservadurismo y generar nuevas alternativas que impulsen constituyentes a favor del equilibrio, la equidad y en pro de desarrollar la conciencia social con la finalidad de despegase del cordón umbilical de los Estados Unidos.
Es difícil y complejo, hoy el gran garrote golpeó a Perú de forma contundente, hasta ahora, no hay tregua alguna para que continue el progresismo en ese país, no hay garantías que la presidenta interina, Dina Boluarte, perdure por mucho tiempo por falta de consenso entre la ultra izquierda, pueblo y la oligarquía peruana, es un polvorín, soplan vientos de guerra civil. Vale resaltar que los gobiernos de Argentina, Bolivia, Colombia y México, desconocen a Boluarte como presidenta, allí cuatro países se revelan y eso conduce a que a Boluarte no le queda de otra que negociar y no quedar como la golpista de Bolivia, Jeanine Añes Chávez. Por su parte, Lula Da Silva, dice que la destitución de Castillo fue "en el marco de la Constitución" y le deseó "éxitos" a la presidenta interina. Lula, políticamente no esta consolidado, sabe que el bolsonarismo le respira en la nuca.
En Argentina no hay un panorama tan alentador, la inflación golpea los bolsillos de los argentinos, es posible que surjan fuertes manifestaciones contra el presidente Alberto Fernández, durante todo el año 2023. Grupos de ultraizquierda organizados exijan la eliminación de todas las medidas cautelares de privativa de libertad contra Cristina Fernández de Kirchner y los grupos afines de la derecha argentina exigirán la salida de Fernández; compleja la situación en Argentina.
Por su parte, los demócratas son muy certeros con el garrote, cuando aprecian "desorden", tienden a jugar al gato y el ratón, veamos México y Colombia, en ambos países está consolidado el Narcotráfico y Grupos Insurgentes, mandan a la DEA en conjunto con la CIA a "controlar" y dominar el mercado de los estupefacientes y "no pasa nada, soy la policía de mi patio y no acepto nada bajo mis condiciones, de lo contrario, Golpe de Estado y pasas a mi lista negra", el gran garrote es de "temer", sin embargo, poco a poco se le han ido revelando y EE.UU., ha perdido liderazgo en Suramérica.
La renovada "izquierda", no es la apasionada cuando lideraba por Hugo Chávez, Fidel Castro, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, la de ahora es más pragmática e hibrida, todo con el fin de construir un Estado de Bienestar y entrar en el mercado mundial para así desarrollar su producción y su sistema financiero, siendo hoy tan complejo cuando no hay mucho que ofrecer, la pandemia del COVID-19 hizo estragos y el proceso de recuperación es lento, se espera una recesión que golpeará a Colombia, Argentina, Brasil y Chile. En Venezuela se puede apreciar que a pesar de las sanciones administrativas y financieras y los altos índices inflacionarios ha estado mucho mejor que los años anteriores, pero su infraestructura financiera es débil y podría verse medianamente afectada en el 2023, no estoy para dar malos resultados, pero hay que estar atentos ante el fenómeno de la crisis económica mundial que no da tregua.