El próximo 28 de marzo se conmemora el nacimiento de uno de los más insignes luchadores de nuestra independencia, el Generalísimo Francisco de Miranda, quien con su invaluable obra, y con los beneficios que le representaba ser un hombre universal, fue uno de los pioneros en iniciar un proceso de articulación entre los diversos pueblos, para la lucha por la independencia, reflejando de esta manera lo que siempre caracterizó a su persona, es decir, el gran espíritu de libertad e igualdad, por el que luchó en diversas latitudes.
Desde luego, no puede dejarse pasar por alto que, tanto la obra de Miranda como la de nuestro Libertador Simón Bolívar, representaron los anhelos de libertad e igualdad que fueron forjados por nuestros aborígenes, y por los intentos libertarios de Andresote, José Leonardo Chirino, Gual y España; todos en la búsqueda del rompimiento de las cadenas del imperio español. Sin embargo, la labor desarrollada por Francisco de Miranda en la comunidad internacional de la época, en la búsqueda de la consolidación del apoyo y la solidaridad internacional con el proceso de independencia de nuestra patria, lo constituye en uno de los pioneros y precursores en la aplicación de una noción de integración de los pueblos vista como herramienta para alcanzar el bienestar y la felicidad de los mismos.
Así, orientado por las ansias y el espíritu de libertad, Miranda llevó a cabo la expedición en el año 1806 que tuvo por finalidad iniciar una serie de acciones destinadas a promover y a obtener la independencia de los pueblos en la América hispana y es en dicha travesía, comandada desde el buque "Leander", cuando fue levantada por primera vez nuestra bandera tricolor, el 12 de marzo de 1806 en Haití, primer país de nuestra América Latina en adquirir la independencia y al cual Miranda había acudido en apoyo para afrontar la empresa que tenía propuesta.
Es en ese momento cuando Miranda lanza aquel juramento que todavía retumba en las costas y tierras de nuestra América: "Juro ser fiel al libre pueblo de Sur América, independiente de España, y servirle honesta y lealmente contra sus enemigos y opositores y observar y obedecer las órdenes del supremo gobierno de este país legalmente constituido y a las órdenes del general y oficiales superiores a mí." Francisco de Miranda y su tripulación partieron rumbo a nuestra patria, y cuando llegó a Ocumare de la Costa, en la madrugada del 28 de abril, fue atacado fuertemente. La operación no alcanzó éxito en esa oportunidad, pero Miranda logró escapar y con una flota integrada por los buques el Leander, el Express, la Attentive, la Provost, la Lily, el Bacchante, tres cañoneras y tres buques de transporte, llegó a las costas de Coro el 1 de agosto de 1806. En la madrugada del día 3, tomó el Fortín de San Pedro, donde se izó por primera vez en suelo patrio nuestro tricolor.
Sin embargo, no obstante de que la voluntad emancipadora no llegó a alcanzar el éxito en dicha oportunidad, sin duda aquel suceso histórico constituyó una fuente de inspiración que marcó de forma trascendental el inicio un nuevo capítulo en el proceso revolucionario de independencia de nuestro país, y que luego continuaría el propio Miranda, para posteriormente ser alcanzado en forma definitiva por nuestros aguerridos próceres, bajo el mando del padre de nuestra patria Simón Bolívar; todo lo cual constituye a Miranda, sin duda alguna, en uno de los más grandes hombres de esta tierra, cuya vida y obra representan un invalorable legado en la consolidación de los valores de la libertad e igualdad de nuestros pueblos latinoamericanos.