La Revolución Bolivariana

Presionados y amenazados por el Imperialismo Yanqui y rodeados por estados lacayos y dependientes al servicio de los intereses del imperio, y convulsionados por reaccionarios y conspiradores fascistas de la corrompida y apátrida oligarquía criolla. Los idealistas Bolivarianos, han tenido que organizar sus fuerzas para luchar contra enemigos internos y externos. Con una firmeza ejemplar sólo concebible en hombres que no son políticos profesionales, hablaron al pueblo venezolano un nuevo lenguaje, expusieron sus finalidades de renovación integral y provocaron con hechos la sinceridad de sus intenciones. Desde ese momento, La Revolución Bolivariana, Símbolo de la Nueva Conciencia de los pueblos Latinoamericanos, ha servido cómo piedra de toque para distinguir a los partidarios del parasitismo y del trabajo. Todos los que desean continuar el “inmoral” régimen del pacto “punto-fijista”son enemigos de Venezuela; todos los que desean “construir” el nuevo régimen sobre cimientos morales más justos son sus partidarios.

La lucha entre estas dos conciencias colectivas se ha vuelto Continental. Los gobiernos que comprenden las oligarquías nacionales han comprendido que los privilegios parasitarios peligran ante la nueva conciencia de los pueblos, por eso procuran arreglar sus negocios, sobre la base común de la resistencia a las reivindicaciones de las clases productoras; para hacer más eficaz su maniobra han tentado la ambición personal de algunos mal llamados “revolucionarios”, ofreciéndoles un cubierto en su mesa. Dicho sea con vergüenza para la dignidad humana, muchos de esos “políticos” envejecidos en las filas de la Cuarta República; se han apresurado a convertirse en puntales de la corrompida oligarquía. Traicionando la fe que en ellos puso el pueblo, se han pasado capciosamente a las filas de los parásitos.

Las castas privilegiadas disponen de los medios coercitivos para bloquear la revolución y aislarla; ejércitos regulares, policías visibles y secretas, aventureros, mercenarios y otros cien medios de opresión cuya eficacia se mide por el apoyo recíproco que se prestan entre sí y, a la sombra del imperialismo. Disponen también de los medios de información y mistificación orientados a manipular al pueblo, cómo son: Tv., radio y prensa escrita; la tribuna parlamentaria y el púlpito religioso, organizados para servir los intereses de las clases parasitarias y al imperialismo, en la doble escala nacional e internacional, y disponen por fin de esos miserables “demócratas” que existen en el hemisferio, deslumbrados los más ambiciosos por la esperanza de colaborar a la consolidación del imperialismo, e intimidados los más cobardes por las amenazas de los mercenarios.

Es sorprendente que tantos y tan terribles obstáculos no hayan detenido la admirable corriente de seguidores Bolivarianos que tiene la revolución. El concepto histórico con que debe juzgarse la presente revolución es la primera fase experimental de un proceso necesariamente Continental; el episodio Bolivariano no es una Revolución históricamente para Venezuela sino el comienzo de una revolución apenas iniciada: No puede limitarse a Venezuela, ni es posible que en todos los países Latinoamericanos se manifieste con sus mismos caracteres.

Frente a la propaganda adversa, los simpatizantes de la Revolución Bolivariana han consolidado sus propias creencias. Ni falsas informaciones, ni argumentos sofísticos, ni actitudes turbias podrán atenuar la fe en el porvenir, de una fe que espera grandes renovaciones sin entibiarse por pequeños contratiempos.

“Aquí se gestaron los más grandes americanos de los siglos XVIII y XIX; desde aquí se dirigieron las líneas fundamentales de la Independencia Americana” ¡Y el nombre de quien libertó pueblos se usó cómo escudo por aquellos que negaron los derechos del pueblo!

¡¡¡Viva Venezuela, Madre de las Naciones!!!


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Manuel Taibo


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