Todo nos lleva pensar que el presidente Maduro se halla nuevamente jugando al ajedrez político. Eso de no declararse aún el candidato del chavismo para el 2024, por lo que no se descartaría se hiciera unas Primarias para dejar que los venezolanos decidieran su posible candidatura. Nos resulta una jugada no solo válida sino muy estratégica. Ya que otra vez nos jugamos a Rosalinda.
Nadie parecería dudar ni en el PSUV y aún menos en el GPP, incluso fuera de ambos, que Nicolás Maduro resulta no solo el mejor candidato para este 2024, también resulta el líder histórico más prominente e indiscutible después de Chávez. Y ya que nunca está de más saber qué tanto (por lo de seguro mató a confianza). Nada mejor que aumentar la politización de los venezolanos.
Y ver dónde resulta urgente (y con tiempo para hacerlo) cambiar o apretar alguna tuerca. La que en el pasado referéndum pudo dejar dudas, y evitar siga echando lavativa (lo que venimos alertando). Después que María (C.M.) declaró que 'hay que sacar a Maduro primero' no está de más que le haya echado más carbones para mantenerla dentro de nuestra muy apetitosa parrilla electoral.