Las fuentes que registraron testimonios históricos de las sociedades primitivas venezolanas las encontramos en los cronistas españoles como José Oviedo y Baños, Juan de Castellanos, Fray Antonio Caulín e incluso el escribano conquistador Bernardo de Vargas Machuca muchos de ellos religiosos que comprendieron como lo sugirió Antonio Nebrija a los Reyes Católicos en 1492, cuando les indicó “que el Imperio será más imperio por la lengua que por las armas” aunque para entonces no se había producido el genocidio más grande las historia de la humanidad.
Efectivamente pocos historiadores venezolanos hablan de la derrota militar que sufrieron los españoles en la dos primeras centurias de su proceso de conquista (1500-1600) en territorio de la Provincia de Venezuela, la de Caracas y la de Nueva Andalucía, sin embargo y en razón de una lógica elemental sugerida en las tesis de tácticas militares, atando retazos de crónicas y de lo investigado por algunos científicos históricos podemos deducir que el proceso de resistencia militar aborigen entre los siglos XIV y XV fueron ciertamente exitosos.
De allí que la siguiente etapa para dominar los grupos indígenas, vista la derrota militar española, se sustentó en lo expresado por Antonio Nebrija en 1492, ( la lengua es el instrumento del imperio) la dominación cultural con la hegemonía del pensamiento católico-cristiano sobre la población de entonces, se libró una lucha que no fue tampoco aceptada de manera pacífica por guerreros tomuzas, cumanagotos y otras etnias que habían librado feroces combates contra los españoles en el ámbito militar, sino que llevó otra centuria de batallas para poder tener un dominio supremo sobre la población aborigen mediante la dominación cultural.
Algunos investigadores venezolanos, han elaborado hipótesis que hoy nos sirven para conocer valores que sustentaban la sociedad aborigen y sus luchas por resistir a modelo impositivos que funcionaron como instrumentos de dominación ideológica.
Entendiendo un factor propio de la cosmovisión indígena caribe-arawaca la guerra para ellos no tenía un fin de dominación estatal como era para las sociedades aztecas o mayas o las hispanas a decir de la historiadora venezolana Iraida Vargas: “Para los indígenas de la sociedad caribe caraqueña, la guerra era parte de la convivencia con otros grupos humanos, del ritual, de la vida cotidiana pública. Por el contrario, en las sociedades estatales, incluyendo en ellas los Estados preindustriales americanos Azteca e Inka, la guerra significaba la conquista de territorios, explotación de la fuerza de trabajo sometida, apropiación de recursos naturales e imposición de un sistema de dominación política, social y cultural sobre los grupos humanos conquistados.”
Los caribes podían guerrear unos días y luego regresar a conversar con los vencidos, sin establecer mecanismos de dominación o exterminio propios de sociedades clasistas, es la comprensión del mundo sin clases sociales, de una cosmogonía basada en lo ritual cotidiano y no en la guerra de supresión aplicada por los españoles para la esclavización de los sometidos por la fuerza.
Para comprender esta manera de pensar aborigen es necesario entender los elementos constitutivos de sus modos de vida, de trabajo, su espiritualidad ( la solidaridad, la asociatividad etc) luego como la colonización sustentó sus raíces ideológicas en los dominados tanto aborígenes como negros, imponiendo los códigos del pensamiento católico-cristianos, pero sobre todo los valores que se corresponden con una visión apocalíptica de la vida, dejando reducidos otros valores cristianos como la justicia, la solidaridad, la humildad, el amor al prójimo para uso exclusivo de la clase religiosa.
Eduardo Galeano lo indicó en sus escritos cuando consideró el valor del pasado aborigen en la búsqueda de las nuevas relaciones sociales y del pensamiento socialista latinoamericano "celebración de los vencidos y no de los vencedores" y al salvamento de algunas de las más antiguas tradiciones del continente, como el modo de vida comunitario. Porque es "de nuestras más antiguas fuentes" de donde América puede sacar sus fuerzas vivas más jóvenes: "El pasado nos habla de cosas que interesan al futuro"
En fin se trata de la apuesta por encontrar una estructura de pensamiento social que en sus formas de organización y de distribución del trabajo permita la “mayor suma de felicidad posible“ como lo señaló Simón Bolívar, la misma que pasa por revisar las formas comunitarias de organización de nuestros aborígenes, de los aportes que ellos con su inteligencia y astucia militar permiten reconocer no solo formas de distribución en lo social de la vida asociativa comunitaria sino para actuar tácticamente en los enfrentamientos durante la guerra hispano-aborigen de la que pocas veces nos hablan los libros de historia y que tiene un legado casi totalmente desconocido.
aldemarobar@yahoo.es