Perorata por la necesidad de un cambio necesario

Gracias por los favores concedidos

"Los hombres necesitan hasta tal punto aferrarse a algo que son capaces

de plantar las manos sobre una lanza envenenada".

El último hombre" (1826), Mary Shelley

Walt Whitman, el excelente poeta norteamericano, en su célebre poema Carpe Diem, afirmaba que solo los poetas tenemos la responsabilidad de salvar al mundo. Como tampoco es casualidad que la frase que antecede esta reflexión sea también; de una militante de las causas temerarias y audaces; Mary Wollstonecraft Shelley fue una escritora, británica, entre otros oficios que practico, y además fue la creadora del personaje de Frankenstein o el moderno Prometeo, quien representa una muy buena analogía de lo que en su pensamiento expresa.

Venezuela en este momento, planta cara, en apenas menos de cien horas la posibilidad de que la gente, eso que llamamos pueblo y al que yo pertenezco, de darle un revolcón a las estructuras aburguesadas, que representan todo aquello que no sea poder popular u organización comunal, así como también a aquellos minúsculos pseudo líderes que sirven a sus propósitos en nuestras proximidades vecinales, a cambio de pequeñas migajas con que se alimentan como rémoras, de los grandes depredadores marinos, atentando contra nuestra posibilidad de ser protagonistas de nuestro propio destino. Sin embargo, y allí está el bendito, pero, como decía o dice nuestro popular Perucho Conde, mientras los responsables de este proceso, se desgañitan impartiendo instrucciones para lograr el objetivo planteado por el ciudadano presidente de la república, de que sea la gente quien en su conciencia decida lo que les interesa, o conviene, los que están, los que estuvieron y los que se quieren encaramar para seguir con la guachafita contra nosotros, que supongo somos la gran mayoría, ya están poniendo en práctica, cuanto subterfugio, triquiñuela o maniobra, para que nosotros los pendejos nos dejemos influenciar y los premiemos con nuestro favor a sus nobles causas. ¡Váyanse pal´carajo! Gritaría con fuerza el comandante.

La instrucción es muy simple, vote por la persona que le inspire confianza, que sea honesto, que se parezca a usted, que sufra sus mismos rigores cotidianos, Entonces le propongo que mire a su alrededor y ¡postule a su vecino! Para lo que sea, y le aseguro que trataría de hacerlo mejor.

¿Qué sucedería si eso ocurriera?

O nos convertimos de manera real en poder popular, conquistando de manera transitoria las estructuras burguesas hasta lograr su completa demolición o en su defecto le estaríamos colocando al ciudadano presidente la pelota de nuevo en su cancha, pero esta vez le correspondería, primero verificar las reales acciones de nuestros gobernantes, más allá de las maquinarias de propaganda en que han convertido la gestión pública. Y lo haría con pleno derecho que le otorgara el poder popular. A los que merezcan la confianza, que se le otorgue, a los que no, pues, ya saben. Esos derivados de Frankenstein, por su propia voluntad, no van a soltar el poder, aunque tengan que aferrase a una lanza envenenada.

Ojalá nos vaya bien.

Recuerden que ser felices, es gratis.

Paz y bien.

Desde "La Gruta", en el santoral de San Angilberto fue un franco servidor de Carlomagno, a quien auxilió como diplomático, abad y poeta, del dos mil veinticinco.



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José Gregorio Palencia Colmenares

Escritor, poeta, conferencista y articulista de medios

 vpfegaven@gmail.com

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