Aclaro de una vez que no me considero un discípulo destacado de Marx, Lenín o Trosky, por lo que no los abrumaré con una disquisición filosófica sobre la materia. Sin embargo, en este país y en esta época, todo columnista debe emitir opiniones sobre el tema so pena de quedar como un ignaro y ser tildado de revolucionario chimbo. Para muestra basta con leer las miles de cuartillas que ha publicado el comandante William Izarra, quien se destaca como exégeta o interprete de las tesis del Presidente Chávez en torno al socialismo del siglo XXI, lo cual permite clasificarlo como una lumbrera de la nueva doctrina.
Hay idiotas que consideran que socialismo es lo que hacen las personas muy sociables, esto es, las que se encuentran en reuniones sociales para hablar sobre los temas de moda en ciertos círculos, que en el caso criollo suelen ser círculos bolivarianos.
De una vez les digo que se bajen de esa nube; eso no es socialismo sino sociabilidad, o sea, como lo indica la palabra, habilidad para asociarse o socializar.
Hasta hace algunos años el socialismo era tan simpático y aceptable como la cristiandad. Casi todo el mundo se declaraba socialista. En la Alemania nazi, dominada por Adolfo Hitler, imperaba el nacional socialismo. Después de la guerra surgieron los social demócratas como una opción sanitizada y descontaminada de las ínfulas de superioridad germánica.
Los social demócratas hicieron una dupla con los social cristianos, con quienes se alternan en los gobiernos en diversos países, como ocurrió acá durante la era de la conchupancia.
En la izquierda todo el mundo era socialista. Unos eran del modelo soviético o comunista. Alguno se declaraba pro chino (a éste le decían que ama a Mao, broma de mal gusto).
Hasta hace poco, socialista era todo el que no fuera capitalista y estuviera mal visto por la CIA. Hoy la CIA ya no persigue comunistas y cambió de ramo para torturar terroristas.
A la CIA no le importa que Chávez sea socialista. Lo que le molesta es que pueda ser amigo de las FARC, organización terrorista que recurre al secuestro en vez de hacer la guerra con bombardeos humanitarios y civilizados.
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