Acabo de profundizar un libro que llamo mucho mi atención, “La Aventura de ser hombre”, por Camila Peña Vargas, Sin tomar en cuenta sus atributos obra de su autor, que si los tiene por supuesto, trajo a mi mente una época que aunque no viví es semejante a la de hoy, sobre todo en este periodo electoral. En aquellos tiempos que jóvenes líderes democráticos pujaban sus estrategias para ser populares y ganar aceptación en las masas que a paso de morrocoy salían del alnafabetismo. Resultaba novedoso ver a un caballero arribado de las montañas andinas por las calles de Caracas, vestido de impecable blanco, con largos pasos, estrechando manos, levantando niños y abrazando ancianos: “Dame tu voto para sacar el país de la miseria y vivir en democracia”, era alguna de sus consignas.
Muchos de estos señores, también fueron impuestos a dedo por la cúpula de entonces. El sueño del vulgo de tener una Venezuela Desarrollada, se atenúo sin saberlo por tentación de una bonanza petrolera manejada por el gobierno pero cuyos beneficios no dirigía necesariamente a los bolsillos de la gente pobre. Comienza allí el galopar de la peste mas austera que ha tenido en el tiempo nuestro país, la Corrupción.
Se conformaron los partidos; acuerdos y convenios entre ellos se pactaron para no volver a las viejas guerras y menos permitir que una gorra tomara impolutamente el poder; nace el interés partidista por encima del bien común y de las instituciones. Sin embargo los lideres que siguen emergiendo a la par, no encuentran cabida en estos lineamientos partidistas, son excluidos y aparecen nuevos partidos a causa de las divisiones internas, cada quien defiende sus intereses y cuando se unen intereses similares nacen nuevos partidos.
Nada ha cambiado hoy día, si bien es cierto que el sistema de gobierno que lidera nuestro presidente llamado Socialismo del siglo veintiuno es novedoso, pues todos los gobiernos han sido impulsados por la derecha, también en él encontramos estas mismas variables de la vieja política. La fórmula, el principio general, el núcleo del átomo es mentirle al pueblo, hacerle creer que se trabaja para SOLUCIONAR, con pañitos de agua caliente sus problemas.
Lamentablemente la gran mayoría del pueblo se deja engañar, y sucede por culpa de quienes se hacen llamar lideres o dirigentes comunales, esos quienes vegetan con nosotros en el barrio a quien alguna vez le tendimos la mano y que gracias a la amistad que se genera como vecino han hecho que le sigamos para que sin saber de buena tinta consigan su único fin, obtener un cargo en el gobierno local o en cualquier otra esfera del ámbito territorial. Peor aun, estos mismos dirigentes son utilizados por los políticos de oficio con cargos de dirección en un partido y que por tener mayor cantidad de dinero llegan a los barrios ofreciendo pequeñas subvenciones para comprar el ansiado voto, desde una bolsa de comida hasta artefactos eléctricos como neveras son regaladas para obtener simpatía; por supuesto la gente va a estos encuentros porque para el pobre es mas importante resolver como pueda una dificultad no importa de donde venga la ayuda temporal si lo que piden a cambio es un simple voto, se conforman, otros pobres un poco mas listos tienen la seguridad de que quien regala no sabrá nunca si el voto será para el por aquello del voto secreto. Otros caen como ovejas embaucados por la ignorancia de creer en falsas promesas.
Es un pandemonio que solo beneficia al político de oficio, al candidato que solo quiere hacer mas extensas sus arcas. Los lideres, los dirigentes comunales ya no poseen la ética, moral, principios de igualdad, vocación de servir al prójimo, no profesan solidaridad con el colectivo, no, primero esta su interés personal consecuencia de ese instinto de sobrevivencia que nos ha dejado mas de cuarenta años de mala praxis política en las estrategias sociales y económicas, esa predilección de como obtener un cargo, un puesto donde mejore su calidad de vida y después veremos que se hace con el colectivo. No se tiene conciencia de lo que representa el poder popular, y no se tiene porque ineptamente no resultan de un aprendizaje ideológico firme donde el centro del cual se gire sea el colectivo en proyección a un constante progreso. Un líder o dirigente comunal con esta conciencia no es conveniente para las cúpulas de los partidos, eso seria tener que aceptar revolucionarios o etiquetarlos de guerrilleros cuyo arbitrio, removería en contra de los intereses partidistas que por cierto son intereses que no tienen nada que ver con los principios fundamentales con los cuales fueron creados los partidos, esos solo existen en el papel, en los estatutos para su registro, estos principios fundamentales han sido secuestrados, desvirtuados por otros de mejor provecho al bolsillo.
Creo estimado amigo, que ha llegado la hora de seguir haciendo revolución, y no me refiero a ser participe del Chavismo, no se puede seguir siendo fanático a un partido político llámese como se llame y mucho menos a una persona por militar o capitalista que sea. Debemos seguir a un proyecto, cuyos fundamentos y resultados estén dirigidos al progreso de una comunidad, de un estado, de nuestro país como un todo, basados en la igualdad, solidaridad, con plena convicción democrática. Revolucionemos como nuevos líderes o dirigentes comunales, si somos nosotros quienes concebimos y sufrimos los dilemas de ser pobre porque concernimos del barrio, no mercantilicemos, troquemos, nuestra conciencia por un puesto de trabajo. Seamos con nuestras ideas, con el debate, con nuestros proyectos quienes le demos el resultado que se merecen los compatriotas en cualquier espacio geográfico que estemos por muy exiguo que sea. Desplacemos con inteligencia política a esos habilidosos de oficios que ocupan altos cargos en los partidos de nuestra localidad, digámosle no mas despotismos a nuestra inteligencia, no mas a que nos utilicen como incautas herramientas electorales.
Seamos capaces con lupa en mano de descubrir los verdaderos lideres que en estos tiempo electorales se nos acercan con propuestas concretas, serias, donde el común denominador sea la búsqueda del bienestar de la comunidad, con lineamientos y proyectos económicos, sociales y políticos con sublime y extremo carácter progresista, donde las soluciones que se pretendan sean profundas y determinantes en el tiempo futuro, es decir evitar los pañitos calientes y erradicar los problemas de raíz. Crear por ejemplo un sistema económico de consenso con todos los sectores y que se converjan en estrategias unificadas para generar una economía en cero índice de inflación, en un balance donde el poder adquisitivo sea sustentable pero a la vez progresivo, con un mayor incentivo a las empresas privadas facilitándole en adecuado control del estado de estos incentivos lo que generara mayor producción. Un sistema donde la oferta y la demanda sean cuantitativas y equitativas para todas las partes.
Si existen estos lideres con moral, con ética, dirigentes con proyectos novedosos que toman para si el dolor de un pueblo que está cansado de promesas sin cumplir. Entre los candidatos que se muestran para esta contienda electoral a alcaldes y gobernadores, pocos son de estos que necesitamos, tengo la dicha de conocer a una mujer que con esfuerzo ha permanecido al lado de un pueblo que la admira como luchadora, como servidora pública. Estoy seguro que su proyecto es uno de los mas adecuados a seguir; sin embargo parte de su entorno sigue los vicios de la vieja política sin criterio, sumar si, pero hay que saber sumar pues el mal necesario lo que trae es solo mal.
Rescatemos la credibilidad en la política, emancipemos el verso de hacer política con debates de ideas respetando las disensiones, dejemos de ser lobos y ovejas al mismo tiempo, seamos venezolano de lucha para una Venezuela de progreso.-
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