En términos matemáticos las incógnitas forman parte de ecuaciones en las cuales también hay parámetros y constantes. Continuando con esa metáfora, se puede decir que en su caracterización de las incógnitas electorales, a Fuenmayor Toro le faltó considerar un parámetro sumamente importante. Fuenmayor Toro hace referencia a los sucesos de abril de 2020, cuando Carmona se auto-proclamó como presidente de la República de Venezuela. Él describe las conductas de Carmona, de su vocero en Miraflores y de Capriles durante el asalto a la Embajada de Cuba. Pero no hace ninguna referencia al papel que jugaron durante esos días los grupos armados civiles, policiales y militares. Los órganos armados del Estado, en especial los policiales, seguían bajo las órdenes de las líneas de mando designadas por Chávez. Vimos como agentes policiales sacaron de sus casas a algunos altos dirigentes del gobierno e iniciaron una búsqueda y captura del resto. Los militares tomaron instalaciones públicas, en especial ministerios. Todos ellos dirigidos en buena parte por sus comandantes activos. Chávez logró cambiar la correlación de fuerzas entre los comandantes de los cuerpos armados gracias a algunos oficiales clave y la presión del pueblo en la calle. Después que Chávez regresó a Miraflores, la mayoría de esas líneas de mando permanecieron intactas. Lo anterior los deduzco por el perdón general del comandante a los insurrectos el mismo día que llegó al palacio de gobierno. Algo similar sucede en países donde ha habido cambios de gobiernos por la vía electoral. El caso más reciente es el de Argentina, donde un gobierno peronista fue sucedido por un gobierno anarcocapitalista. Los mismos elementos que formaban los cuerpos armados durante el gobierno peronista continúan en sus cargos y salen a las calles ahora a reprimir a las y los manifestantes que se oponen a las políticas económicas del nuevo gobierno. Son los mismos policías y militares que ayer obedecía al presidente Fernández, su comandante en jefe, los que hoy obedecen las órdenes de su nuevo comandante en jefe Javier Milei. Con los cambios de gobierno, sólo se producen cambios menores en los altos cargos de comando. El estado burgués garantiza la continuidad de sus órganos represores.
Ese el parámetro que le falta a las incógnitas electorales de Fuenmayor Toro. Lo que suceda en el país después de los anuncios de los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio dependerá en gran medida del comportamiento de los elementos que constituyen esos cuerpos armados. En especial, cuando algunos analistas políticos y voceros del gobierno de nuestro presidente Nicolas Maduro sostienen que un sector de la oposición tiene planes de anunciar fraude, como en comicios anteriores, y fomentar desordenes. Y, cuando, como señala Fuenmayor Toro, el candidato de la unidad opositora y los principales líderes de esa coalición no han declarado abiertamente cuáles son sus verdaderas intenciones políticas para garantizar la estabilidad y no desatar una ola de represión en caso de llegar a ganar las elecciones.