Feliz año nuevo, repleto de mentiras viejas

"Hay dos maneras de ser engañado". Una es creer lo que no es verdad; la otra es negarse a creer lo que sí es.

Soren Kierkegaard.

Kierkegaard fue un filósofo y teólogo danés, que desarrolló una filosofía basada en el negativismo. La teoría, según él, plantea la posibilidad de que, a partir de lo negativo, como referencia; se puede transitar hacia lo positivo. Donde, el reconocimiento de la angustia, entendiéndola como un estado afectivo cuya característica principal es, un temor opresivo sin una causa específica, aunque en esta ocasión, está plenamente identificada, y la desesperación por la falta de posibilidad de tener una esperanza, pueden ser utilizadas como punto de partida, para lograr una oportunidad de desarrollar una vida deslastrada de tan nefastas sensaciones.

Debo confesar mi preocupación, por el comportamiento psicosocial, de un número muy importante de venezolanos, de bien que, al momento de redactar esta reflexión, están siendo objeto de angustia y desesperación.

Como pueden también observar, estoy haciendo malabares retóricos, con la única intencionalidad de no ofender a nadie, es un ejercicio agudo, de la ética de la cordialidad. Lo que es estrictamente necesario, para tratar de socializar este criterio, en una gran mayoría de personas que puedan leerme, y que declaro como mi fin último.

Es que, ciertamente, me causa indignación, que este importante número de coterráneos, puedan estar pensando que nuestro país, será objeto de una gran tribulación, este próximo diez de enero o en los días subsiguientes. Su comportamiento es el clásico de ser rehenes, de una minúscula minoría que les ha vendido ilusiones durante veintitantos años. Y que, en su fuero más íntimo, están conscientes de que esa dirigencia, no está motivada por intereses elevados en favor de los ciudadanos comunes de nuestra sociedad, sino por la recuperación de privilegios personales o de castas familiares.

Sin embargo, lo que es peor, aún creen en sus narrativas, que han fracasado una y otra vez, y en cada oportunidad siguiente, les proponen soluciones increíbles e inverosímiles por lo fantásticas.

Al parecer, viven en un mundo de fantasías, donde les hacen creer, que las decisiones de acciones como las que les presentan, son propias y aparentemente apoyadas, de otro grupo minúsculo de politiqueros de cuarta categoría desde el exterior, más el cúmulo de voluntades, espontáneas a lo interior sumadas individualmente, se convertirá en la definitiva solución a nuestros problemas.

La realpolitik nos enseña todo lo contrario, las grandes decisiones geopolíticas del mundo, son tomadas en cenáculos constituidos por gente que ni siquiera conocemos, donde la ausencia de ideologías, la confrontación de valores como libertad o democracia no existen y son sustituidos por un bien mayor para cada grupo, sus propios intereses.

El mundo de hoy está plagado de muy buenos ejemplos, donde en cada caso, vemos alianzas de grupos en extremos históricamente, religiosamente e ideológicamente, confrontados amalgamados por sus objetivos comunes como, el lucro por la apropiación de recursos que no les pertenecen, la exfoliación de los mismos a sus verdaderos propietarios pueblos y naciones.

La verdad verdadera es que esta realidad no es nada nueva, siempre fue así, solo que el mundo de hoy cambió, la geopolítica está en otra dimensión. Cuando nuestro planeta estaba regido por un hegemón, este creo las bases para este mismo propósito, solo que con métodos más sutiles e impuso la doctrina de un mundo regido por sus reglas y para ello creo instituciones jurídicas, económicas, monetarias entre otras, amparadas esencialmente en su poderío militar y su moneda; sin embargo, el mundo de hoy es multipolar, multicéntrico, la distribución del poder económico y militar está en otras manos, y cada uno está reclamando su parte del pastel.

Hoy, cuando Venezuela está en el ojo del huracán, donde después de la asunción a la presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos, la juramentación de la presidencia de Nicolás Maduro, es el evento político más importante del mundo, algunos venezolanos tomados en su buena fe, juran que en sus manos está el destino de nuestro país, lo que es absolutamente falso.

"ALEA IACTA EST", es la frase que mejor define la presente situación de nuestro país. "LA SUERTE ESTÁ ECHADA", es la traducción a esta expresión latina, y lo peor de todo es que los dados no los lanzamos nosotros, los dé a pie. Pero, de cualquier modo, no nos escaparemos a sus consecuencias.

Volviendo a Kierkegaard este vinculaba el pecado, la angustia y la libertad a través de lo demoníaco, un estado que se distingue de la servidumbre del pecado. Para él, el amor es la raíz de la liberación, la fuerza que libera al ser humano de la servidumbre de sí mismo.

Ojalá nos vaya bien.

Recuerden que ser felices, es gratis.

Paz y bien.

Desde "La Gruta", a la expectativa de lo que pueda pasar en el santoral de San Raimundo de Peñafort, patrón de la Facultad de Derecho del dos mil veinticuatro.

 



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José Gregorio Palencia Colmenares

Escritor, poeta, conferencista y articulista de medios

 vpfegaven@gmail.com

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